El primer ministro israelí, Yair Lapid, sostuvo hoy que las potencias occidentales deben "dejar" de negociar para renovar el acuerdo sobre el programa nuclear iraní, al alegar que esa postura permitirá a Teherán ganar "miles de millones" de dólares y "desestabilizará" a Medio Oriente.
Enemigo de Irán, Israel, a diferencia de numerosos países, incluso aliados, aplaudió la decisión tomada unilateralmente en 2018 por el expresidente estadounidense Donald Trump de sacar a su país del pacto internacional.
El texto había sido firmado en 2015 con Irán por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) -China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia-, más Alemania y buscaba garantizar la naturaleza pacífica del programa a cambio del levantamiento de sanciones impuestas contra la república islámica.
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En los últimos días, Lapid instó al presidente francés, Emmanuel Macron, y al jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, a no firmar un acuerdo con Irán.
"Les dije que estas negociaciones habían llegado a un punto en el que debían interrumpirse", advirtió hoy, tras asegurar que Israel "no está en contra de un acuerdo por definición, sino en contra" de este pacto.
"Lo que hay actualmente sobre la mesa es un mal acuerdo. Esto le dará 100.000 millones de dólares al año a Irán", lamentó Lapid, sin explicar en qué se basaba esa cifra.
"Ese dinero no servirá para construir escuelas u hospitales, sino que se utilizará para desestabilizar Medio Oriente, reforzando a Hezbollah, Hamas y la Yihad Islámica", advirtió el alto funcionario, según reporte de la agencia de noticias AFP.
Esto, pese a que Washington indicó recientemente que Teherán se ha mostrado dispuesto a hacer concesiones durante las negociaciones para restablecer el pacto.
Según un alto responsable estadounidense, Irán ya no está en contra de determinadas inspecciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), pese a haber exigido anteriormente que esa agencia de la ONU presidida por el argentino Rafael Grossi dejara de inspeccionar sitios no declarados donde se habían encontrado restos de uranio enriquecido.
Además, Irán también abandonó otra exigencia: que se deje de denominar a los Guardianes de la Revolución, su ejército ideológico, con el calificativo de "terrorista".
Dos días atrás, Estados Unidos negó estar retrasando el acuerdo nuclear, aunque aclaró que aún hay cuestiones por resolver.
Con información de Télam