El Consejo Superior de Seguridad de Irán levantó la prohibición que impide que las mujeres ingresen a los estadios para presenciar eventos deportivos, en un país regido por la ley islámica.
"Las mujeres tendrán acceso a los estadios", afirmó Mehdi Taj,presidente de la Federación de Fútbol iraní, al confirmar la medida, en diálogo con la BBC Persa.
El dirigente explicó que para ello se conformará un grupo de trabajo que estará integrado por representantes de los ministerios del Interior y de Deportes y de la entidad que preside, según la información que reproduce Ansa.
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A partir de la instauración de la República islámica en 1979, las mujeres tienen vedado el acceso a los estadios, medida que se flexibilizó en los últimos años como consecuencia de las protestas y de la presión de la FIFA.
Desde entonces y hasta ahora, fueron contadas las ocasiones en las que se permitió el ingreso de las damas, situación que las autoridades justificaron afirmando que debían realizarse modificaciones estructurales en los estadios para que las mujeres no se mezclasen con los hombres.
La lucha femenina por el acceso a un derecho del que hasta hoy sólo gozaban los varones en Irán lleva décadas y salvo aquellas excepciones se veían imposibilitadas de disfrutar un partido de fútbol en vivo como cualquier mortal.
Una batalla que contó con el apoyo de la FIFA y de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) e incluso costó vidas de quienes osaron desafiar a la autoridad.
El caso más emblemático fue el de Sahar Khodayari, una activista y aficionada al fútbol de 29 años que falleció en septiembre de 2019 como consecuencia de las quemaduras que padeció al inmolarse a lo bonzo frente a los tribunales en los que era juzgada por intentar eludir la prohibición y por una supuesta agresión a un policía.
Recordada como "La chica de Azul", los colores del Esteghlal, club del cual era fanática, Khodayari había tratado de ingresar vestida de hombre al estadio Azadi de Teherán para presenciar un partido del equipo de sus amores frente al emiratí Al Ain, pero fue detectada.
La "osadía" le costó dos días de arresto y derivó en una condena de seis meses de prisión en primera instancia, cuyo veredicto final no llegó a escuchar debido a las heridas que sufrió en su desesperado gesto de protesta.
Sahar se convirtió en un emblema de la lucha de las mujeres en un país donde otras 35 aficionadas fueron arrestadas en 2018 cuando protestaban por ver impedido su ingreso a un partido amistoso que jugaba la selección nacional frente a Siria.
La muerte de Khodayari generó el repudio de organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, al igual que algunos clubes como Barcelona y Roma, y obligó al entonces presidente iraní, Hasán Rohaní, a tomar cartas en el asunto y a avanzar en las reformas para la ampliación de los derechos de las mujeres en el ámbito deportivo.
Con información de Télam