La ONU instó hoy a la comunidad internacional a rechazar la convocatoria a elecciones de la junta militar de Myanmar, al considerar que los comicios traerán más violencia y retrasarán el regreso de la democracia en ese país asiático sumido en el caos desde el golpe de Estado de 2021.
Si se llevan a cabo estas elecciones, en las que difícilmente puedan participar fuerzas opositoras a la junta militar, habrá "más violencia, prolongará el conflicto y hará todavía más difícil el regreso de la democracia y la estabilidad", declaró la enviada especial de la ONU, Noeleen Heyzer.
Dos años después de un golpe que puso fin al breve experimento democrático de Myanmar, la junta militar anunció la semana pasada su intención de realizar elecciones aunque sin fijar una fecha.
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El líder de la junta, Min Aung Hlaing, promulgó una nueva ley sobre el registro de partidos políticos, que se publicó el viernes pasado, que dificultará que los grupos de oposición presenten un desafío serio a los candidatos respaldados por el Ejército.
La norma establece niveles mínimos para los partidos, incluidos niveles de membresía 100 veces más altos que en las elecciones de 2020, además de estrictos requisitos de financiación.
El anuncio fue justo antes de que se termine el estado de emergencia declarado por las autoridades en febrero de 2021 y tras el cual la constitución señala que deben organizar nuevas elecciones.
Los militares tomaron el poder el 1° de febrero de 2021 aprovechando denuncias de fraude en las elecciones de noviembre de 2020, ganadas con holgura por el partido de la líder democrática Aung San Suu Kyi, arrestada junto a otros dirigentes civiles en la madrugada del día del golpe.
Las fuerzas de seguridad reprimieron la oposición generalizada al golpe militar con fuerza letal, mataron a casi 2900 civiles y arrestaron a miles de personas más que participaban en protestas no violentas.
La represión desencadenó la resistencia armada en gran parte del país. El Gobierno militar califica de grupos terroristas a las principales organizaciones que se le oponen.
Con la oposición diezmada, los militares deben celebrar elecciones a más tardar en agosto.
Pero dada la resistencia que se extiende por todo el país, es probable que mucha gente se abstenga de votar, pese al riesgo de represalias, y hay temor a que desencadenen un nuevo derramamiento de sangre.
Por ello, la enviada de la ONU pidió a la comunidad internacional "establecer una posición unida más fuerte" ante esta cuestión.
Observadores y analistas citados por la agencia de noticias AFP evalúan que la votación podría ser imposible en gran parte del país.
"En las zonas que controlan, es posible que la gente vote obligada y que lo haga por el partido o los partidos afines a la junta", declaró la experta Htwe Htwe Thein de la Universidad Curtin de Australia.
"La gente asumirá que está siendo observada y que podrían ser castigados por no votar o por votar contra la junta", agregó la académica.
Por otro lado, alertan que la elección no puede ser libre ni justa bajo las actuales circunstancias y que no será mas que una mera "actuación" de la junta para permanecer en el poder.
En la selva cerca de la frontera con Tailandia, Lin Lin, miembro de una de las varias "Fuerzas Populares de Defensa" que combaten a la junta, aseguró que la convocatoria a elecciones no cambia su cometido de sacar a los militares de la política birmana.
Más de un millón de personas ha sido desplazadas por la violencia desde el golpe, según la ONU, y los militares han sido acusados de bombardear a civiles y cometer crímenes de guerra para acabar con la resistencia.
El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Türk, dijo la semana pasada que el país enfrenta una "situación catastrófica que agrava el sufrimiento humano y los abusos de derechos todos los días".
Rusia ya se pronunció en apoyo a las elecciones y, aunque Washington urgió a la comunidad internacional rechazar los comicios como una "farsa", fuentes diplomáticas dicen que vecinos como Tailandia, India y China podrían darle su apoyo implícito.
Con información de Télam