El presidente de Kazajistán renombró hoy la capital del país con su antiguo nombre, Astaná, en lugar de Nur-Sultán, el nombre que se le había dado a la ciudad en 2019 en homenaje al hombre que gobernó a la ex república soviética durante casi tres décadas.
En una muestra de ruptura con la herencia del exlíder kazajo Nursultán Nazarbayev, el presidente Kasym-Jomart Tokayev firmó una ley que devuelve a la capital su antiguo nombre, informó el Ejecutivo en su sitio web.
La ley, promulgada por el presidente un día después de su aprobación en el Parlamento, también alarga de cinco a siete años, no renovables, el mandato del jefe de Estado, precisó la agencia de noticias AFP.
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Tokayev, de 69 años, asumió la presidencia en marzo de 2019 tras la renuncia de Nazarbayev y fue confirmado en su cargo en las elecciones de ese mismo año con el 70,9% de los votos.
Poco a poco, empezó a tomar distancia de la herencia de su antecesor, realizando reformas y dejando de lado al influyente clan del expresidente.
En enero pasado, Kazajistán fue el escenario de unos disturbios sin precedentes desde su independencia en 1991, que fueron brutalmente reprimidos con un saldo de casi 200 muertos y al menos 12.000 detenidos.
La violencia estalló tras el inicio de una serie de manifestaciones contra la subida de los precios del combustible, en un contexto de años de deterioro del nivel de vida y de corrupción endémica entre las élites del país.
Esta semana, el papa Francisco visitó el país asiático por tres días y cerró su gira con un discurso en el que convocó a los líderes a enfocarse en "el bien del ser humano más que a los objetivos estratégicos y económicos, más que a los intereses nacionales, energéticos y militares".
Con información de Télam