El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó este miércoles la ley de anexión de territorios de cuatro provincias de Ucrania ocupados por tropas rusas. Los textos, publicados en la página web del Gobierno, incluyen decretos por los que se nombra formalmente a las autoridades prorrusas de las zonas anexadas: las orientales Donetsk y Lugansk y las sureñas Jerson y Zaporiyia.
"Ciertos territorios serán recuperados y seguiremos consultando a sus residentes quién quiere abrazarse a Rusia", declaró Dmitri Peskov, sin dar precisiones sobre a qué partes de Ucrania se refería. De esa manera, el vocero de Putin y del Kremlin, dejó abierta la puerta a más anexiones en Ucrania y prometió reconquistar localidades y zonas de las cuatro provincias anexadas retomadas recientemente por el Ejército ucraniano, aunque tampoco las enumeró.
"Los territorios temporalmente abandonados serán recuperados, estarán para siempre con Rusia", dijo.
Esta semana, las dos cámaras del Parlamento ruso ratificaron tratados que integran las provincias a Rusia, luego de referendos de incorporación celebradas en las cuatro considerados ilegales y una farsa por los aliados y proveedores de armas de Ucrania.
Con la anexión, la guerra en Ucrania entra en una nueva y más peligrosa fase, a siete meses de su inicio y tras haber causado ya miles de víctimas, millones de desplazados, gran destrucción y una fuerte suba mundial del precio de los alimentos y la energía.
Putin prometió defender el territorio ruso -incluyendo las provincias ucranianas anexadas- con todos los medios posibles, entre ellos las armas nucleares en un contexto en el que ha sufrido reveses militares recientes en las zonas que se anexó y en otra provincia que ocupa, Jarkov, fronteriza con Lugansk y Donetsk.
En total, las cinco regiones representan cerca del 20% de Ucrania, son contiguos y crean un corredor terrestre crucial entre Rusia y la península ucraniana de Crimea, que fue anexada por Moscú en 2014.
El Ejército ruso controla cerca del 80% de Jerson y un poco menos de Zaporiyia, así como casi toda Lugansk y un 60% de Donetsk. También ocupa una pequeña parte de Jarkov, que es fronteriza con Rusia.
Mientras, el fin de semana pasado, Ucrania retomó la ciudad de Liman, ubicada en Donetsk, cerca del límite con Jarkov, además, el ejército anunció la captura de varios poblados en la periferia norte de Jerson. El presidente ucraniano, por su parte, respondió a la anexión anunciando que su país solicitó su ingreso a la OTAN, la alianza militar liderada por Estados Unidos, mediante un mecanismo acelerado.
En un decreto hecho público anoche, también descartó nuevas negociaciones de paz con Rusia mientras Putin sea presidente, por considerar que es imposible razonar con su par ruso. En su habitual discurso nocturno, el presidente Volodomir Zelensky dijo que "solo esta semana" se liberaron "decenas de localidades" en las cuatro regiones que Rusia se anexionó.
Rusia y Ucrania dieron este miércoles versiones encontradas sobre la marcha de las hostilidades en Jerson, que es la única provincia ucraniana que limita con Crimea, con el norte de la península.
"En cuanto a esta mañana, no hay movimientos" del Ejército ucraniano, dijo el líder prorruso de Jerson, Kirill Stremousov, a la agencia de noticias rusa RIA Novost y prometió que las fuerzas ucranianas no podrán entrar a Jerson capital: "Es imposible", sostuvo.
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Sin embargo, el Ejército ucraniano informó que recuperó siete poblados de Jerson que estaban ocupados por tropas rusas y que izó la bandera nacional en todos ellos. El gobernador de Lugansk, por su parte, anunció las primeras victorias militares ucranianas en la provincia: "Ahora es oficial. Comenzó la desocupación de la región de Lugansk", declaró el gobernador Serguei Gaidai, en Telegram.
"Varias localidades ya han sido liberadas del ejército ruso, y las fuerzas armadas ucranianas están izando allí la bandera", añadió Gaidai, sin más detalles.
El mes pasado, Putin ordenó una movilización de hasta 300.000 reservistas para proteger los territorios anexados y la nueva frontera de facto entre Rusia y Ucrania dentro de Ucrania. Su ministro de Defensa dijo ayer que ya fueron reclutados 200.000 soldados.
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La movilización resultó caótica, y el Kremlin admitió errores y prometió corregirlos. El Ejército convocó a personas no aptas, y una multitud de rusos han preferido huir del país. En el frente diplomático, el presidente estadounidense Joe Biden anunció ayer un nuevo envío de equipos militares para Ucrania, por valor de 625 millones de dólares. Esto incluye cuatro nuevos sistemas de lanzacohetes Himars, potentes y muy apreciados por los ucranianos.
La Unión Europea (UE) se sumó al repudio con una nueva serie de sanciones contra entidades y personalidades rusas en respuesta a la anexión. Por su parte, Moscú exigió participar en la investigación sobre las fugas de los gasoductos Nord Stream que llevan su gas hacia Alemania, que se cree fueron saboteados.
Suecia, encargada de la investigación, bloqueó el acceso a la zona del supuesto sabotaje en el mar Báltico. Moscú ha insinuado que Estados Unidos estaría detrás del sabotaje de estos oleoductos que son clave para el suministro energético de Europa, mientras que Occidente sospecha de Rusia.
Con información de Télam