En un discurso ante el Consejo de Seguridad de Rusia y televisado, el presidente Vladimir Putin dijo que "la operación militar en Ucrania se desarrolla según el plan" y "todas las tareas se están cumpliendo", y prometió no renunciar a considerar que "rusos y ucranianos son un solo pueblo".
Además, denunció que "los nacionalistas y mercenarios extranjeros en Ucrania, incluidos los de Medio Oriente, se esconden detrás de los civiles", y sostuvo que "grupos nacionalistas y neonazis" son los que bloquean los corredores humanitarios para permitir la evacuación de civiles en Ucrania y no las fuerzas rusas, como denunció Kiev.
En su mensaje, el mandatario también acusó a los grupos nacionalistas ucranianos de "mantener como rehenes a extranjeros, e incluso estudiantes" en Ucrania, una denuncia que parece hacer referencia a las denuncias locales e internacionales sobre discriminación a la hora de habilitar quién sale en los trenes u otros vehículos utilizados para las grandes evacuaciones de civiles.
Putin defendió los ataques una y otra vez y buscó marcar diferencias entre "los nacionalistas" en el poder en Ucrania y los ciudadanos ucranianos. "Muchos fueron amenazas y les lavaron el cerebro", aseguró el mandatario. "Estamos peleando contra los neonazis", aclaró.
Mientras en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, funcionarios de Ucrania y Rusia se reunen por segunda vez para discutir un posible alto el fuego, según adelantó Moscú, Putin no cambió su discurso ni adelantó ninguna señal sobre una posible resolución pacífica del conflicto en el corto plazo.
Poco antes, su contraparte ucraniana, el presidente Volodimir Zelensky, había propuesto un encuentro cara a cara con Putin para resolver el conflicto. "Por Dios, ¿qué es lo que quiere? Váyase de nuestra tierra. Si no quiere irse ahora, entonces siéntese conmigo en una mesa de negociación. Pero no a 30 metros de distancia como con (el presidente de Francia Emmanuel) Macron y (el canciller alemán Olaf) Scholz. Siéntese conmigo y hablemos. ¿De qué tiene miedo? No somos una amenaza para nadie", aseguró el mandatario, en referencia a las negociaciones fallidas con los líderes europeos antes del inicio de los ataques de la semana pasada.