Los ministros europeos de Relaciones Exteriores abrirán mañana en Praga una discusión sobre el controvertido pedido lanzado por Ucrania para que la Unión Europea prohíba el ingreso de turistas rusos, una iniciativa que divide aguas en el bloque.
En principio, el Alto Representante para Política Exterior de la UE, el español Josep Borrell, introdujo anoche una sombra de duda en el debate al considerar que "no es una buena idea".
"Para mí, una prohibición completa para todos los rusos (...), independientemente de los motivos, no es una buena idea. No creo que la ruptura de la relación con la población civil de Rusia sea de ayuda, y tampoco creo que esa idea tenga el apoyo unánime que se requiere", manifestó Borrell en una declaración a la TV austríaca recogida por las agencias AFP, Europa Press y Sputnik.
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Los países bálticos, Polonia y Finlandia defienden una posición común del bloque europeo sobre la propuesta, que será el punto central de la agenda en una reunión que se iniciará en la capital de Chequia.
La medida no tiene precedentes en la UE, aunque un puñado de países vecinos de Rusia ya ha tomado iniciativas unilaterales para limitar los visados a ciudadanos rusos.
Como parte de sus sanciones por la guerra en Ucrania, la UE ya decidió vetar visas a determinados ciudadanos vinculados al gobierno ruso, pero la medida no alcanza por ahora a la emisión de visas de turista.
La controvertida idea fue lanzada por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, quien pidió que los países occidentales cierren sus fronteras a todos los ciudadanos rusos, incluidos los turistas, afirmando que deberían "vivir en su propio mundo hasta que cambien su filosofía".
Por su parte, el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, recordó que los rusos "apoyan abrumadoramente la guerra, aplauden los ataques con misiles en ciudades ucranianas y (el) asesinato de ucranianos. Dejemos que los turistas rusos disfruten de Rusia, entonces".
El Gobierno ruso reaccionó con indignación, y calificó la idea como "irracional", además de prometer represalias.
Finlandia, país que tiene la frontera más larga de Europa con Rusia, reducirá a partir del próximo jueves el número de solicitudes de visa de turista a ciudadanos rusos, a solamente el 10% de los mil pedidos habituales diarios.
La ley finlandesa no permite una prohibición total de la concesión de visados con base en la nacionalidad del solicitante.
Sin embargo, la medida decidida en Finlandia tendrá un impacto: como las sanciones de la UE cerraron el espacio aéreo a los vuelos desde Rusia, muchos ciudadanos de esa país utilizan vías terrestres a través de Finlandia para llegar a otros países europeos.
En tanto, Letonia, Lituania y Polonia ya dejaron de emitir nuevos visados de turista a ciudadanos rusos cuando las fuerzas del Kremlin invadieron Ucrania, a fines de febrero.
Las sanciones de la UE requieren la unanimidad de los 27 estados miembros, pero Hungría, país que mantiene lazos amistosos con Rusia, podría vetar una prohibición de visado en todo el bloque.
Además, varios países de la UE -entre ellos Francia, Alemania y Portugal- insisten en que se debe seguir permitiendo la entrada a periodistas rusos y otros civiles que temen ser perseguidos.
Lituania, a su vez, ha sugerido que si no se acuerda una prohibición en toda la UE, podría buscar una "solución regional", posiblemente incluyendo a Letonia, Estonia, Finlandia y Polonia, para vetar turistas rusos.
Con información de Télam