La polémica reforma judicial que impulsa la coalición gobernante en Israel, y contra la que miles de israelíes protestan hace 10 semanas, superó hoy un primer paso cuando el Parlamento aprobó en primera lectura de una ley, clave de la iniciativa, que limita la capacidad de la Corte Suprema para anular textos considerados inconstitucionales.
El texto fue aprobado en la Knéset (Parlamento) por 61 votos a favor y 52 en contra, pero aún debe pasar dos lecturas más antes de convertirse en ley, informó la agencia de noticias AFP.
De pasar estos dos escollos, el Gobierno tendrá control total sobre los nombramientos judiciales y prohibirá que la Corte Suprema de Justicia vete leyes aprobadas por la Knesset, eliminando de esta forma unos de los controles institucionales más importante del país.
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El texto recibió luz verde de los parlamentarios poco antes de las 3 de la madrugada (22 de anoche en la Argentina).
La reforma, que en concreto traspasa atribuciones del Poder Judicial al Parlamento, es considerada por opositores y expertos como un retroceso en materia de separación de poderes y un "golpe judicial".
Antes de aprobar este texto, los diputados también respaldaron en primera lectura otra ley que limita las posibilidades de que el primer ministro sea objeto de un proceso de destitución.
El gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, en coalición con partidos ultraortodoxos y de ultraderecha, introdujo su reforma judicial en enero.
Desde entonces se han producido diez semanas de protestas a nivel nacional por un paquete de leyes que, además, protege a Netanyahu, enfrentado a acusaciones de corrupción.
El gobierno de Netanyahu argumenta que las reformas son necesarias para limitar la interferencia judicial, pero los manifestantes afirman que amenazan la democracia liberal de Israel al debilitar los controles y equilibrios.
El país vivió 10 semanas de protestas y activistas realizaron hoy una protesta frente a sedes ministeriales en Jerusalén, impidiendo brevemente el ingreso de los funcionarios.
"Detengan la carrera hacia una dictadura mesiánica y empiecen a trabajar hacia la democracia", gritaron los manifestantes antes de que 10 de ellos fueran detenidos por la policía.
El presidente israelí, Isaac Herzog, cuyo papel es en gran parte ceremonial, intentó mediar en un diálogo sobre el proyecto, que ha dividido profundamente la política y la sociedad israelíes.
Herzog advirtió anoche que la "crisis constitucional y social" daña al país y que "podría tener repercusiones diplomáticas, económicas, sociales y de seguridad".
El líder opositor Yair Lapid, un ex primer ministro, se negó a participar en un diálogo hasta que la coalición de gobierno frene sus esfuerzos por convertir la reforma en ley.
En tanto, un grupo de académicos evalúa presentar al parlamento una versión de consenso de las reformas con el fin de "evitar un caos constitucional".
Con información de Télam