El Gobierno italiano sostuvo hoy que "no hay vínculo" entre la nueva ley migratoria que desde diciembre regula la acción de rescatistas en el Mediterráneo y el naufragio de una embarcación de migrantes ocurrido el domingo cerca de la sureña ciudad de Crotone, en Calabria, por el que murieron al menos 63 personas.
"No hay vínculo entre las nuevas reglas y el naufragio, o entre las nuevas reglas y el posible aumento de muertes en el mar", planteó el ministro del Interior en una entrevista que publica hoy el diario Corriere.
La embarcación chocó contras unas rocas a unos metros de la costa, según las autoridades costeras, en un contexto de sobrecarga de la nave que el Gobierno italiano atribuye a los "traficantes de personas" que operan en el Mediterráneo.
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Se estima que había más de 170 migrantes a bordo del barco, dijeron el organismo de la ONU para los refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones, otro organismo de la ONU, en un comunicado conjunto.
El texto defendido por Italia, que elimina las sanciones penales para las organizaciones que rescaten personas en altamar, establece que las embarcaciones humanitarias ya no podrán deambular por el Mediterráneo llenas de personas en búsqueda de naufragios sino que deberán avisar a las autoridades italianas luego de cada rescate que efectúen.
"Creo que el mensaje debe ser claro: quienes huyen de una guerra no deben depender de traficantes sin escrúpulos, los Estados deben ser responsables y con políticas solidarias para ofrecer la salida a su tragedia", precisó luego Piantedosi.
Los barcos humanitarios, asegura el decreto-ley vigente desde diciembre, deberán entonces dirigirse de inmediato al puerto asignado para hacer descender a las personas rescatadas.
Con el nuevo marco legal, que incluye hasta la confiscación de las naves que no cumplan las disposiciones, los comandantes que hagan los salvatajes deberán comunicar a las personas rescatadas los procedimientos para el pedido de asilo vigentes en los países de bandera de cada barco.
La situación geográfica de Italia la convierte en un destino de elección para los demandantes de asilo que pasan del norte de África a Europa, así como de las personas que buscan llegar, también por vía marítima, desde Turquía.
El marco de la nueva tragedia inmigratoria es el reclamo constante de Italia, apoyado entre otros por el papa Francisco, para que haya una "respuesta europea" al aumento del flujo de personas que buscan llegar al continente.
En ese contexto, la premier italiana Giorgia Meloni insistió en las últimas horas con su reclamo de una "respuesta europea común", frente a un escenario en el que Roma denuncia incumplimientos de parte del resto del bloque de las cuotas de acogida.
"La única forma de abordar este asunto con seriedad y humanidad es detener las salidas y sí, necesitamos una Europa que, además de declarar su voluntad, actúe con rapidez", sostuvo Meloni en declaraciones televisivas.
Según el Ministerio del Interior italiano, cerca de 14.000 migrantes han llegado al país desde principios de año, frente a los 5.200 del mismo periodo el año pasado y 4.200 de 2021.
Con información de Télam