Rusia advirtió que la guerra va a una “escalada incontrolable”

El Ejército de Vladimir Putin disparó misiles y aviones no tripulados en el sur ucraniano. El ministro de Defensa de Rusia advirtió sobre el potencial uso de "bombas sucias" por parte de Ucrania.

24 de octubre, 2022 | 12.11

Bajo presión en el sur de Ucrania, Rusia disparó el domingo misiles y aviones no tripulados contra Nikolaev, en manos de las tropas locales, y destruyó un bloque de departamentos en la ciudad de construcción naval cercana al frente. La guerra atraviesa una "escalada incontrolada", dijo el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu.

Nikolaev se encuentra a unos 35 kilómetros al noroeste de la línea del frente hasta la ocupada Jersón, la región del sur donde Rusia instó a 60.000 personas a "salvar sus vidas" y huir de una contraofensiva ucraniana. Shoigu, a quien algunos nacionalistas rusos culpan de los reveses sufridos por Moscú desde la invasión del 24 de febrero, discutió el "rápido deterioro de la situación" en llamadas con sus homólogos de varios países de la OTAN, dijo el ministerio.

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"Tiende a una nueva escalada incontrolada", discutió el funcionario ruso con su par francés, Sebastien Lecornu. Por su parte, el ministro de Defensa, Shoigu, dijo que Ucrania podría escalar el conflicto con una "bomba sucia" -explosivos convencionales mezclados con material radiactivo-. Ucrania no posee armas nucleares, mientras que Rusia ha dicho que podría proteger el territorio ruso con su arsenal nuclear.

El domingo, un ataque con misiles rusos destruyó el último piso de un bloque de apartamentos en Nikolaev, enviando metralla y escombros a través de una plaza y hacia los edificios vecinos, rompiendo ventanas y agrietando paredes. Los coches quedaron aplastados bajo los escombros, según testigos de Reuters. No se registraron víctimas mortales. "Tras la primera explosión, intenté salir, pero la puerta estaba atascada. Después de uno o dos minutos, hubo una segunda explosión fuerte. Nuestra puerta salió volando hacia el pasillo", dijo Oleksandr Mezinov, de 50 años, que se despertó de su cama por las explosiones.

Ucrania, por su parte, derribó 14 drones "kamikaze" rusos sobre Nikolaev durante la noche, según declaró el gobernador regional Vitaliy Kim en Telegram. Los drones están diseñados para explotar cuando impactan y han golpeado la infraestructura energética de Ucrania este mes. Kim afirmó que Rusia también atacó con misiles S-300, uno de los cuales impactó en el edificio de apartamentos de cinco pisos.

Intensificación de ataques

Las tropas rusas se han retirado de algunas partes del frente en las últimas semanas y las autoridades de ocupación están evacuando a los civiles hacia el interior del territorio controlado por Rusia antes de una esperada batalla por Jersón, la capital regional en la orilla occidental del río Dniéper. Jersón es una puerta de entrada a Crimea, que Rusia se anexionó en 2014. "La situación actual es difícil. Es vital que salven sus vidas", dijo el ministro de Educación ruso, Sergei Kravtsov, en un mensaje de video. Y agregó: "No será por mucho tiempo. Seguro que volverán".

Un hombre murió y tres resultaron heridos tras una explosión en la ciudad, informó una agencia de noticias estatal rusa. Los servicios de emergencia dijeron que un artefacto explosivo improvisado fue detonado cerca de un auto en la ciudad. Además, las autoridades instaladas por Rusia informaron de la escasez de embarcaciones para transportar a la gente a través del río en un momento dado el domingo, al atribuirlo a un "fuerte aumento del número de personas que desea abandonar la ciudad".

Unas 25.000 personas han sido evacuadas desde el martes, según la agencia de noticias Interfax. El ejército ucraniano dijo que estaba ganando terreno en el sur, tomando al menos dos pueblos que, según dijo, habían sido abandonados por Rusia. Reuters no pudo verificar de forma independiente estas informaciones.

Los avances de Ucrania en las últimas semanas en torno a Jersón y en el noreste del país se enfrentaron a la intensificación de los ataques rusos con misiles y aviones no tripulados contra la infraestructura civil, que destruyeron alrededor del 40% del sistema eléctrico de Ucrania antes de la llegada del invierno boreal.

Se avecina la "miseria invernal"

Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente de planear la voladura de la represa de Nova Kakhovka, que contiene tanta agua como el Gran Lago Salado del estado de Utah. Su rotura podría inundar una franja del sur de Ucrania, incluida Jersón. Ninguna de las partes ha presentado pruebas que respalden sus afirmaciones, que abastece de agua a Crimea y a la central nuclear rusa de Zaporiyia.

En otro revés para Moscú, un avión militar ruso se estrelló el domingo contra un edificio residencial en la ciudad siberiana de Irkutsk, en el extremo oriental de Rusia, acabando con la vida de los dos pilotos, el segundo incidente mortal en seis días en el que está involucrado un caza Sukhoi. Por ello, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, destacó que los ataques rusos contra las infraestructuras energéticas habían tenido una escala "muy amplia". Prometió que su ejército mejorará su ya buen historial de derribo de misiles con la ayuda de sus socios.

Con la guerra a punto de iniciar su noveno mes y la proximidad del invierno, se vislumbraba la posibilidad de una "miseria helada": más de un millón de personas se quedaron sin electricidad, dijo el asesor presidencial Kyrylo Tymoshenko. Un funcionario de la ciudad dijo que los ataques podrían dejar a Kiev sin electricidad ni calefacción durante días o semanas. Moscú reconoció haber golpeado infraestructuras energéticas, pero niega haber atacado a civiles en lo que Moscú denomina una "operación militar especial" en Ucrania.