(Actualiza con nuevas adhesiones a la manifestación y declaraciones de Ministro de Defensa y de líder opositor)
Decenas de miles de personas llegaron hoy a Jerusalén en la última etapa de una marcha hacia el Parlamento que comenzó el martes y que busca presionar al primer ministro, Benjamin Netanyahu, para que frene una reforma judicial que, según denuncian, pondría en riesgo la independencia del Poder Judicial.
Los manifestantes hicieron una última parada ayer antes de entrar en Jerusalén para realizar una comida comunitaria y celebrar el "sabbath", la festividad semanal judía y luego durmieron en Shoresh, 20 kilómetros al oeste de la ciudad santa.
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Esta mañana desayunaron con viandas donadas por simpatizantes e iniciaron el último trayecto hacia Jerusalén, con la vista puesta en la Knesset (Parlamento) en una columna de varios kilómetros a la que hoy se sumaron miles de personas más de todo el país.
El objetivo no era cortar la ruta, pero la gran cantidad de gente y los coches estacionados en las banquinas por las personas que hoy se incorporaron a la marcha hicieron que los problemas de tránsito fueran inevitables.
También se sumaron miembros del grupo Protesta Estudiantil, que instalaron carpas en el parque Saker, muy cerca de la Knesset, desde donde tuitearon que no se moverían "hasta que se pare el proyecto de ley".
También hay convocadas para hoy concentraciones frente a la residencia oficial del primer ministro y en la calle Kaplan de Tel Aviv, epicentro de las protestas de los sábados desde hace 29 semanas.
Además hay otros 150 actos y concentraciones convocados por todo el país.
En las últimas horas, la protesta ganó el respaldo de más de 1.100 reservistas de la Fuerza Aérea israelí, que amenazaron con suspender su servicio de voluntariado si se aprobaba la reforma,
"Todos tenemos la responsabilidad de poner fin a las profundas divisiones en el seno de la población", afirmaron 1.142 reservistas, entre ellos 235 pilotos de combate, 173 operadores de drones y 85 soldados de unidades de comando, en una declaración conjunta.
Cualquier legislación aplicada de manera "irrazonable" "comprometería mi voluntad de seguir arriesgando mi vida y me obligaría, con gran pesar, a suspender mi servicio de reserva voluntario", agregaron los firmantes, que llaman al gobierno a "mantener la independencia" del sistema judicial.
A ellos se unió el grupo de veteranos del Ejército, Hermanos en Armas, que anunció que 10.000 de sus soldados dejarán de presentarse como voluntarios para sumarse a la protesta.
El líder de la oposición, Yair Lapid, se incorporó este sábado a los manifestantes en el último tramo de la movilización.
Solo hay dos posibilidades para el gobierno en los próximos días: destruir el país o destruirse a sí mismo. Destruir el ejército, la economía y las relaciones con los estadounidenses, o no, declaró Lapid.
Netanyahu necesita elegir lo que prefiere: las Fuerzas de Defensa de Israel o la cláusula de 'razonabilidad', agregó, durante la protesta en la ciudad de Modiin, a unos 30 kilómetros de Jerusalén.
La reforma impulsada por el Gobierno, formado en diciembre último con el apoyo de partidos de extrema derecha y formaciones ultraortodoxas judías, busca aumentar el poder del Parlamento sobre el de la Corte Suprema.
El Ejecutivo, que pretende aprobar entre el lunes y el martes una ley que prohíbe al Tribunal Supremo y a otros tribunales aplicar el criterio de "razonabilidad" para vetar sus decisiones, considera que la reforma es necesaria para asegurar un mejor equilibrio de los poderes.
Los detractores de Netanyahu afirman que podría empujar al país hacia un modelo autoritario.
En este contexto, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, informó que estaba intentando aplazar la votación y "tomando medidas para lograr un consenso amplio y garantizar la seguridad del Estado de Israel", en un comunicado recogido por The Times of Israel y replicado por la agencia de noticias Europa Press.
Desde el anuncio en enero pasado del proyecto, decenas de miles de personas se manifiestan cada semana, en lo que se considera uno de los movimientos de protesta más grandes de la historia de Israel.
El proyecto provoca críticas también en el exterior.
El presidente estadounidense, Joe Biden, pidió a finales de marzo al Gobierno israelí que busque consensos con quienes se oponen al proyecto.
Biden y Netanyahu hablaron por teléfono este lunes y acordaron reunirse a la brevedad para abordar el tema, según refirió John Kirby, vocero de la Casa Blanca.
Con información de Télam