Duelo y elecciones en Irán: un hito clave para Oriente Medio y el mundo

Tras la muerte de Ebrahim Raisi ,en un mes se conocerá la decisión del pueblo iraní y se podrá visualizar mejor el derrotero de estos turbulentos tiempos globales.

26 de mayo, 2024 | 00.05

En forma inesperada, el domingo 19 de mayo, un accidente aéreo, elevó el nivel de alarma en una de las zonas más sensibles e inseguras del planeta -Oriente Medio- y, por extensión, a todo el tablero geoestratégico mundial. 

Un viejo helicóptero bimotor de fabricación estadounidense, el Bell 212 (usado incluso por las fuerzas argentinas durante la guerra de Malvinas), en el que viajaban el presidente de Irán, Ebrahim Raisi (63), y su canciller, Hossein Amir-Abdollahian (60) colapsó en el brumoso bosque de Dizmar, en la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental. Volvían de inaugurar junto al presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, una importante represa binacional en la frontera entre ambos países.

Un informe del ejército iraní afirmó que no hay señales de que el helicóptero haya sido atacado. Si la probabilidad de un atentado está, por el momento, descartada, una virtual confrontación regional pierde fuerza. No obstante, este cambio imprevisto de altos mandos en el gobierno persa abre no sólo un sinfín de especulaciones sino también expectativas locales, regionales y globales: sea quien sea el gobernante iraní, sus decisiones tienen un peso significativo en los futuros escenarios mundiales.

Con el gobierno de Raisi (2021-2024), Irán –sancionado durante más de cuatro décadas por Occidente- se reorientó hacia el polo euroasiático y llevó adelante un intenso programa de integración con países vecinos, incluso con algunos, como Arabia Saudita, con los que tenía rivalidades históricas. Teherán forma parte de tres grupos multilaterales clave -la Organización de Cooperación de Shangai; la Unión Euroasiática Económica y los BRICS ampliados- y tiene además una ubicación geográfica excepcional con salida al Mar Caspio, el Golfo Pérsico, el mar Arábigo e Indico y, por tierra, estratégicamente conectada con Asia Central y Eurasia en general. 

En el panorama interno, técnicamente hablando, está todo previsto: la Constitución iraní dicta que, en caso de que el presidente quede incapacitado de ejercer sus funciones por enfermedad, muerte o juicio político con destitución por parte del parlamento, asumirá como interino su vicepresidente quien, a su vez, deberá convocar, junto con el parlamento unicameral y el poder judicial, a elecciones presidenciales en un plazo de 50 días.

En menos de 24 horas y con el visto bueno de la máxima autoridad persa, el líder supremo ayatollah Ali Jamenei, se confirmó que Mohammad Mokhber (hasta entonces vicepresidente) ocuparía en forma interina la presidencia de la República Islámica de Irán y que el próximo 28 de junio habrá elecciones presidenciales en el país. Históricamente los gobiernos en Irán asumen la primera semana de agosto.

Mokhber (68) es un antiguo oficial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y, al igual que Raisi, muy cercano al ayatollah. En el caso del Ministerio de Relaciones Exteriores, el sucesor de Hossein Amir-Abdollahian (un diplomático con relación fluida con el Hezbollah libanés y pieza clave en las decisiones de Teherán en torno al conflicto de Gaza) será también quien cumplía funciones de vice: Ali Bagheri Kani (56).

Kani proviene de una familia de importantes políticos iraníes. Es economista, diplomático de larga trayectoria y uno de los decisores en las tensas (y, como se explica más abajo, fracasadas) negociaciones en torno al programa nuclear iraní (2015-2018). El año pasado, Kani fue el principal interlocutor para un intercambio de prisioneros con EEUU. Su línea sigue al actual gobierno iraní: menor apego al falleciente “orden internacional basado en reglas” de Washington y mayor apertura hacia un nuevo orden multipolar.

En sus primeras horas como canciller, Kani ratificó el rumbo de la política exterior que desarrolló Raisi hasta su muerte. Sostuvo encuentros con líderes de la resistencia palestina y reiteró la voluntad de Irán de defender a ese pueblo. “La resistencia no es un eslogan ni una táctica, sino un principio basado en necesidades reales”, dijo luego de elogiar al pueblo palestino por su valentía.

¿Qué sucederá en las elecciones de junio? 

¿Habrá cambio de línea política o continuidad? Es imposible anticipar ahora la voluntad del electorado persa, pero –aunque los medios de la anglósfera distorsionan hábilmente la realidad iraní- es importante subrayar que en ese país, como en los otros con elecciones libres, hay alternancia en el poder y se suceden presidentes calificados por Occidente como “conservadores” (Mahmud Ahmadineyad 2005-2013) y “moderados” (Hasan Rohani 2013-2021), ambos elegidos por dos períodos de cuatro años cada uno.

Hasan Rohani buscó liberar a su país de la asfixia estadounidense y europea y firmó, en 2015, con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania, un pacto por el cual se comprometía a reducir su uranio enriquecido a cambio de que se eliminaran las sanciones económicas. Irán cumplió su parte aceptando, incluso, inspecciones de sus rivales a las plantas nucleares, pero Occidente avanzó muy muy lentamente con su compromiso hasta que Donald Trump en 2018, como presidente de Estados Unidos, decidió dejar de lado la farsa, sacó unilateralmente a Washington d/el acuerdo e intensificó las sanciones.

El gobierno siguiente -el del fallecido Raisi-, en plena pandemia mundial de Covid 19 decidió archivar el capítulo del “Acuerdo 2015” y anunció su voluntad de desarrollar económica y tecnológicamente a Irán; forjar nuevas e independientes alianzas estratégicas; propiciar el multilateralismo y participar en forma muy activa en la actual pugna geopolítica. El ejemplo de Gaza así lo demuestra.

La decisión del próximo gobierno de Irán de seguir involucrado en la complejidad de Yemen, Líbano, Irak, Siria y Gaza, y de ser partícipe –o no- del nuevo balance de poder en Oriente Medio va redefinir las fichas del tablero global. En un mes se conocerá la decisión del pueblo iraní y se podrá visualizar mejor el derrotero de estos turbulentos tiempos globales.