La crisis alimentaria global se hace un lugar en la agenda de la Cumbre de las Américas

08 de junio, 2022 | 19.33

(Agrega anuncio de EEUU y declaraciones del canciller de Honduras)

(Por Francisco Alcácer, enviado especial).- La jefa del organismo para la ayuda exterior de Estados Unidos anunció hoy un aporte de 331 millones de dólares para prevenir la inseguridad alimentaria en el continente americano, en un evento al margen de la Cumbre de las Américas que se celebra en la ciudad de Los Ángeles.

La administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), Samantha Power, dijo a un auditorio en un hotel de esta ciudad que la guerra en Ucrania agravó, en América y en el mundo, un panorama alimentario ya de por sí extremadamente complicado por la pandemia de coronavirus.

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La Cumbre de las Américas de Los Ángeles coincide con el avance a paso redoblado del cambio climático y un aumento imparable del precio de los alimentos.

La ONU ha advertido de hambrunas catastróficas en países pobres, y Rusia, Turquía y Europa se disputan sacar el grano de Ucrania bloqueado por la guerra.

Y aunque el mundo habla de seguridad alimentaria, el tema no está en la agenda oficial de la Cumbre de las Américas que se realiza en la ciudad de Los Ángeles.

Con el telón de fondo del conflicto entre Ucrania y Rusia, dos de los mayores productores de trigo del mundo, la problemática sí fue abordada en las márgenes de la cumbre por Power, aunque no estará en la mesa de discusiones entre el presidente Joe Biden y sus pares americanos, ni en la declaración final.

"La crisis requiere un enfoque integral, trabajar para satisfacer las necesidades de aquellos que enfrentan inseguridad alimentaria severa pero también lidiar con las raíces del hambre en el mundo", señaló Power.

El Gobierno del presidente Biden "anuncia hoy 331 millones de dólares en nuevo financiamiento para la seguridad alimentaria", dijo, y agregó que gran parte de la ayuda estará destinada a El Salvador, Guatemala y Honduras.

Cientos de miles de migrantes de esos tres países cruzar todos los años la frontera sur de Estados Unidos tras atravesar el territorio de México de sur a norte tratando de escapar de la pobreza y la violencia criminal.

La crisis tiene en vilo al Gobierno de Biden, y las inversiones buscan promover una mejora en las condiciones de ruralidad en el norte de Centroamérica, a la que se atribuye gran parte de la problemática.

Power dijo que 132 de los 331 millones de dólares irán a apoyar esfuerzos a largo plazo para reforzar la seguridad alimentaria y la sustentabilidad de los sistemas agroalimentarios de América.

"En Sudamérica, eso significa apoyar a los pequeños propietarios de tierra a incrementar sus rindes e ingresos al soportar el impacto del cambio climático y del aumento de los precios de la vivienda", prosiguió Power.

"Y eso implica dar ayuda financiera y asistencia técnica para apoyar la nutrición materna e infantil a través de iniciativas alimentarias y sanitarias", agregó.

Power presidió luego un panel de expertos que aportó su visión, entre ellos el canciller hondureño Eduardo Enrique Reina y el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el argentino Manuel Otero.

El ministro Reina dijo a Télam que recibía "con enorme beneplácito" el anuncio de Power sobre ayuda adicional a su país para lidiar con la inseguridad alimentaria y dijo que la Usaid financia ya proyectos en Honduras por unos 800 millones de dólares.

"Creo que es un mensaje muy interesante que refleja el interés de Estados Unidos en potenciar la relación con la región. Lo importante ahora será ver cómo se pone en práctica lo más pronto posible", agregó.

En su ponencia, Otero llamó a crear una "alianza continental para la seguridad alimentaria en las Américas para que nuestro continente se proyecte al mundo y asuma su responsabilidad, porque eso es más empleos y más ingresos y mejor calidad de vida".

El titular del organismo para la agricultura de la Organización de los Estados Americanos (OEA) pidió además redoblar el comercio interregional en América, desvincular el conflicto en Ucrania de la producción, de las exportaciones y al abastecimiento".

"El derecho a la alimentación es sagrado", dijo.

También propuso asegurar financiamiento para los agricultores, sobre todo a los pequeños agricultores, y crear más instancias de diálogo y monitoreo del tema de los precios y la disponibilidad de fertilizantes.

En declaraciones a Télam previas al evento, Otero dijo que valoraba la convocatoria de hace tiempo del Departamento de Estado a la reunión y el interés de Estados Unidos en el tema.

"Queremos ser de alguna manera los voceros que en esta reunión enfaticen que la seguridad alimentaria tiene que estar al tope de la agenda mundial", señaló.

"No puede haber hambruna. La conflictividad social por ese lado es un hecho que no está lejano. Entonces, sin querer dramatizar, nos parece que este es el tema", agregó.

Ucrania y Rusia producen un tercio del trigo mundial.

Ucrania dice que el bloqueo de sus puertos por Rusia le impide exportar 22.000 millones de toneladas de granos. Rusia, gran productor de fertilizantes, no puede venderlos en el mercado internacional -tampoco sus cereales- por sanciones occidentales.

En América Latina, la crisis ucraniana ha dejado en evidencia las enormes diferencias que hay en la producción de alimentos.

La región podría producir alimentos para abastecer a toda la población de sus países, pero debido a sus desigualdades y a factores climáticos, políticos y técnicos, como lo prevé el Programa Mundial de Alimentos (PAM), de la ONU, América Latina atravesaría una aguda crisis de inseguridad alimentaria.

De acuerdo con el PAM, antes de la invasión de Rusia a Ucrania, cerca de 9,3 millones de latinoamericanos ya sufrían inseguridad alimentaria. Ahora, en el transcurso de la invasión y el recrudecimiento del conflicto, se espera que esta cifra aumente a 13,3 millones de personas.

Con información de Télam