(Agrega declaraciones de Zelenski)
Las fuerzas rusas mantenían hoy el cerco alrededor de Kiev y bombardearon áreas civiles de otras ciudades ucranianas, mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, acusaron al Kremlin de no tener intención de "parar la guerra" durante una conversación con el mandatario ruso Vladimir Putin.
La ofensiva comandada por Moscú desde el 24 de febrero destruyó hoy el aeropuerto de Vasylkiv, unos 40 kilómetros al sur de la capital, donde un depósito de combustible se prendió fuego, según el alcalde de esa ciudad.
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Los suburbios del noroeste de la capital, como Irpin y Busha, llevan días bajo las bombas rusas, mientras los blindados de Moscú avanzan por el eje del noreste.
Las autoridades de Kiev ofrecen transporte para que los habitantes de los alrededores lleguen a la urbe e inició un acopio de productos de primera necesidad para evitar faltantes antes que se complete el cerco de las fuerzas rusas.
"La capital, cerca de la cual continúan los combates, se prepara para la defensa. Seguimos reforzando los puntos de control. Creando reservas de productos, medicamentos y bienes de primera necesidad", aseguró hoy el alcalde Vitaliy Klitschko en su cuenta de Telegram.
El ejército ucraniano indicó que las tropas rusas centran sus esfuerzos en la capital, en Mariupol y en varias localidades en el centro como Krivoi Rog, Kremenchuk, Nikopol o Zaporiyia.
Medios locales indicaron también la activación de las sirenas antiaéreas en Odesa, Dnipro y Jarkov, consignó la agencia de noticias AFP.
Después de dos semanas de asedio, gran parte de la atención se centra en Mariupol, en el mar de Azov, donde los habitantes están incomunicados, sin agua, gas o electricidad e incluso se pelean para conseguir alimentos, según contaron desde el terreno la Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras.
"Mariupol asediada es actualmente la peor catástrofe humanitaria del planeta. 1.582 civiles muertos en doce días, enterrados en fosas comunes como ésta", dijo ayer el jefe de la diplomacia de Ucrania, Dmytro Kuleba, en un tuit acompañado por la foto de una zanja con cadáveres.
El Gobierno ucraniano denunció hoy que una mezquita de Mariupol en la que había refugiados unos 80 civiles, incluidos ciudadanos turcos, había sido bombardeada, pero la información fue desmentida luego por una autoridad del lugar de culto.
Las autoridades ucranianas anunciaron la apertura de un nuevo corredor humanitario para intentar llevar 90 toneladas de alimentos y medicamentos a Mariupol.
Hasta ahora fracasaron todos los intentos para evacuar de forma masiva a los civiles, con acusaciones cruzadas entre las partes de haber violado la tregua necesaria para permitir la salida de vehículos particulares y micros.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, les pidió hoy ayuda a Francia y Alemania para liberar al alcalde de Melitopol, supuestamente secuestrado por las fuerzas rusas que ocuparon la ciudad, horas después de que unas 2.000 personas salieran a las calles a reclamar lo mismo.
Según el presidente ucraniano y el Parlamento, el alcalde Ivan Fedorov fue secuestrado ayer por soldados rusos que ocupaban esa ciudad del sur de Ucrania, a medio camino entre Mariupol y Jerson, porque se "negaba a cooperar con el enemigo".
En una conferencia de prensa en Kiev, Zelenski destacó de todos modos que Rusia adoptó un "enfoque fundamentalmente diferente" en las negociaciones y que Moscú ya no se limita a "dar ultimátums", por lo que se siente "feliz de recibir una señal de Rusia", luego de que Putin dijera que vio "pasos positivos" en las últimas negociaciones bilaterales.
Zelenski confirmó que al menos 1.300 militares ucranianos murieron desde el comienzo de la invasión rusa al país. El balance es una de las primeras estimaciones concretas proporcionadas por el Ejecutivo sobre el numero de bajas provocadas por la ofensiva rusa.
Además, dijo que 12.000 militares rusos fallecieron, una cifra que ya había dado horas antes el Estado Mayor ucraniano, aunque no está confirmada por el Kremlin.
El 2 de marzo, el ejército ruso afirmó haber perdido, por su parte, a 500 soldados, una cifra que no actualizó desde entonces.
En tanto, en la ciudad de Mikolaiv, en el sur del país, un hospital fue alcanzado por un bombardeo y muchos de los residentes tuvieron que huir, según la denuncia de las autoridades ucranianas.
"Están atacando zonas civiles, sin ningún objetivo militar", dijo el jefe del hospital, Dmytro Lagochev. "Aquí hay un hospital, un orfanato y una clínica oftalmológica", añadió.
La crisis humanitaria se agrava, con más de 2,6 millones de personas exiliadas, de las cuales cerca de 1,6 millones están en la vecina Polonia.
Mientras tanto, las potencias occidentales continúan presionando a Moscú para que decrete un cese al fuego mediante conversaciones esporádicas con el Kremlin y sanciones económicas.
Macron y Scholz hablaron hoy con Putin durante una hora y media y le volvieron a pedir a Rusia un "alto el fuego inmediato" y que "levante el asedio" Mariupol, donde la situación es "humanamente insostenible", señaló el Eliseo, según consignó la agencia de noticias AFP.
Putin, por su parte, habló de "asesinatos extrajudiciales de opositores", "toma de rehenes por parte de civiles" y su "uso como escudos humanos", así como el "despliegue de 'armas pesadas en áreas residenciales, cerca de hospitales, escuelas y guarderías', según un comunicado del Gobierno ruso.
Estas acusaciones fueron calificadas de "mentiras" por la Presidencia francesa.
Previamente, Macron había advertido de más "sanciones masivas" si Moscú intensifica los bombardeos o asedia Kiev, sin descartar incluso prohibir las importaciones de hidrocarburos de Rusia, de los que depende el mercado energético europeo.
Alemania anticipó hoy que quiere prescindir del petróleo ruso de aquí a final de año, y del carbón en otoño boreal, aunque reconoció que es más difícil la situación con el gas que representa el 55% de su suministro total.
Además de la presión económica, los países occidentales enviaron material militar a Ucrania, pero evitan una confrontación directa entre la OTAN y Moscú que, en palabras del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, provocaría "la Tercera Guerra Mundial".
"Hemos advertido a Estados Unidos de que la entrega de armas que están orquestando desde una serie de países no sólo es un acto peligroso, sino que convierte a estos convoyes en objetivos legítimos", indicó el viceprimer ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Ryabkov en una entrevista con el canal de televisión Pervy Kanal.
Con información de Télam