Parte de los silos de granos del puerto de Beirut se derrumbó este domingo y provocó una extensa nube de polvo y humo, casi dos años después de que una gigantesca explosión causara la muerte de 215 personas y dañara severamente el puerto. El accidente desnudó una vez la inacción de las autoridades y la profunda crisis política y económica que atraviesa el Líbano.
Un incendio ha estado ardiendo en la parte norte de los silos durante unas tres semanas, emitiendo un resplandor anaranjado visible por la noche desde los vecindarios cercanos. Las autoridades libanesas advirtieron la semana pasada que parte de los silos podría colapsar.
No hubo informes inmediatos de muertos o heridos. Pero la imagen del derrumbe reabrió las heridas de miles de libaneses que aún esperan Justicia por los responsables de la masiva explosión de hace dos años, exactamente el 4 de agosto de 2020. La explosión, provocada por un gran almacén de productos químicos que se había mantenido en el puerto durante casi siete años, hirió a miles y destruyó la parte este de la ciudad, dejando a decenas de miles de personas en el área sin hogar.
Los residentes han dicho que el incendio de semanas en el puerto había reavivado el trauma de la explosión, por el cual nadie ha sido responsabilizado aún. Las autoridades han dicho que el fuego que ardía en los silos ha sido difícil de extinguir y que ocurrió naturalmente como resultado de la fermentación y la ignición del trigo sobrante.
Este tipo de tragedia se ha vuelto moneda corriente en un país sumido no solo en una crisis económica que ya lleva años, sino también en una parálisis política producto de un sistema de reparto de poder hace tiempo cuestionado por la sociedad, pero cuyos protagonistas se niegan a reemplazar o, al menos, a reformar.
Con información de Reuters