Premier británico se reúne con líderes norirlandeses por resistido acuerdo con la UE

17 de febrero, 2023 | 11.41

El primer ministro británico, Rishi Sunak, se reunió hoy con líderes políticos en Irlanda del Norte ante la posibilidad de un inminente acuerdo entre Londres y la Unión Europea (UE) sobre el polémico protocolo posbrexit, que provoca fuerte tensión en esta nación del Reino Unido de conflictivo pasado.

Sunak y su ministro para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris, mantuvieron encuentros individuales con los dirigentes de los cinco principales partidos norirlandeses a las afueras de Belfast, en un intento de lograr su respaldo a cambios negociados con la UE al Protocolo de Irlanda del Norte, que impone un régimen aduanero específico en esta región a raíz del Brexit.

Principalmente, buscan convencer al Partido Democrático Unionista (DUP), la principal organización probritánica del territorio del norte de la isla de Irlanda, que desde hace un año boicotea las instituciones regionales y mantiene bloqueados al Gobierno y el Parlamento regional hasta que no se elimine o modifique profundamente el protocolo.

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El DUP dice que los controles aduaneros impuestos a productos procedentes del resto del Reino Unido en virtud del acuerdo de desvinculación con la UE suponen una amenaza para el lugar de la región en el país.

Si Sunak logra persuadirlos, podría anunciar el martes en el Parlamento de Londres, según medios británicos, que ha llegado a un acuerdo con la UE sobre esta compleja cuestión que envenena las relaciones con Bruselas desde la salida británica y provoca el bloqueo político de Irlanda del Norte.

"No es una cuestión de que nosotros hagamos concesiones, sino de que el gobierno británico cumpla sus compromisos", afirmó Jeffrey Donaldson, líder del DUP, al término de su encuentro con Sunak, informó la agencia de noticias AFP.

Los otros responsables norirlandeses se mostraron cautelosamente optimistas.

Para Mary Lou McDonald, presidenta del partido republicano Sinn Féin -ex brazo político del desaparecido grupo armado antibritánico IRA- "está claro que se han hecho progresos significativos y eso es muy alentador".

"Ahora queremos ver una rápida conclusión de la cuestión y, por encima de todo, queremos ver restauradas las instituciones", agregó.

"Las cosas se están moviendo gradualmente en la dirección de un posible acuerdo, pero todavía no hemos llegado a la meta", declaró a los periodistas Naomi Long, líder del partido independiente Alianza.

Negociado y firmado al mismo tiempo que el acuerdo del Brexit, el Protocolo de Irlanda del Norte mantiene a esa región dentro del mercado único europeo y su unión aduanera.

Su objetivo es evitar la reinstauración de una frontera física con la vecina República de Irlanda, país miembro del bloque europeo, que podría amenazar la frágil paz lograda en 1998 al ser inaceptable para los republicanos norirlandeses, que defienden la reunificación de la isla.

A cambio, impone controles aduaneros -es decir, aranceles- a los productos que llegan a esta región desde el resto del Reino Unido, lo que los unionistas norirlandeses denuncian como una amenaza a su lugar en el país.

Debido a estas tensiones, Londres y Bruselas emprendieron una compleja renegociación en 2022.

En paralelo a las discusiones con el bloque europeo, estas conversaciones en Belfast pretenden "garantizar que cualquier solución resuelva los problemas prácticos sobre el terreno, cumpla nuestros objetivos y preserve el lugar de Irlanda del Norte en el mercado interior del Reino Unido", dijo una vocera del Gobierno británico.

Indicio de que los contactos se aceleran, el canciller británico, James Cleverly, viajó al mismo tiempo a Bruselas para reunirse con el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic.

Londres pide a las autoridades europeas que suavicen los controles aduaneros entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. Los británicos también piden que se suprima o reduzca el papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que supervisa la aplicación del protocolo.

El acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998 puso fin a tres décadas de sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes que dejaron unos 3.500 muertos.

Con información de Télam