Zelensky: los mensajes del invitado estelar a la fiesta de Milei

17 de diciembre, 2023 | 00.05

¿Qué mensaje deja la visita del ucraniano Vlodomir Zelensky, presidente de un país en guerra, a la asunción presidencial de Javier Milei? Varios, pero los más preocupantes son tres. 

Primero: la presencia del presidente de Ucrania y toda la puesta en escena en torno al judaísmo reiteran que, desde ahora, Argentina seguirá, obediente, los patrones de Estados Unidos e Israel

Segundo: la obsesión refundacional de La Libertad Avanza (basada en un supuesto pasado utópico sucedido hace 100 años) trastocará fuertemente la política exterior. Aún con sus vaivenes, Argentina ha tenido posiciones históricas a favor de la neutralidad, la defensa de la paz, la no injerencia en las cuestiones internas de otros países, la promoción internacional de los derechos humanos y el multilateralismo. El gobierno de Milei ha decidido alinearse con las naciones guerreristas del planeta y formar parte del minúsuculo puñado de países que, por ejemplo, no vota en la ONU a favor del cese del fuego en la Franja de Gaza.

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El tercero es un mensaje al continente y al mundo anunciando que, en un momento peligrosísimo de la pugna por la hegemonía entre las potencias, Argentina abandona la línea latinoamericanista para inclinarse por uno de los dos bandos, el que impone el “orden internacional basado en reglas” (es decir en las reglas que dicte Washington). 

En un artículo para la publicación Indian Punchline, el diplomático indio M.K. Bhadrakumar analiza así el momento actual: “La escena mundial estará marcada por una nueva intensificación del enfrentamiento entre los dos principios geopolíticos, a saber, el anglosajón ‘divide y vencerás’ y el continental ‘une y vencerás’, directamente antagónico a él. En el 2024 se observarán manifestaciones de esta feroz confrontación incluso en las regiones más remotas del mundo”. 

Con el término “continental” se refiere a Eurasia –específicamente a China y Rusia- e indirectamente a la teoría geopolítica del británico Sir Halford John Mackinder, para quien Asia Central y el Mar Caspio eran el centro del equilibrio global (el heartland o “corazón de la Tierra”). Según esta teoría, quien dominara esa zona pivote estaría en condiciones de proyectar su poder a un lado (Occidente) y al otro (Oriente) y, por lo tanto, dominar el mundo.

Para el diplomático indio, hoy la disputa global pasa, fundamentalmente, por dos cosmovisiones antagónicas: la de las potencias China y Rusia basada en el “principio geopolítico de unirse para vencer” (en todos los planos: en su sociedad estratégica, pero también en la ruta de la seda que une pueblos asiáticos hasta Europa, o la ampliación de grupos de integración como los BRICS, etc). En la vereda antagónica, EEUU se rige por el “divide y reinarás”. Argentina abandonó la neutralidad para abrazar esta cosmovisión en el actual punto de inflexión global.

Con la guerra en Ucrania, EEUU tenía como objetivos “debilitar a Rusia y eliminarla de la escena mundial como contrapunto cada vez más eficaz a la hegemonía occidental. Para ello buscó que la economía rusa cayera en picada para que se avivara el descontento social y se crearan las condiciones para una insurrección contra el gobierno de Vladimir Putin, alimentando también tendencias secesionistas que amenazaran la unidad y la integridad de la Federación Rusa”, escribió Bhadrakumar. El resultado fue diametralmente opuesto. De hecho Putin acaba de anunciar que buscará su reelección presidencial en el 2024.

Ultima noticias de la guerra en Ucrania

El prestigioso periodista estadounidense Seymour Hersh asegura que la guerra ha terminado y que Rusia ganó. Hersh es famoso por sus investigaciones y denuncias periodísticas como “La masacre de My Lay” durante la guerra de Vietnam, las actividades ilegales de la CIA o las torturas a los presos iraquíes en la cárcel de Abu Graib durante el gobierno de George Bush hijo. Su última denuncia fue destapar la responsabilidad del gobierno de Joseph Biden en los atentados contra el gasoducto Nord Stream que transportaba gas de Rusia a Europa. 

El 23 de septiembre escribió en su blog que “elementos importantes de la comunidad de inteligencia estadounidense” evalúan que el “desmoralizado ejército ucraniano ha renunciado a la posibilidad de superar las líneas de defensa rusas de tres niveles, fuertemente minadas”. Un funcionario anónimo dijo que los combates sólo continúan “porque Zelenski insiste en que así debe ser”. La rendición de Ucrania es sólo cuestión de tiempo.

El diplomático indio coincide con Hersh en que “las fuerzas rusas están avanzando a lo largo de los 900 km de línea del frente. Crimea y el Mar Negro no corren ningún peligro grave. Los cuatro nuevos territorios son ricos en recursos y Rusia controla todos los puertos del estratégico Mar de Azov, que es una importante ruta de acceso para Asia Central desde el Mar Caspio a través del Canal Volga-Don. Pero Biden intentará prolongar el conflicto todo lo posible hasta 2024 con la esperanza de desangrar a Rusia y ser reelegido como un presidente de guerra”. 

No obstante, las tensiones en Occidente por el caso Ucrania son cada vez más intensas. En el Congreso norteamericano y en la Unión Europea cuesta cada vez más llegar a acuerdos que habiliten paquetes de ayuda a Kiev. Esto fue visible en la TV argentina, el pasado 10 de diciembre, cuando el primer ministro Viktor Orban y Zelensky se trenzaron en un nervioso duelo verbal apenas se cruzaron en el Congreso argentino, durante la asunción de Milei.

Seguramente el ucraniano reclamaba al húngaro un voto positivo a favor de su país, en la cumbre de la UE del 14 y 15 de diciembre, en Bruselas, donde se discutió la posibilidad de que Ucrania ingresara la Unión Europea y se desbloqueara un paquete de ayuda para Kiev. La mayoría de los líderes europeos avanzó en ese sentido, pero Orban se opuso. "Es una decisión completamente sin sentido, irracional e incorrecta iniciar negociaciones con Ucrania bajo estas circunstancias, y Hungría no cambiará su postura", subrayó Orbán.

Sin dinero, con pocos suministros y sólo movida por los intereses políticos de Biden y los líderes europeos, la guerra continúa en Ucrania, con grandes pérdidas humanas, mientras el general invierno ya se encuentra en el campo de batalla.