El ministro de Defensa de Polonia dijo hoy que una ya prolongada disputa migratoria con Bielorrusia "podría durar meses, incluso años" más, y aseguró que los migrantes trataron de cruzar la frontera nuevamente durante la noche.
"La situación en la frontera polaco-bielorrusa no se resolverá rápidamente. Tenemos que prepararnos para meses, incluso años", declaró el ministro Mariusz Blaszczak a la radio pública polaca PR1.
Ayer, fuerzas de seguridad polacas desplegadas en la zona emplearon gases lacrimógenos y desplegaron cañones de agua para dispersar a los migrantes que les arrojaban piedras para intentar acceder a Polonia y, por ende, a la Unión Europea (UE).
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En el lado bielorruso, miles de personas, entre ellas mujeres y niños, procedentes mayoritariamente de Medio Oriente, siguen instaladas en improvisados campamentos, encendiendo hogueras para protegerse de las gélidas temperaturas.
La UE acusa al presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, por alentar esta crisis como represalia a sanciones que el bloque aplicó a su Gobierno por reprimir protestas tras su reelección el año pasado.
Pero tanto Lukashenko como su principal aliado, el presidente ruso, Vladimir Putin, así como organizaciones de derechos humanos, han rechazado estas acusaciones y critican al bloque comunitario por no aceptar a migrantes en necesidad.
El uso de gases lacrimógenos y cañones de agua de ayer no desalentó a las personas migrantes para lanzar nuevos intentos de cruzar la frontera durante la noche.
"Desgraciadamente la noche tampoco fue tranquila. Los métodos de ataque a la frontera polaca siguen siendo los mismos. Pequeños grupos de migrantes también intentaron cruzar la frontera en otras partes", declaró el ministro de Defensa polaco, informó la agencia de noticias AFP.
Con una postura rígida contra la inmigración, el Gobierno nacionalista polaco ha recurrido en numerosas ocasiones a un lenguaje bélico en esta crisis, que calificó recientemente como un "nuevo tipo de guerra".
Los guardias fronterizos polacos registraron anoche un total de "161 intentos de cruces ilegales" de fronteras, incluyendo "dos tentativas de paso por la fuerza", dijo hoy la Guardia Fronteriza polaca en un comunicado.
La policía polaca indicó por su parte que nueve agentes resultaron heridos ayer, así como un guardia fronterizo y un soldado.
Bielorrusia y Rusia condenaron la actuación de las fuerzas polacas el martes, un día después de que la UE y Estados Unidos ampliaran sus sanciones contra Bielorrusia por esta crisis.
Los países en los confines orientales de la UE -Polonia, Letonia y Lituania- rechazaron acoger a estos migrantes, muchos de los cuales denuncian ser presionados por detrás por fuerzas bielorrusas para cruzar la frontera.
Tras presiones de Bruselas, varias aerolíneas paralizaron el transporte de posible migrantes a Bielorrusia. Irak también anunció el inicio esta semana de repatriaciones voluntarias de ciudadanos suyos bloqueados en esa frontera.
La mayoría de los migrantes no quiere quedarse en Polonia, sino ir a países más prósperos de Europa occidental, como Alemania.
Lukashenko, en el poder desde hace casi tres décadas, discutió sobre esta crisis con la jefa de Gobierno saliente alemana, la canciller Angela Merkel, el lunes pasado.
Fue su primera llamada con un líder occidental desde la represión de las masivas protestas contra su reelección el año pasado.
Grupos de ayuda cifran en al menos 11 los migrantes que han muerto a ambos lados de la frontera desde el inicio de la crisis, a mediados de este año, y piden una respuesta humanitaria.
Al visitar la zona de la frontera polaca, la comisaria de derechos humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, dijo ayer que la situación era "extremadamente peligrosa".
"Necesitamos encontrar una forma de desescalar y de asegurarnos que el enfoque sea detener el sufrimiento", dijo a los reporteros.
El Consejo de Europa es la principal organización de defensa de los derechos humanos en Europa, pero no es parte de la UE.
La televisión estatal rusa mostró hoy a cientos de migrantes en un centro levantado por las autoridades bielorrusas cerca de la frontera donde pasaban la noche familias con niños pequeños.
El Ministerio de Salud bielorruso dijo que había hospitalizado a seis personas, incluidos cuatro niños, procedentes de esa zona.
Con información de Télam