(Agrega declaraciones de López Obrador y Biden)
Los presidentes de México, Andrés López Obrador; y de Estados Unidos, Joe Biden; y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; se reunirán mañana en la cumbre anual de América del Norte, con una agenda que contempla centralmente cuestiones vinculadas a la integración, la seguridad, el comercio y la migración.
Será el encuentro que marque la continuidad de las reuniones de Los tres amigos, como se suele llamar informalmente a estas conversaciones, la última de las cuales se hizo en Washington en noviembre de 2021.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
La reunión no se produjo en ninguno de los cuatro años de mandato del republicano Donald Trump.
En rigor, López Obrador, Biden y Trudeau llegarán a la conversación de mañana después de haber compartido esta noche una cena que opera como el encuentro de bienvenida del anfitrión, aunque con un carácter más distendido.
De hecho, participan de la cena las esposas de los tres gobernantes: Beatriz Gutiérrez-Muller, Jill Biden y Sophie Gregoire Trudeau.
Como organizadora de la cumbre, fue la Cancillería mexicana la que difundió la agenda de trabajo, que tendrá seis ejes y que, de alguna manera, ya fueron tratados en la bilateral que mantuvieron hoy López Obrador y Biden, y estarán en la charla también bilateral del miércoles entre el mandatario local y Trudeau.
Diversidad; equidad e inclusión; medioambiente y cambio climático; competitividad con el resto del mundo; migración y desarrollo; salud, y seguridad son las áreas que estarán en la mesa de discusiones trilateral, que se llevará a cabo en el Palacio Nacional.
"Es el momento de terminar con ese olvido, con ese abandono, ese desdén hacia América Latina y el Caribe opuesto a la política de la buena vecindad de ese titán de la libertad que fue el presidente Franklin Delano Roosevelt", dijo López Obrador frente a Biden en el comienzo de una reunión con sus equipos de gobierno en la Ciudad de México.
"Presidente Biden, usted tiene la llave para abrir y mejorar sustancialmente las relaciones entre todos los países del continente americano", agregó el anfitrión.
Biden le respondió que Estados Unidos "gastó miles de millones de dólares" en el hemisferio occidental solo en los últimos 15 años y remarcó que su país "proporciona más ayuda extranjera que cualquier otro país".
"Desafortunadamente, nuestra responsabilidad simplemente no termina en el hemisferio occidental", dijo el jefe de la Casa Blanca, que subrayó que la cooperación de Washington se extiende "por todo el mundo", según la agencia de noticias AFP.
Esta X décima cumbre sirvió para que Biden haga su primera visita a México como presidente de EEUU, en tanto para Trudeau será la segunda llegada oficial.
En la cuestión migración, es probable que se repitan demandas que hayan estado hoy en la charla a solas de Biden y López Obrador: el estadounidense reclama medidas de control del flujo migratorio y el méxicano algún mecanismo de asistencia -incluso económica- para bajar las cifras de emigrados.
Y eso aún cuando Washington anunció la semana pasada un programa de visas humanitarias -consensuado con México- para atender la saturación de la frontera en común, que Biden palpó ayer con una visita a la ciudad fronteriza de El Paso, en Texas.
A México le toca seguir conteniendo el paso de migrantes en su frontera sur, aunque entrega permisos temporales de refugiados a algunos que buscan llegar a EEUU, en habituales caravanas, a veces, salidas desde El Salvador, Honduras y Nicaragua.
Sobre el punto, un grupo de 94 organizaciones de la sociedad civil de países de Norteamérica pidió a los presidentes enfocar las discusiones de su próxima cumbre en el acceso al asilo.
En una carta abierta, las organizaciones reclamaron a los gobernantes "centrar sus discusiones sobre la migración regional en los derechos humanos, la protección humanitaria y el acceso al asilo para las personas que huyen de la persecución", reportó la agencia Sputnik.
El texto juzga que la cumbre ofrece un espacio oportuno para que los tres países trabajen juntos en cumplir el compromiso asumido en la Declaración sobre Migración y Protección de la Cumbre de las Américas de Los Ángeles, celebrada en junio del año pasado.
En ese documento, los países firmantes se comprometieron a "proteger la seguridad y la dignidad de todas las personas migrantes, refugiadas, solicitantes de asilo y apátridas, independientemente de su estatus migratorio, y respetar sus derechos humanos y libertades fundamentales".
La cuestión seguridad es clave para los tres países, porque incluye la seguridad en las fronteras, el tráfico de drogas y los procesos judiciales en EEUU a los miembros de las organizaciones criminales.
Más compleja parece la cuestión económica, porque los tres países analizan reabrir algunas discusiones en torno del tratado de libre comercio que compàrten.
Fue el gobierno de López Obrador el que generó algunas quejas, a partir de su política energética que, para sus socios, va en contra de la competencia libre, porque limita la participación de firmas extranjeras en el mercado local.
Para Washington y Ottawa, las reformas con las que López Obrador busca limitar la participación extranjera en el sector energético favorecen a la estatal Comisión Federal de Electricidad en detrimento de firmas privadas, lo que a su juicio violaría normas del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).
Tras la llegada de Biden y Trudeau mañana al Palacio Nacional habrá una ceremonia de recepción y se hará la fotografía oficial de la cumbre y luego las delegaciones tendrán un almuerzo de trabajo.
La cumbre propiamente dicha será después y se estima que terminará a las 15 (las 18 de Argentina), con un mensaje compartido por los tres presidentes.
Biden se irá desde la sede gubernamental hacia el aeropuerto para regresar a Washington, y Trudeau se quedará para otro encuentro, ahora a solas, con López Obrador en la mañana siguiente.
Horas antes de verse, los tres presidentes ya pudieron exhibir hoy una coincidencia:
Canadá, México y Estados Unidos condenan los ataques del 8 de enero contra la democracia brasileña y contra una transferencia pacífica del poder, indicaron los mandatarios en un texto difundido por la Casa Blanca.
"Estamos del lado de Brasil en la defensa de sus instituciones democráticas", remarcó el comunicado conjunto.
La cumbre de mañana será en medio de un potente esquema de seguridad, que incluye el cierre desde esta mañana de las calles que rodean al centro histórico del DF, miles de militares y policías distribuidos por la zona, el desvío de transportes públicos y el cierre de la estación Zócalo del subte hasta el miércoles.
Con información de Télam