Sesenta y dos trabajadores humanitarios murieron en el mundo en lo que va de año, denunció este jueves la ONU, que se prepara a conmemorar el 20 aniversario del atentado contra su sede en Bagad, en la que murió entre otros, el jefe de la misión, el brasileño Sergio Vieira de Mello.
Cada año, la ONU celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria el 19 de agosto, fecha del atentado suicida que en 2003, en el contexto de la invasión de Irak, encabezada por Estados Unidos, donde murieron 22 personas y 150 resultaron heridas en el Hotel Canal, donde la ONU había instalado su cuartel general en la capital iraquí, en uno de los ataques más mortíferos contra la organización.
En lo que va de año, 62 trabajadores humanitarios han perdido la vida en las crisis que sacuden al planeta, 84 resultaron heridos y 34 fueron secuestrados, según datos provisionales del equipo de investigación "Aid Worker Security Database" de los consultores de Humanitarian Outcomes.
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El año pasado murieron 116 personas de las 444 que fueron víctimas de ataques, frente a los 460 registrados en 2021, que dejaron 141 muertos, según el informe que reproduce la agencia de noticias AFP.
Sudán del Sur lleva varios años ranqueado como el país más inseguro para esta profesión de alto riesgo. Hasta el 10 de agosto, se habían registrado 40 ataques contra personal humanitario, en los que murieron 22 trabajadores, informa la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Le sigue su vecino del norte, Sudán, con 17 ataques a trabajadores humanitarios y 19 víctimas mortales en lo que va de año, cifras que no se veían desde el pico del conflicto de Darfur entre 2006 y 2009.
También se registraron víctimas entre el personal humanitario en República Centroafricana, Malí, Somalia, Ucrania o Yemen.
"Los riesgos que enfrentamos van más allá de la comprensión humana", dicen las organizaciones no gubernamentales Médicos Del Mundo, Acción contra el Hambre y Handicap International en un informe financiado con ayuda de la Unión Europea.
Este informe realiza recomendaciones para garantizar el respeto del derecho humanitario, entre ellas, un mejor intercambio de datos entre ONG y grupos de trabajo dirigidos por la ONU.
Cada año, más del 90% de las víctimas de atentados son personal nacional, según la Organización Internacional para la Seguridad (INSO).
"La guerra moderna y la naturaleza asimétrica de los conflictos contribuyeron a esta violencia", sostiene este informe.
Las ONG tienen dificultades para financiar los costos relacionados con la seguridad. "Los donantes deberían asumir los costes relativos a la seguridad de nuestros empleados", dice Frédéric Penard, Director General de ACF.
"Cada año mueren en acto de servicio casi seis veces más trabajadores humanitarios que los que fallecieron aquel oscuro día en Bagdad, y en su inmensa mayoría son trabajadores humanitarios locales", lamentó Martin Griffiths, jefe de Asuntos Humanitarios de la ONU, para quien "la impunidad de estos crímenes es una cicatriz" en la conciencia colectiva.
Pese a los desafíos de seguridad y de acceso al terreno, los trabajadores humanitarios están haciendo campaña este año para poner de relieve su compromiso permanente de que #EstamosAquí para ayudar a las comunidades a las que sirven.
Ante el aumento de crisis en el planeta y el crecimiento "desmesurado" de las necesidades humanitarias, la ONU y sus socios tratan de asistir a casi 250 millones de personas en riesgo, 10 veces más que en 2003, recuerda la organización.
Con información de Télam