Este lunes se definió que la ministra de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, se convierta en la sucesora de Boris Johnson, como primera ministra de Reino Unido. Truss fue apodada por algunos fanáticos como la "nueva dama de hierro", al ser comparada con Margaret Thatcher, el paralelismo que marca el rumbo liberal y el rechazo hacia la soberanía Argentina sobre las Islas Malvinas.
Truss, que se convirtió en la tercera primera ministra de la historia del Reino Unido después de Thatcher y Theresa May, nació el 26 de julio de 1975 en Oxford, Inglaterra, como Mary Elizabeth Truss. Es hija de John Kenneth y Priscilla Mary Truss y desde temprana edad fue conocida por su segundo nombre. La familia se mudó a Escocia cuando ella tenía cuatro años y ella asistió a la primaria West en Paisley, y luego a Roundhay, una escuela integral en el noreste de Leeds.
Fue presidenta de los Demócratas Liberales de la Universidad de Oxford y miembro del comité ejecutivo nacional de su ala juvenil y estudiantil. Desde las elecciones generales de 2010 integra el Parlamento por la circunscripción de South West Norfolk.
Asimismo, fue ministra de Medio Ambiente desde 2014 a 2016, ministra de Justicia y Lord canciller desde 2016 a 2017 y secretaria parlamentaria del Tesoro desde 2017 a 2019.
Con sus padres, profesores ideológicamente de izquierda, asistió a innumerables marchas contra la guerra, la proliferación nuclear y contra Thatcher. Sin embargo, su transición por la Universidad de Oxford definió su ideología: desarrolló una simpatía por la apertura de mercados, la reducción del Estado en la vida pública y la libertad económica como emblema de sus decisiones. Hasta el punto de llamar Liberty a su hija.
En tanto, en 1996, con solo 21 años, se unió al Partido Conservador durante uno de los más difíciles períodos de la formación, que se enfrentaba al arrollador avance del Nuevo Laborismo encarnado por el entonces altamente popular Tony Blair.
La comparación con Margaret Thatcher
Truss es comparada permanentemente con Thatcher por su radicalización ideológica. "Thatcher dio al país un giro de 180 grados", sostuvo Truss ante los militantes en la campaña. Según medios Internacionales, llegó a imitar a Thatcher posando con un gorro de piel ruso en la Plaza Roja en febrero, durante un viaje a Moscú para intentar disuadir al presidente ruso de invadir Ucrania.
"Creo en un futuro más brillante y mejor para Gran Bretaña. Tengo un plan audaz que hará crecer nuestra economía y generará salarios más altos, más seguridad para las familias y servicios públicos de categoría mundial", afirmaba Truss en el cierre de la votación con la que menos de 200.000 afiliados del Partido Conservador la designaron como nueva jefa de gobierno. "Lo haré mediante la reducción de impuestos, impulsando las reformas y eliminando los trámites burocráticos que están frenando a las empresas", subrayó.
Lizz Truss y las Islas Malvinas
Durante su gestión al frente de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Liz Truss defendió a las Malvinas como "parte de la familia británica", luego de que China apoyara a la Argentina en su reclamo por la soberanía de las islas.
"China tiene que respetar la soberanía de las Falklands (como llaman los británicos a las islas)", escribió Truss en su cuenta de Twitter, y sostuvo que el Reino Unido defenderá el derecho de los isleños a la "autodeterminación".
"Rechazamos completamente cualquier cuestión sobre la soberanía de las Falklands", apuntó la ahora primera ministra de Reino Unido luego de que Alberto Fernández se reúna con el presidente chino, Xi Jinping, al margen de la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín.
El archivo de Liz Truss
Para su suerte, la historia ya casi no se recuerda, pero un discurso suyo en el congreso anual conservador de 2014 en el que condenó de forma bastante dramática que el Reino Unido importase dos tercios del queso que consume y su frase "esto es una vergüenza", que circuló profusamente en redes, la convirtió en carne de cañón para la proliferación de memes que aún son utilizados como argumento para cuestionar su idoneidad y capacitación, el gran talón de Aquiles que le imputan sus críticos.
En este punto, su reconocida habilidad con las redes sociales, donde pone en evidencia su humor mordaz y una astuta originalidad para lanzar dardos a sus oponentes, también le trajo críticas entre sus propios compañeros de bancada, que rebautizaron las siglas en inglés de su cartera, DIT (Department for International Trade), como "Departamento de Instagram de Truss".
Su inicial apoyo a la continuidad en la Unión Europea en el referendo de 2016, que reemplazó después por una feroz militancia a favor del Brexit, apenas le pasó factura, quizá porque fue menos ideológico que estratégico: sólo se trataba -aseguran tanto correligionarios como oponentes-, de estar del lado ganador. Pero esa capacidad para reinventarse le permitió también concebir eficientes campañas a su favor, como el eslogan In Liz We Truss, que mezcla su nombre y el lema de Estados Unidos In God We Trust (En Dios Confiamos).