(Corrige guía, reformula primer párrafo, agrega expulsión de Ericsson y reacción de EEUU)
Irak ordenó hoy la expulsión de la embajadora sueca en Bagdad luego de que el país escandinavo habilitara una protesta en Estocolmo en la que está previsto que se queme un ejemplar del Corán, un suceso que ya provocó esta madrugada un ataque incendiario contra la delegación diplomática de Suecia en Irak.
El primer ministro iraquí, Mohamed Shia al-Sudani, "ordenó a la embajadora sueca en Bagdad dejar el territorio", anunció su oficina en un comunicado en el que agregó que el Gobierno resolvió asimismo retirar a su encargado de negocios en Estocolmo.
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La decisión se tomó tras los "repetidos" incidentes de "profanación del sagrado Corán" y el hecho de que el Gobierno sueco autorizara "insultos a los santuarios islámicos y la quema de la bandera iraquí", según la misma fuente, citada por la agencia de noticias AFP.
Las autoridades también decidieron suspender la licencia de explotación del gigante sueco de telecomunicaciones Ericsson, según un comunicado difundido por la agencia de prensa estatal INA.
Más temprano, Bagdad había advertido que tomaría medidas si se permitía otra acción similar.
"El Gobierno iraquí informó ayer al Gobierno sueco, a través de canales diplomáticos, que se dirige hacia una ruptura de las relaciones diplomáticas con Suecia en caso de que se produzca una nueva quema del Corán", advirtió la oficina del primer ministro en un comunicado.
La advertencia se conoció luego de que se anunciaran en Suecia planes de grupos reaccionarios de llevar a cabo hoy otra quema de un ejemplar del Corán, como ocurrió el 28 de junio pasado, cuando Salwan Momika quemó varias páginas del libro sagrado musulmán ante la mezquita más grande de Estocolmo, en una protesta autorizada por la policía sueca en el primer día de la fiesta musulmana del Sacrificio.
Momika pisoteó el libro antes de introducir fetas de panceta entre sus páginas y quemar algunas de ellas.
Como protesta por la autorización de la nueva protesta, seguidores del líder religioso Moqtada Sadr, incendiaron esta madrugada la embajada de Suecia en Bagdad, ubicada a siete kilómetros de la Zona Verde, la más segura después de la invasión estadounidense de 2003.
Una serie de videos que se viralizaron rápidamente en las redes sociales mostró a personas reunidas alrededor de la embajada en Bagdad alrededor de la 1 de la madrugada. Una hora más tarde se advertía el ingreso de esas personas a la sede diplomática.
En algunos de esos videos podían verse llamas en el interior del edificio a través de ventanas, y también fuego en lo que aparentaba ser un jardín aledaño, así como grandes columnas de humo denso que salían del lugar.
El Gobierno iraquí condenó el ataque a la embajada sueca y se comprometió a castigar a los responsables del incendio, pero denunció a su vez "gestos provocadores" que constituyen "una incitación a la cultura de la violencia y del odio".
Unos 20 manifestantes fueron detenidos, según une fuente de seguridad y los servicios del primer ministro informaron que se decidió llevarlos "ante la justicia".
Irak también declaró que "reafirma su compromiso de garantizar la seguridad y la protección de todas las misiones diplomáticas, y promete hacer frente a cualquier ataque dirigido contra ellas".
Por su parte, el jefe de la diplomacia sueca, Tobias Billström, señaló que "lo que ha ocurrido es inaceptable" y en una reunión sobre seguridad presidida por el primer ministro sueco, los participantes "condenaron el incendio de la embajada".
Estados Unidos calificó de "inaceptable" que las fuerzas de seguridad iraquíes no actuaran para impedir que los manifestantes irrumpieran en la embajada sueca.
No es la primera vez que se queman libros sagrados en Suecia y otros países europeos, a veces bajo iniciativa de movimientos de extrema derecha.
En enero, la quema de un Corán frente a la embajada de Turquía en Estocolmo desencadenó semanas de protestas y llamamientos al boicot de productos suecos, y contribuyó a demorar el proceso de adhesión de Suecia a la OTAN por las objeciones turcas.
Con información de Télam