Suecia vota en legislativas marcadas por crecimiento de extrema derecha y adhesión a la OTAN

10 de septiembre, 2022 | 17.03

Suecia celebrará mañana una elecciones legislativas en las que el Partido Socialdemócrata de la actual primera ministra, Magdalena Andersson, se enfrentará al bloque conservador, con un fuerte ascenso de la extrema derecha, y en un momento histórico para el país por su futura adhesión a la OTAN.

Andersson, la primera mujer en liderar un gobierno en Suecia, fue elegida primera ministra en noviembre de 2021, aunque dimitió poco después de ser nombrada tras la salida de su socio de coalición, el Partido Verde, que decidió apartarse del Ejecutivo tras constatar que tendrían que gobernar con cuentas propuestas por la oposición.

Suecia está gobernada desde 2014 por los socialdemócratas, primer partido del país desde los años 1930.

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Andersson tiene la confianza de sus electores para conservar la jefatura del gobierno, con 55% de opiniones positivas, delante de su rival conservador del partido de los Moderados, Ulf Kristersson (32%), según apuntó la agencia AFP.

Pero la campaña estuvo dominada por temas favorables a la oposición de derecha como la criminalidad, los problemas de integración y el aumento del precio de la energía, entre otros.

El partido nacionalista antinmigración de los Demócratas de Suecia (SD), que durante mucho tiempo fue considerado un paria político en el país, tiene ahora posibilidades de ocupar el segundo lugar, según los sondeos, y podría ser decisivo en un posible acuerdo con la derecha tradicional en el parlamento, y por tanto para formar gobierno.

En medio de la incertidumbre sobre los resultados, dos probables alianzas están casi empatadas en los sondeos.

Por un lado, una coalición de centroizquierda con los partidos Socialdemócrata, Verde, de Izquierda y de Centro.

Por el otro, una alianza de derecha y extrema derecha con los partidos Moderado, Demócrata Cristiano, Popular Liberal y Demócratas de Suecia.

Según los últimos sondeos, la "constelación" de izquierda obtendría entre 48,6% y 52,6%, contra 47,1% a 49,6% para la derecha/extrema derecha.

El final del aislamiento del SD y su posible primacía en la formación de la unión de derechas suponen "un enorme cambio para la sociedad sueca", subrayó Anders Lindberg, editorialista del diario de izquierda Aftonbladet.

El SD es heredero de un grupo originalmente neonazi formado a fines de los años 80. El partido apenas obtenía 1% de votos hace 20 años y recién entró al Parlamento en 2010.

Con su discurso antinmigración, y de defensa del Estado protector tradicional, ha sabido conquistar a la clase obrera, los jubilados y los sectores menos calificados.

Critica las importantes llegadas migratorias al país, con cerca de 500.000 desde hace diez años, un 5% de la población.

En sus diez meses de gobierno, Andersson, exministra de Finanzas y campeona de natación, logró convencer a los socialdemócratas de una adhesión a la OTAN que antes era inimaginable para la formación. La invasión rusa de Ucrania fue el argumento para que Suecia cambiara de postura, después de permanecer dos siglos al margen de alianzas militares.

Según un sondeo de Novus publicado en mayo, el 53% de los suecos está a favor de la entrada del país en la Alianza Atlántica, frente al 37% que la apoyaba en enero, antes de la guerra en Ucrania, indicó la agencia Europa Press.

Turquía aún no ratificó el ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN, avalado ya por dos tercios de los estados miembro, debido a que Ankara le reprocha a Estocolmo su relación con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), algo que el Gobierno ya desmintió en varias ocasiones.

La ratificación es la etapa más larga en el proceso de adhesión a la organización militar, con el procedimiento burocrático de todos los aliados que, a su vez, cuentan con distintos sistemas de validación e implica, en muchos, casos votaciones parlamentarias.

Con información de Télam