Empleados de la empresa gestora de la red ferroviaria británica votaron hoy aceptar de manera mayoritaria un acuerdo salarial para poner fin a una prolongada huelga, informó el sindicato Ferrocarril, Marítimo y Transporte (RMT, por sus siglas en inglés).
El Gobierno del primer ministro Rishi Sunak calificó de "buena noticia" el acuerdo, respaldado por 76% de los miembros de RMT, después de que repetidas huelgas causaran serios trastornos a millones de pasajeros desde el año pasado.
Según el Ministerio de Transportes, el personal, incluido el de señalización y mantenimiento, recibirá un aumento del 5% más un 4% adicional en dos años.
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El secretario general de RMT, Mick Lynch, precisó que equivaldrá a un aumento del 14,4% para los trabajadores peor pagados y del 9,2% para los mejor pagados, informó la agencia de noticias AFP.
También aumenta las pagas atrasadas, incluye un acuerdo de no despido obligatorio hasta enero de 2025 y ventajas en los viajes por ferrocarril.
El ministro de Transportes, Mark Harper, instó al sindicato a presentar ahora una oferta "muy similar" a sus otros miembros que trabajan para 14 compañías privadas operadoras de las líneas de trenes.
Los trabajadores ferroviarios fueron de los primeros en los sectores público y privado británico en entablar una huelga el año pasado contra los aumentos salariales inferiores a la inflación, a medida que se disparaba el costo de vida.
La próxima semana están previstas otras dos jornadas de huelga de los miembros de RMT que trabajan para las compañías ferroviarias.
"La pelota está en el tejado del Gobierno" que debe ofrecer un nuevo acuerdo, lanzó Lynch.
La semana pasada, los sindicatos de la sanidad pública aceptaron un aumento salarial del 5% ciento tras negociar con el Gobierno.
Sus afiliados, que incluyen enfermeras, paramédicos, personal de atención de llamadas de emergencia, parteras y otros, deben votar el paquete y han suspendido las huelgas previstas hasta entonces.
Las huelgas de los ferroviarios y en el sector de la salud se inscriben en el marco de una conflictividad social creciente en el Reino Unido y otros países de Europa, en gran parte por el impacto de la guerra en Ucrania sobre el precio mundial de la energía y los alimentos.
La semana pasada, miles de trabajadores británicos, incluyendo profesores, empleados del sector público, médicos, conductores del subterráneo de Londres y periodistas de la BBC iniciaron o redoblaron paros en reclamo de mejoras salariales frente a la inflación y la precariedad laboral.
Los trabajadores exigen un aumento salarial para compensar el aumento de los precios de los bienes y servicios, los alimentos y la energía después de que sus ingresos quedaran muy retrasados respecto a la inflación, que superó el 10,5% anual, la tasa más alta en cuatro décadas.
Con información de Télam