El debate por un tratado para futuras pandemias y la guerra en Ucrania acaparan asamblea de la OMS

21 de mayo, 2022 | 12.02

(Por Camil Straschnoy) La Asamblea Mundial de la Salud, órgano supremo de decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se reunirá a partir de mañana para debatir temas como la creación de un tratado para futuras pandemias, cuestionado por razones distintas tanto por sectores conservadores como organizaciones humanitarias, en un foro en el que Rusia ya adelantó que "participará activamente" y en el que se espera se presente una condena a los ataques a hospitales durante la guerra en Ucrania.

Las delegaciones de los 194 Estados miembros de la agencia de la ONU se reunirán por una semana en Ginebra, en el primer encuentro de alto nivel de autoridades sanitarias que se realiza de forma presencial desde el inicio de la emergencia por el coronavirus.

La agenda incluye formalidades como la reelección de Tedros Adhanom Ghebreyesus como máxima autoridad, algo que quedó confirmado en octubre del año pasado cuando fue oficializado como único candidato al puesto gracias al apoyo de 28 países, la gran mayoría europeos.

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Grandes potencias como Estados Unidos, China, Reino Unido y Rusia no dieron explícitamente su visto bueno a la nominación de Tedros, en medio de distintos roces con la OMS alrededor de su rol frente a la lucha global contra la Covid-19 y el origen del virus.

El director general, primer africano en presidir la agencia, tampoco recibió el respaldo de su Etiopía natal, hecho atribuido a las críticas al Gobierno por su actuación en el conflicto aún vigente con los rebeldes de la región de Tigré, de donde es originario.

Un punto saliente de la asamblea será votar el plan para aumentar la contribución económica que los gobiernos hacen a la OMS: actualmente esos fondos (llamados contribuciones señaladas) cubren el 16% del presupuesto del organismo y la idea es incrementarlos gradualmente hasta que representen el 50% para 2030.

Pero el ítem más divisorio de la agenda es el debate sobre un nuevo tratado para futuras pandemias, un instrumento legal que genere obligaciones a los Estados miembros y evite que se repitan los problemas que expuso el coronavirus.

Aunque la idea polariza a los países, parte del consenso sobre lo mal preparado que demostró estar el planeta para enfrentar situaciones como las que vive ahora con la Covid-19: desde el hecho de que no se pudo evitar que un pequeño brote focalizado se convirtiera en una pandemia, hasta el acceso desigual a las vacunas que permitió la mutación del virus, como ocurrió con la variante Ómicron.

El contenido del tratado, que incluso podría tomar la forma de no vinculante, todavía está en discusión y su aprobación tampoco será tema de esta asamblea: pero sí se espera que se presenten las recomendaciones y se escuchen propuestas alternativas, como la de Estados Unidos, que en lugar de crear un nuevo acuerdo prefiere enmendar el Reglamento Sanitario Internacional, el único instrumento legal que tiene la OMS para actuar como vigilante del sistema sanitario mundial y que fue revisado por última vez en 2005 ante la epidemia de síndrome respiratorio agudo grave (SARS).

Aunque no se conocen los detalles, tanto la Casa Blanca como la Unión Europea (UE) indicaron que las reformas principales a las que apunta el nuevo texto es a mejorar el sistema de alertas ante la aparición de un virus, un mayor financiamiento en investigación y un mejor intercambio de secuencias genéticas.

Pese a esto, sectores del Partido Republicano de Estados Unidos agitaron la falsa idea que otorgaría el poder de controlar futuros confinamientos y las políticas sanitarias de los países, por lo que denunciaron al presidente Joe Biden de "ceder soberanía" a la agencia sanitaria.

"La OMS es una organización corrupta a la que nunca se le debe permitir dictar la política sanitaria en Estados Unidos", tuiteó esta semana el senador Marco Rubio, uno de los defensores acérrimos del exmandatario Donald Trump, que durante sus años en el poder directamente anunció la salida del organismo al acusarlo de estar demasiado cerca de China y de gestionar mal la pandemia.

"La OMS es corrupta y está controlada por el Partido Comunista Chino. Lo último que debería hacer Biden es darle autoridad sobre los estadounidenses", escribió en la misma red social el legislador por Arkansas Tom Cotton.

Organizaciones humanitarias también cuestionan el tratado en debate, pero por la reticencia mostrada hasta aquí por sus impulsores de incorporar entre sus puntos una obligación a una distribución más equitativa de vacunas.

Existe pesimismo que esto ocurra, ya que el bloque europeo, sede de grandes farmacéuticas, es uno de los principales detractores de la iniciativa para suspender temporalmente las patentes de los inmunizantes que se debate hace más de un año y medio en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

La guerra en Ucrania añadió un nuevo condimento a esta asamblea, que tendrá como lema "Salud para la paz, paz para la salud" y de la que Rusia "participará activamente", anticipó la misión del país para la ONU y otras organizaciones internacionales en Ginebra.

"En lo referente a los rumores de que Rusia saldrá de la OMS, no corresponden a la realidad", añadió la representación, en momentos en que la sede europea del organismo aprobó una resolución en la que pide trasladar a otro país un laboratorio que tiene en Rusia para la lucha contra enfermedades no infecciosas, mientras que Ucrania ya solicitó cerrar directamente la oficina que la agencia sanitaria tiene en Moscú desde 1998.

El portal de noticias Político adelantó además que Kiev está presionando para que durante la asamblea se adopte una resolución que condene al Kremlin por los ataques a los centros de salud, más de 220 desde el inicio de la invasión, según el último recuento.

No es la única tensión política que habrá en el encuentro: el Departamento de Estado de Estados Unidos instó a la OMS a que invite a Taiwán como observador, algo a lo que se opone China, que reclama a la isla como parte de su territorio.

"La cuestión de Taiwán es un asunto interno de China y el principio de 'una sola China' es una norma básica que rige las relaciones internacionales", dijo Zhao Lijian, portavoz de la Cancillería del gigante asiático, y añadió que la Casa Blanca debe manejar los asuntos relacionados con Taiwán de manera "prudente y adecuada".

Con información de Télam