El Reino Unido y Estados Unidos anunciaron sanciones contra altos funcionarios iraníes, en la víspera del primer aniversario de la muerte en cautiverio de Mahsa Amini, una joven kurda iraní detenida por la Policía de la Moral porque no llevaba el velo islámico de "forma correcta". En un video difundido por sus redes sociales, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, sostuvo que en respuesta a las masivas protestas que se desataron entonces, el Gobierno iraní "respondió brutalmente, matando a cientos de personas, inclusive niños. Arrestando otras cientos de personas más (...) y cometiendo discriminación basada en género", denunció.
En particular, las medidas están dirigidas al ministro de Cultura Mohamad, Mehdi Esmaili, a su adjunto Mohamad Hashemi, al alcalde de Teherán, Alireza Zakani, y al portavoz de la policía, Saed Montazer Al Mahdi. Y el Departamento del Tesoro precisó que también fueron sancionados integrantes de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, como Jamal Shakarami, comandante en la provincia de Ilam, una zona donde esas fuerzas tuvieron un rol crucial en la supresión de las protestas.
El jefe de la Organización de Prisiones de Irán, Gholamali Mohammadi, también está en esa lista. Bajo su liderazgo, según Washington, hubo “graves abusos de los derechos humanos” en las cárceles del país.
Además, el ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido explicó en un comunicado que estas sanciones fueron acordadas en colaboración con Estados Unidos, Canadá y Australia "se centran en los altos funcionarios iraníes responsables de la preparación y aplicación de la ley iraní sobre el uso obligatorio del hijab".
Las repercusiones tras la muerte de Amini, el 16 de septiembre pasado, se sintieron en todo Irán y más allá de sus fronteras. Hubo protestas a lo largo de varios meses, que fueron duramente reprimidas por el gobierno iraní, sin embargo, el levantamiento conocido como "Mujer, Vida, Libertad" continuó manifestándose de diversas maneras, convirtiéndose en uno de los desafíos más significativos para las autoridades iraníes desde la revolución de 1979.
Diversas organizaciones señalan que hubo, al menos, 500 muertos, y miles de detenidos. Entre ellxs, fueron ejecutados siete manifestantes. Uno de ellos, en público.
"Un año después de la trágica muerte de Mahsa Amini, mientras estaba en manos de la Policía de la Moral, elogió la valentía de las mujeres iraníes que siguen luchando por las libertades fundamentales", subrayó el ministro de Relaciones Exteriores, James Cleverly.
Aseguró que la comunidad internacional no puede y no debe permanecer pasiva mientras los derechos fundamentales son pisoteados: "El Reino Unido, junto con nuestros aliados, se compromete a apoyar al pueblo iraní en su lucha por la justicia y la libertad", agregó.
La legislación iraní actual castiga la negativa a llevar hiyab con penas de cárcel y multas severas. Frente a este contexto, la solidaridad internacional se manifiesta en estas sanciones coordinadas, que buscan presionar al régimen iraní para que respete los derechos humanos y las libertades fundamentales. A un año de la muerte de Amini en contexto de encierro, hay una fuerte presencia policial en las calles y duras advertencias de las autoridades para salir a la calle.
Con información de Télam