Violentos combates en Sudán a horas del inicio de una nueva tregua de una semana

22 de mayo, 2023 | 19.19

(Actualiza con entrada en vigor de tregua y enfrentamientos, según testimonios)

Un nuevo alto el fuego de una semana acordado por el ejército y los paramilitares que se disputan el poder en Sudán entró en vigor hoy, aunque seguían los enfrentamientos.

El país africano está sumido en una violenta crisis política. Aún no está claro si este cese del fuego facilitará el paso de civiles y ayuda humanitaria y si se estaba aplicando en el terreno, pues los combates principalmente en la capital, Jartum, y en Darfur, en el oeste, se reducen por los regular en las noches.

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La ONU registró durante todo el día "combates y movimientos de tropas".

Después de la entrada en vigor de la tregua seguían registrándose enfrentamientos en el noreste de Jartum, según testimonios, informó la agencia de noticias AFP.

Los mediadores estadounidenses y sauditas anunciaron ayer que, tras dos semanas de negociaciones en Arabia Saudita, se logró una tregua de una semana a partir de este lunes a las 21.45 de la capital Jartum (16.45 horas de Argentina).

Ambos bandos afirmaron que quieren respetar esta tregua, recibida favorablemente por la ONU, la Unión Africana y el bloque de África del Este IGAD, informó la agencia de noticias AFP.

Sin embargo, decenas de treguas fueron violadas desde que comenzaron los combates hace cinco semanas.

Esta vez, aseguraron Riad y Washington, habrá "un mecanismo de vigilancia del alto el fuego" con representantes de los dos bandos y de Estados Unidos y de Arabia Saudita.

Desde el 15 de abril, la guerra entre el ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al-Burhan, y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), lideradas por el general Mohamed Hamdan Daglo, dejaron un millar de muertos y más de un millón de desplazados y refugiados.

Las infraestructuras de este país de África Oriental, uno de los más pobres del mundo, quedaron en buena parte destruidas.

Casi todos los hospitales de Jartum y de la región occidental sudanesa Darfur ya no pueden operar, y los médicos denuncian los bombardeos aéreos o de artillería a centros de salud.

La mayoría de los 5 millones de habitantes de la capital, encerrados en sus casas, no tienen agua ni electricidad, y los grupos humanitarios piden corredores para llevar víveres, medicamentos y combustible.

En Jartum, los habitantes afirman que sus casas fueron saqueadas u ocupadas por paramilitares.

Sudán atraviesa una grave crisis tras el derrocamiento en abril de 2019 del presidente Omar al Bashir, quien gobernó el país durante casi tres décadas.

Al-Burhan es el dirigente de facto de Sudán desde el golpe de Estado del 25 de octubre de 2021 realizado junto a Daglo, cuando ambos líderes militares unieron fuerzas para expulsar a los civiles que de forma interina llegaron al poder tras el derrocamiento de Al Bashir.

Pero con el tiempo las tensiones entre ambos generales fueron creciendo, lo que derivó en los actuales combates.

Los desacuerdos entre ambos bandos rivales se basan principalmente en el futuro de los paramilitares y su integración dentro de las Fuerzas Armadas.

El viernes, el general Burhan destituyó al general Daglo de su puesto de adjunto en el Consejo de soberanía, a quien reemplazó por Malik Agar, un antiguo rebelde, y también nombró a tres de sus apoyos más leales en el alto mando del ejército.

El sábado, Agar afirmó que desea "parar la guerra y sentarse a la mesa de negociaciones", pero puso como condición que las FAR sean integradas en el ejército regular, que es el motivo de disputa entre los dos generales que provocó el conflicto.

En Sudán, más de una persona de cada dos necesita ayuda humanitaria, una cifra nunca vista en ese país de 45 millones de habitantes.

A la vez, el número de personas desplazadas por los combates superó la barrera del millón, incluidos más de 250.000 refugiados que huyeron a países vecinos por las hostilidades, según un informe dado a conocer esta semana por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

La ONU calcula que si la guerra continúa, un millón más de sudaneses podrían refugiarse en los países vecinos, que temen un efecto contagio.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los combates ya dejaron 705 muertes y 5.287 personas heridas.

Con información de Télam

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