Los presidentes de Brasil y Ucrania finalmente tuvieron su encuentro cara a cara este miércoles en Nueva York, Estados Unidos. Tras el intento frustrado en Japón y las acusaciones cruzadas posteriores Luiz Inácio Lula da Silva y Volodimir Zelensky se reunieron en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas. "Tuvimos una buena conversación sobre la importancia de los caminos para la construcción de la paz y de mantener siempre un diálogo abierto entre nuestros países", escribió Lula en sus redes sociales.
“Reunión importante con Lula. Luego de nuestra discusión honesta y constructiva, instruimos a nuestros equipos diplomáticos a trabajar en los próximos pasos en nuestras relaciones bilaterales y esfuerzos de paz. El representante brasileño seguirá participando de las reuniones de la Fórmula de Paz”, escribió por su parte el presidente ucraniano.
Tras ello, el canciller brasileño, Mauro Vieira, describió ante la prensa brasileña e internacional que el encuentro se dio "en un tono amistoso", se habló de la guerra, de las relaciones bilaterales y de la gobernanza global. Vieira, además, señaló que no se entró en detalles sobre una posible negociación con Rusia o posibilidad de cesión de territorio ucraniano. "Respecto a la guerra, el presidente Zelensky expuso su posición. Lula preguntó cómo veía la situación y cómo puede llegar a evolucionar, hubo un intercambio de información y un clima de entendimiento mutuo. No hay de ninguna forma un desentendimiento entre los jefes de Estado", dijo el diplomático brasileño.
Ante la consulta de la prensa, en tanto, el canciller se vio obligado a remarcar la posición del Gobierno brasileño respecto al conflicto: "(Lula) reafirmó al presidente Zelensky la posición clara de que Brasil condena la invasión territorial, defiende los principios de la Carta de la ONU y que quiere promover por todos los lados posibles un diálogo para la paz", aclaró.
Además, contó que Lula compartió su experiencia personal como líder sindical y las negociaciones que debió llevar adelante, para dar cuenta su confianza en el diálogo y en los procesos de negociación: "Él cree firmemente en el diálogo y en la negociación. Sin diálogo y sin predisposición para el diálogo y la negociación, no hay salida. Insistió mucho en esa cuestión. La gran preocupación de Lula fue en el sentido de buscar la paz para acabar con el sufrimiento, con la guerra, con las muertes, con la destrucción, que evidentemente impacta a toda la humanidad. Se refirió a que hay más de 800 millones de personas con hambre en el mundo y dijo que todo lo que se gasta en armamento podría ser invertido en el combate al hambre".
"El presidente dejó claro que él está abierto a discutir y conversar con quien quiera con vistas a promover un entendimiento entre las dos partes para que se pueda empezar una conversación directa para el camino hacia la paz", dijo al ser consultado sobre un posible encuentro con su par Vladimir Putin. "Brasil dialoga con todos, tiene canales abiertos con todos los países. Estamos dispuestos a escuchar todos los lados y, en este caso, a las dos partes", subrayó Vieira.
Los cruces antes del encuentro
Hasta ahora, la única conversación que habían mantenido fue virtual en marzo pasado. En ese momento, Lula manifestó la disposición de participar de cualquier esfuerzo para reunir a un grupo de naciones capaces de conversar con ambos lados del conflicto para promover la paz y resaltó que "Brasil defiende la integralidad territorial de Ucrania", razón por la que votó a favor de una resolución de la ONU en ese sentido y citó conversaciones con los líderes de Francia, Alemania y Estados Unidos, que también fueron en esa línea.
Desde que Lula asumió su cargo en enero de este año hizo referencia a la necesidad de que Rusia y Ucrania lleguen a un acuerdo para parar la guerra e intentó impulsar un plan con la participación de países que no son parte del conflicto y se negó a colaborar con el envío de armamento para colaborar con Ucrania. Por eso, según informó el diario brasileño Estadão, antes del encuentro de este miércoles se vivía un clima de “cautela” en la comitiva brasileña, en una conversación que consideraron “delicada” y que podía llegar a "agriarse" en caso de que Zelensky hiciera un pedido explícito de armamento a Lula, pese a que es conocida la posición del país respecto a ese tema.
Es que, además, ambos presidentes ya habían intentado mantener un encuentro en junio de este año, durante la reunión del G7 en Hiroshima, Japón. Pero no se dio y la relación pareció tensarse de más. De hecho, Zelensky llegó a acusar al presidente petista de “coincidir con las narrativas” del presidente ruso, Vladimir Putin. "Lula debería responder a preguntas muy simples", dijo como si “los asesinos deben ser condenados y encarcelados”, indicó el ucraniano ante el encuentro frustrado. “¿Encontrará tiempo para responder a esta pregunta? No encontró tiempo para reunirse conmigo, pero quizás tenga tiempo para responder a esta pregunta”, espetó. Aquel día, Lula manifestó su enojo ante la prensa brasileña y contó que esperó unas cuantas horas, pero Zelensky nunca llegó.