La periodista Marina Ovsiannikova, de 45 años, se hizo famosa el año pasado cuando irrumpió en un noticiero de la televisión estatal local con un cartel contra la guerra que se había desatado en Ucrania. En julio del mismo año, se paró sola frente al Kremlin con un cartel que calificaba al presidente de su país, Vladimir Putin, de "asesino" por la muerte de cientos de niñas y niños ucranianos. Por esas acciones, en la jornada de este miércoles, recibió una condena en ausencia de ocho años y medio de cárcel acusada de difundir "falsedades" sobre el Ejército.
Ovsiannikova se presenta en sus redes sociales como mitad rusa y mitad ucraniana, que nació en Odesa, trabajó en Moscú, que es periodista, activista y una refugiada política. Además, dice, Francia salvó su vida.
El año pasado, en la misma protesta ante la sede del Gobierno, la productora de televisión y periodista dijo a colegas que la guerra en Ucrania era un "crimen", una afirmación por la que cuatro días después fue detenida y multada por 50.000 rublos (unos 820 dólares) por "desacreditar" a las Fuerzas Armadas rusas. Este tipo de manifestación está castigada en Rusia en virtud de una ley sancionada por el Parlamento en marzo de 2022, poco después del inicio de la invasión a Ucrania, contra la publicación de "información falsa" e "injurias" al Ejército, un delito que puede acarrear penas de cárcel.
"El tribunal sentenció a Ovsiannikova a ocho años y seis meses de cárcel que deben cumplirse en una colonia penal de régimen general", señaló la oficina de la fiscalía de Moscú. En una declaración publicada este martes antes de la sentencia, aseveró que los cargos contra ella eran "absurdos y motivados políticamente".
"Decidieron machacarme por no tener miedo y llamar las cosas por su nombre", denunció. "Por supuesto, no admito mi culpa. No niego ninguna de mis palabras. Tomé una decisión muy dura, pero la única moralmente correcta en mi vida, y ya he pagado un precio suficientemente alto por ello", aseguró.
Ovsiannikova dejó Rusia poco después de ser brevemente arrestada y multada por la protesta durante la transmisión en vivo del noticiero del canal Pervy Kanal, en marzo de 2022. En julio de 2022 regresó a Rusia y protagonizó su protesta en el Kremlin y otras contra la guerra en Ucrania, por lo que un mes después fue puesta en prisión domiciliaria. Pocos meses después, en octubre, escapó del arresto domiciliario y huyó al extranjero.
La ministra de Relaciones Exteriores francesa, Catherine Colonna, criticó la "represión ejercida por las autoridades rusas contra voces críticas con el poder" y el abogado de la periodista, Dmitry Zakhvatov, declaró a la agencia de noticias francesa AFP que participar en el juicio "no tenía sentido" pero que aún así recurrirá la sentencia: "Existen cero posibilidades de tener éxito. Por lo que sé, en Rusia no hay absoluciones, sobre todo si el caso afecta a la política", dijo.
Con información de Télam