Il Cavaliere: Berlusconi, el último garante de la estabilidad política en Italia

El líder de Fuerza Italia inauguró una manera de hacer política. Con él murió la I República Italiana y nació la II, y su partido ha sido clave para garantizar alianzas de gobierno. 

24 de diciembre, 2022 | 19.27

El líder de Fuerza Italia y pieza fundamental de la política italiana, Silvio Berlusconi, recuperó el protagonismo luego de varios años en los que muchos lo dieron por retirado. Conocido como “Il Cavaliere” (el caballero), el tres veces primer ministro aportó el ocho por ciento de los votos en las elecciones generales que se celebraron en octubre de este año y permitió a la ultraderechista Giorgia Meloni (Hermanos de Italia) formar gobierno junto a La Liga de Matteo Salvini. Si bien Berlusconi es socio minoritario dentro de la coalición de gobierno, sigue siendo, aún hoy, el único líder capaz de garantizar alianzas y el único que, en medio de la inestabilidad propia de la política italiana, es considerado "un hombre de Estado".

En 2011, acorralado por la crisis económica que afectó a toda la Unión Europea, Berlusconi se vio forzado a renunciar en medio de protestas en la capital italiana y también con varios llamados de atención de las autoridades de la comunidad por el desastre financiero. Muchos leyeron la renuncia de Berlusconi como una moneda de cambio para que la Unión Europea habilitara un paquete de ayudas económicas. Así dio fin a su tercer mandato como primer ministro, cargo que había ejercido también entre 1994-1995 y 2001-2006. Desde entonces, enfrentó una decena de litigios por casos de corrupción y prostitución de menores y volvió a escena en las elecciones regionales de 2013 cuando armó, por primera vez, una alianza entre Hermanos de Italia y La Liga y ganó en Sicilia. A partir de ese desempeño, empezaron a circular rumores sobre una posible vuelta de Il Cavaliere

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"Ho scelto di scendere in campo (Elegí salir al campo)"

La historia de Berlusconi es la historia de los últimos 30 años de la derecha italiana. Fue quien inauguró una forma de liderazgo hasta entonces única y el que guió la transición hacia el neoliberalismo. Previo a su salto a la política, en 1994, Berlusconi se dedicaba a hacer negocios en la construcción y en el fútbol. Uno de sus hitos fue armar el barrio Milano Due, una zona residencial en Milán sospechada de ser una fachada para lavar plata de la mafia, y después se desarrolló en el mundo de los medios donde construyó un imperio de la comunicación con tres canales de televisión. Dirigió el club Milan, desde 1985 hasta cuatro años atrás, y lo convirtió en uno de los equipos más exitosos del mundo. 

Todo este know how y popularidad que había acumulado Il Cavaliere se convirtieron en un enorme valor cuando en 1992 estalló un escándalo de corrupción conocido como Mani Pulite que cambió el curso de la política italiana, al salpicar a todo el arco de partidos. El terremoto que causó el descubrimiento de un sistema de financiamiento ilegal terminó por sellar la muerte de los partidos políticos tradicionales (la Democracia Cristiana, el Partido Socialista Italiano y el Partido Comunista Italiano) y se abrió una ventana de oportunidad para alguien como Berlusconi y su partido Fuerza Italia. 

"Berlusconi fue el primero en ejercer un tipo de liderazgo que después apareció en otros lugares del mundo; un emprendedor que hace el salto a la política", definió en diálogo con El Destape Francesco Campolongo, politólogo de la Universidad de Calabria y agregó: "Hizo su ingreso a la política en 1994 con un famoso video en el que dijo 'Ho scelto di scendere in campo' que es una expresión futbolística para referirse a cuando un jugador entra al partido, y armó una narrativa sobre salvar a Italia del comunismo con su partido Fuerza Italia".

Apoyado en su conocimiento sobre los medios y el marketing, Berlusconi empujó a una renovación de la derecha italiana que empezó a girar en torno a él. Lo favoreció no sólo el escándalo de corrupción sino también el particular golpe que significó para Italia la caída del Muro de Berlín y el desarme de la identidad comunista. En ese escenario logró que por primera vez Italia estuviera gobernada por una mayoría que no tenía nada que ver con el antifascismo de la Segunda Guerra Mundial; es más los partidos herederos del fascismo cambiaron un poco su fachada y volvieron de la mano de Il Cavaliere. "Berlusconi tuvo la inteligencia para entender que había un vacío y que él podía entra ahí. Construyó un partido azzenda (empresa) usando su propio grupo editorial y sus canales de televisión. Eso le permitió también crear un mensaje cultural sobre el machismo y el anti comunismo; logró demonizar al Estado e instalar un mensaje de libre mercado", explicó Campolongo. 

 Berlusconi, un "hombre de Estado"

A pesar de que renieguen de él, la historia reciente de Italia no se explica sin Berlusconi. Es el hombre que vio morir la I República Italiana y con él nació la II; que construyó una nueva geografía de partidos y de alianzas y que logró que Fuerza Italia estuviese siempre en las mayorías de gobierno. "Hay datos interesantes como que muchos ministros de los distintos gobiernos ya lo habían sido, en un primer momento, en el de Berlusconi. Es el caso de la propia Meloni que había liderado la cartera de Juventud durante el 2008", explicó el politólogo de Calabria. 

Es también la garantía de cierto "europeísmo" en la formación que conduce Meloni, precisamente cuestionada por sostener durante años una posición más vinculada a salir de la Unión. "Si el partido de Meloni ha logrado en los últimos años ser siempre oposición, Fuerza Italia siempre ha garantizado gobiernos técnicos, tanto en las formaciones de izquierda como de derecha. Ha sido el partido de 'la responsabilidad' y ha gobernado junto al Partido Democrático (centro izquierda)", explicó Campolongo y agregó: "Entonces, a pesar de que la izquierda haya denunciado siempre los negocios e intereses de Berlusconi es quien más a contribuido a hacer de él un hombre de Estado y borrar parte de su historia previa".

Saberse indispensable de la política italiana reforzó con los años su actitud impune para enfrentar los distintos escándalos que lo tuvieron como protagonista. Después de ser apuntado por organizar fiestas con menores de edad y ser defendido por su conglomerado de medios, este año y plena campaña electoral se filtraron audios que evidenciaron sus buenos vínculos con el presidente ruso, Vladímir Putin. En una reunión con sus colaboradores, Berlusconi reveló que su "amigo de toda la vida" le había mandado 20 botellas de vodka y "una carta muy dulce" por su cumpleaños. Todo en medio de la invasión rusa a Ucrania. Hace pocos días, en un brindis previo a navidad con los futbolistas de su equipo (Monza) volvió a ser noticia cuando se viralizó un video en el que el líder de Fuerza Italia prometió a sus jugadores llevar "al vestuario" un "micro repleto de prostitutas", si lograban la victoria ante alguno de los grandes clubes en la liga. 

Con los 86 años de Berlusconi y su intensa trayectoria política, la pregunta que sobrevuela hoy en Fuerza Italia es si el partido que lo vio nacer podrá sobrevivir a la muerte de Il Cavaliere.