La permanencia en el cargo de la primera ministra británica, Liz Truss, pendía hoy de un hilo luego de que más diputados de su Partido Conservador pidieran su renuncia y de la dimisión de la ministra del Interior con críticas a su Gobierno.
Un frustrado plan económico presentado por el Gobierno el mes pasado causó inquietud en los mercados y una crisis política que incluyó el reemplazo del ministro de Finanzas, varios giros de 180 grados y un quiebre de la disciplina en el partido gobernante.
Dos parlamentarios conservadores más se sumaron hoy a varios integrantes del oficialismo que piden que Truss deje el cargo que asumió hace apenas 45 días, un día después de que la premier dijera que es una "luchadora" y no alguien que tira la toalla.
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"En un momento de incertidumbre, necesitamos un liderazgo sólido, y lamento mucho decir que esto ha faltado claramente en las últimas semanas", afirmó el diputado Henry Smith a la emisora Times Radio.
La diputada Miriam Cate dijo a la misma radio que era hora de que Truss "se vaya" y apuntó a sondeos que muestran una enorme desaprobación popular de su gestión y que el opositor Partido Laborista es ampliamente favorito a ganar las próximas elecciones.
"Parece insostenible... y sí, creo que es hora de que la primera ministra se vaya. Las encuestas son realmente malas. Si hubiera elecciones hoy, claramente, saldríamos diezmados", apuntó.
Las próximas elecciones en el Reino Unido están previstas recién para 2024 y, según las reglas del Partido Conservador, Truss técnicamente está a salvo de un desafío de liderazgo durante un año.
Sin embargo, esas reglas pueden cambiarse si así lo dispone un número suficiente de legisladores conservadores.
Truss sufrió ayer un nuevo golpe con la renuncia de la ministra del Interior Suella Braverman, que dimitió luego de haber enviado por "error" un documento oficial desde su correo electrónico personal, algo que viola las reglas ministeriales.
En su carta de renuncia, la diputada Braverman lanzó evidentes críticas a Truss, al decir que tenía preocupaciones sobre la dirección del Gobierno".
La (correcta) administración del Gobierno depende de que las personas acepten la responsabilidad por sus errores", escribió, en una velada alusión a Truss, que esta semana dijo que lamentaba sus errores pero seguía al frente del partido y del Gobierno.
Esta baja es la segunda en el gabinete tras el despido del ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, cara visible de la presentación de un plan económico que generó las turbulencias financieras.
La libra cayó a su nivel más bajo de la historia y los rendimientos de los bonos de Estado a largo plazo se habían disparado, mientras que el Banco de Inglaterra tuvo que intervenir para impedir que la situación no llegara a una crisis financiera.
El nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, no solo dio marcha atrás con el paquete de medidas, sino que además anunció una suba de impuestos y recortes en el gasto público, generando aún más el descontento en la población.
Con información de Télam