El cierre de fronteras y del espacio aéreo tras el golpe militar en Níger en julio pasado llevó al límite la presión en centros de tránsito donde los migrantes reciben ayuda y esperan un traslado voluntario a otros países, alertó hoy la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que pidió un corredor humanitario.
Más de 60.000 migrantes cruzaron Níger en la primera mitad del año para tratar de llegar a otras zonas, en su mayoría rumbo al norte de África e incluso el sur de Europa.
Los 5.697 kilómetros de frontera compartidos con seis estados vecinos colocan al país en el centro de la mayoría de las rutas migratorias de la región.
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La OIM dispone de siete centros de tránsito en puntos estratégicos de esta ruta, repartidos en las zonas de Agadez y Niamey, que albergan actualmente a unas 5.000 personas, mientras que unas 1.800 más esperan afuera.
En estos centros recalan quienes quieren sumarse a operaciones de retorno voluntario a sus respectivos países, pero todos los vuelos fueron pospuestos o incluso cancelados hasta nuevo aviso, indicó un comunicado difundido por la organización en su página web.
En 10 días se anularon vuelos previstos para más de 1.000 migrantes, en su mayoría de Mali o Guinea, precisó la organización, que agregó que teme que la saturación de los centros se traslade a cuestiones de sanidad o seguridad.
La ONU respaldó el comunicado de la OIM y pidió un "acceso libre y pleno para la ayuda humanitaria" para Níger, uno de los países más pobres del mundo, muy vulnerable al cambio climático y atravesado por la violencia de diversos grupos yihadistas.
El alto comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, denunció a los militares de Níger que "por un impulso" tomaron el poder y afirmó que la "noción misma de libertad" está en juego en el país.
Afirmó que "los generales no pueden tomarse la libertad de desafiar, por un impulso, la voluntad del pueblo" y llamó a los generales a liberar al derrocado presidente Mohamed Bazoum y a "restablecer inmediatamente el orden constitucional".
Por su parte, el presidente de Nigeria, Bola Tinubu, advirtió de las "graves consecuencias" que tendría un agravamiento de la salud del mandatario, retenido por los militares que lo derrocaron, en una conversación con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
"Las condiciones de detención del presidente Bazoum se deterioran. Cualquier nueva degradación de su estado de salud tendrá graves consecuencias", afirmó Tinubu, según una responsable de la Unión Europea (UE), en declaraciones replicadas por la agencia de noticias AFP.
Bazoum, de 63 años, se encuentra preso junto a su familia en la residencia presidencial en Niamey desde que fue derrocado por el golpe militar el 26 de julio, acusado de "socavar la seguridad interior y exterior de Níger", por lo que los militares golpistas amenazaron con procesarlo por "alta traición".
La elección en 2021 de Bazoum fue un hito en la historia de Níger al tratarse de la primera transición pacífica de poder desde la independencia de Francia en 1960.
Antes de ser detenido y depuesto por su guardia presidencial, Bazoum había superado dos tentativas de golpe.
Con información de Télam