El mandatario y candidato de centro Emmanuel Macron y la referente de la ultraderecha Marine Le Pen se preparan para su crucial debate televisivo de mañana con la esperanza de decantar la balanza presidencial a su favor, a cinco días del balotaje en Francia.
Si bien la candidata de Agrupación Nacional (RN) acortó distancias respecto del duelo de 2017, cuando Macron alcanzó el 66,1% de los votos, frente al 33,9%, este 2022 los sondeos vuelven a dar como ganador al candidato liberal con entre un 53 y 55,5% de los sufragios, frente a entre un 44,5 y 47% para Le Pen.
"Prepararé el debate desde mi casa de forma normal, como hago para todas las emisiones", aseguró Le Pen, quien ayer se dio un baño de multitudes en Normandía (noroeste) antes de encarar la recta final de su tercera campaña presidencial.
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El debate de mañana estará conducido por los periodistas de la televisión privada TF1 Gilles Bouleau y de la pública France 2 Léa Salamé, y será el primero de Macron, que rechazó debatir con sus rivales de la primera vuelta del domingo 10 de abril.
Ambos finalistas quieren atraer a los votantes del excandidato de ultraizquierda, Jean-Luc Mélenchon, quien tras quedarse a la puertas del balotaje con casi un 22% de votos, llamó a sus electores a no dar ni un solo sufragio a Le Pen, aunque no llamó explícitamente a votar por Macron.
Le Pen cambió su estrategia, tras el error cometido en el debate de 2017, que representó una debacle para la candidata de ultraderecha, a la que se le reprochó su "agresividad" y "su falta de preparación".
Días después, reconoció un "error estratégico", un mea culpa que reiteró en la actual campaña.
Por su parte, Macron aprovechó el Lunes de Pascua, feriado en Francia, para conceder tres entrevistas en radio y televisión, en las que llamó a combatir la abstención y agitó el espectro de las consecuencias de la llegada de la extrema derecha al poder.
"Piensen en lo que decían los ciudadanos británicos unas horas antes del Brexit o en Estados Unidos antes de la votación por [Donald] Trump: 'No voy a ir, qué sentido tiene?' Puedo decirles que al día siguiente se arrepintieron", dijo el actual mandatario en la cadena France 5.
Tras una consulta interna entre más de 200.000 personas que apoyaron la candidatura de Mélenchon, dos tercios pedían votar en blanco, nulo o abstenerse en el balotaje, mientras que el tercio restante abogó por votar al centrista.
Para intentar convencerlos, Macron ya dio un paso atrás en su propuesta estrella -impopular entre los votantes de izquierda- de retrasar la edad de jubilación de 62 a 65 años. Un día después de la primera vuelta se dijo abierto a retrasarla sólo hasta los 64 años.
Además, el candidato de La República en Marcha (LREM), de 44 años, se esfuerza en resucitar la imagen de radical de la heredera del Frente Nacional, que logró difuminar durante la primera vuelta al evitar poner el foco en temas como la migración o la seguridad.
A nivel de imagen, Macron también intenta deshacerse de la etiqueta de "presidente de los ricos", mostrándose desde hace semanas como alguien cercano.
Tras una primera vuelta con perfil bajo y en la que se presentó como la defensora del poder adquisitivo, Le Pen, de 53 años, busca ahora tranquilizar a los franceses sobre su eventual gobierno, asegurando que dirigirá Francia como "una madre de familia".
La mayoría de candidatos derrotados en la primera vuelta llamaron a votar por el presidenciable de LREM o contra Le Pen. Esta última recabó además el rechazo de sindicatos, deportistas, actores.
En tanto, a cinco días de las elecciones, el primer ministro, Jean Castex, anunció hoy que "como quiere la tradición", presentará su "dimisión y la del gobierno al presidente" en el caso de que Macron sea reelegido.
"Soy de los que esperan firmemente que el presidente Emmanuel Macron sea reelegido el domingo", dijo Castex a la radio France Inter, y abogó por un "nuevo impulso" si el mandatario centrista continúa cinco años más.
Con información de Télam