Una enfermera estadounidense y su hija fueron liberadas casi dos semanas después de ser secuestradas en medio de la escalada de violencia en Haití, informó hoy la ONG católica El Roi a la que pertenece.
"Confirmamos la liberación segura de la miembro de nuestro equipo y amiga Alix Dorsainvil y su hija que estaban secuestradas en Puerto Príncipe", señaló la organización en un comunicado en su página web.
"Es con un gran sentimiento de gratitud y alegría que nosotros, El Roi, confirmamos la liberación de nuestra compañera y amiga Alix Dorsainvil y su hija", indicó la ONG.
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El grupo cristiano fundado por el esposo de Dorsainvil pidió que no se contacte a ella ni a su familia.
“Todavía hay mucho que procesar y sanar en esta situación”, dijo el grupo en un comunicado.
Dorsainvil fue secuestra con su hija el 27 de julio en las instalaciones de El Roi Haití, cerca de la capital Puerto Príncipe.
El Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó a finales de julio que estaba "al tanto" de los informes sobre el secuestro de dos ciudadanas estadounidenses en Haití y resaltó que mantenía "contacto regular" con las autoridades al respecto.
Un día después de su secuestro, Washington ordenó la salida de su personal no esencial en Haití, así como de sus familias, y pidió a los ciudadanos estadounidenses que se fueran del país "lo antes posible" debido a la inseguridad.
Ayer mismo, la Embajada de Estados Unidos en Haití anunció su cierre temporal tras registrarse disparos en sus inmediaciones, luego de que el medio local AlterPresse reportara desde temprano ráfagas de armas automáticas en el barrio de Tabarre, donde está ubicada la sede diplomática.
La representación de Washington había advertido desde junio sobre un alza de la actividad de las bandas armadas en Tabarre, en particular de la pandilla Kraze Baryé.
A finales de julio la embajada tuvo que realizar un confinamiento inicial tras una serie de tiroteos en sus inmediaciones y la represión policial con gases lacrimógenos de familias en busca de refugio.
Haití se encuentra en medio de una escalada de violencia, con zonas prácticamente controladas por bandas armadas, así como ataques y secuestros diarios, que dejaron más de 1.400 muertos este año, según estimaciones de Naciones Unidas.
Las pandillas controlan alrededor del 80% de Puerto Príncipe y los delitos violentos como las violaciones, los secuestros para obtener el pago de rescates y los robos se convirtieron en hechos cotidianos en la capital de este país pobre, inmerso además en una crisis política y humanitaria.
Cerca de 300 menores y mujeres fueron víctimas de secuestros en Haití en los primeros seis meses de 2023. Estas cifras son similares a las registradas en todo 2022 y tres veces más que en 2021, informó Unicef.
Con información de Télam
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