El secretario general de la ONU, António Guterres, se ha mostrado "muy preocupado" por la represión ejercida desde el Gobierno de Nicaragua sobre organizaciones y personalidades de la sociedad civil, entre ellas varias vinculadas a la Iglesia católica. La declaración por parte del diplomático llegó el día en el que desde Nicaragua denunciaron el secuestro y posterior detención del obispo Rolando Álvarez una de las voces más críticas de Daniel Ortega y Rosario Murillo, presidente y vice del país centroamericano.
En las últimas semanas, la Policía de Nicaragua estuvo al frente de distintos operativos de amedrentamiento y persecución, sobre todo, a líderes religiosos, como es el caso de Álvarez, de la Diócesis de Matagalpa. En la jornada de este viernes, autoridades de la Iglesia Católica denunciaron que el Obispo fue "secuestrado" del Palacio Episcopal de Matagalpa, al norte del país, en donde permanecía a resguardo junto a Ramiro Tijerino, rector de la Universidad Juan Pablo II y encargado de la parroquia San Juan Bautista; los seminaristas Darvin Leyva y Melkin Sequeira, el camarógrafo Sergio Cárdenas y el sacerdote Raúl González, según informó Vos TV.
Para Guterres, citado en rueda de prensa por uno de sus portavoces, las informaciones llegadas desde Matagalpa en las últimas horas no hacen más que "subrayar" las "preocupaciones" que ya tiene la ONU sobre el empeoramiento de los Derechos Humanos en el país centroamericano.
Por este motivo, ha llamado a respetar los derechos de "todos los ciudadanos", con especial vigilancia en el de reunión y en las libertades de asociación y credo, entre otras, según el portavoz Farhan Haq.
La ONU también ha reclamado la excarcelación de todas las personas detenidas "arbitrariamente" en estos últimos meses, fruto en gran medida de una ola represiva que comenzó tras las protestas de 2018 y se agudizó en las semanas previas a las elecciones presidenciales de 2021.
Según informó el portal Onda Local, el pasado 5 de agosto, la Policía de Nicaragua abrió una investigación en contra del Obispo supuestamente por organizar ''grupos violentos e incitarlos a ejecutar actos de odio" para ''desestabilizar'' al Estado de Nicaragua. Por esa razón, también ha recibido la solidaridad de distintos movimientos centroamericanos y exiliados del país, así como de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEM): "Queremos expresar nuestra fraternidad, amistad y comunión Episcopal con él".
Manifestaron que la situación del Obispo Álvarez, de la Diócesis de Matagalpa, norte de Nicaragua, les ''toca el corazón como obispos e iglesia nicaragüense, pues si un miembro sufre, todos sufrimos con él". Desde esa fecha, el obispo se resguardó en la curia en donde vive junto a otras personas, pero el lugar permaneció sitiado por la policía local hasta este viernes cuando entraron para detenerlos.
Fue el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) el que dio la alerta: "Esta madrugada la Policía asaltó con lujo de violencia la curia episcopal de la Diócesis de Matagalpa, y se llevó secuestrado a Monseñor Rolando Álvarez y demás sacerdotes y laicos con rumbo desconocido. Más tarde, la Policía de Nicaragua emitió un comunicado en el que se informó que el operativo permitió "recuperar la normalidad para la ciudadanía y familias matagalpinas". Además, señalaron que las personas fueron trasladadas con "respeto y observación de sus derechos".
En la misma línea, el gobierno de Ortega, el pasado 1 de agosto, ordenó el cierre de siete emisoras católicas de la diócesis de Matagalpa, y fuerzas de la Policía asaltaron la capilla Niño Jesús de Praga, de la ciudad de Sébaco, con la intención de incautar el equipo de la radio católica que ahí funcionaba. Además, en lo que va de año, el Gobierno expulsó al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, detuvo a tres sacerdotes y sacó de la programación de la televisión por suscripción a tres canales católicos. También, ha allanado una parroquia y expulsado a 16 monjas de las misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta.
Con información de EuropaPress.