Un mensaje enviado este domingo por el presidente Vladimir Putin a las fuerzas rusas reavivó el miedo sobre una potencial escalada nuclear en el cuarto día de conflicto en Ucrania.
De acuerdo a la Agencia de Noticias Sputnik, el presidente ruso envió la orden a su Ejército de contención a pasar “a modo especial de servicio de combate”. Esto fue interpretado por Ucrania y Estados Unidos como una “amenaza” porque entendieron que el mandatario ruso colocó a sus fuerzas de disuasión nuclear en alerta máxima en medio de la crisis.
"Ordeno al ministro de Defensa (Serguéi Shoigú) y al jefe del Estado Mayor (de las Fuerzas Armadas, Valeri Guerásimov) que transfieran las fuerzas de contención del ejército ruso a un modo especial de servicio de combate", dijo Putin durante una reunión con ambos, según citó Sputnik.
Rápidamente, Estados Unidos acusó a Putin de “fabricar amenazas”. "Este es un patrón del presidente Putin que hemos visto a lo largo de este conflicto: fabricar amenazas que no existen para justificar más agresiones", dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a la cadena ABC al ser consultada sobre el anuncio de Moscú.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, advirtió que la potencial puesta en alerta de las fuerzas nucleares rusas tiene por objetivo "presionar" a Ucrania.
En una videoconferencia, Kuleba aseguró: "No nos rendiremos. No capitularemos. No cederemos un solo palmo de nuestro territorio".
El jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, también se manifestó al respecto: advirtió que la advertencia de Putin, que llega después de que se apicaran nuevas sanciones contra Rusia, es "peligrosa" e "irresponsable".
“Es una retórica peligrosa. Es un comportamiento irresponsable”, indicó Stoltenberg a la CNN y remarcó: “Por supuesto, si se combina esta retórica con lo que están haciendo sobre el terreno en Ucrania, librando una guerra contra una nación soberana, independiente, llevando a cabo una invasión en toda regla de Ucrania, esto añade gravedad a la situación”.
Durante una reunión con funcionarios de primera línea de su Gobierno, Putin dijo que potencias de la OTAN habían hecho "declaraciones agresivas" y que países occidentales habían sancionado a Rusia, incluyendo a él mismo, por la operación en Ucrania.
El presidente ordenó entonces a su ministro de Defensa y al jefe del estado mayor conjunto de las Fuerzas Armadas rusas poner a las fuerzas de disuasión nuclear en "alerta especial de combate", según publicó la agencia de noticias AFP.
“Países occidentales no solo están adoptando acciones contra nuestro país en la esfera económica, sino que (además) miembros importantes de la OTAN han hecho declaraciones agresivas en relación con nuestro país", dijo Putin en la reunión televisada.
En la madrugada del 24 de febrero, Putin anunció el lanzamiento de una "operación militar especial" en el territorio de Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, ya reconocidas por Rusia como Estados soberanos, solicitaron ayuda frente a la agresión por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según el mandatario, es "la desmilitarización y la desnazificación" de Ucrania.
El mandatario ruso también prometió llevar a juicio a los autores de "numerosos crímenes sangrientos contra civiles", pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que los ataques militares no están dirigidos contra ciudades ucranianas ni ponen en peligro a la población civil, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso el toque de queda en Kiev y la ley marcial en todo el territorio nacional, decretó la movilización general e instó a la comunidad internacional a activar "todas las sanciones posibles" contra el líder ruso.
Numerosos países condenaron en términos contundentes la intervención militar de Rusia en Ucrania. Estados Unidos, Canadá, Japón y los países de la Unión Europea decidieron imponer nuevas sanciones a Rusia por la situación en Ucrania, apuntando no solo contra representantes del Gobierno, sino también sus sectores bancario, energético, aéreo y espacial.