El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, intenta a contrarreloj sentar a la mesa de su “Conferencia para la Paz”, que se celebrará el 15 y 16 de junio en Suiza, a la mayor cantidad de países para cerrar filas en torno a su propuesta para terminar la guerra, pero de la que pretende excluir a Rusia, algo que naciones de peso como China y Brasil rechazan, mientras que Argentina será esponsor de algunos puntos de la propuesta.
Luego de meses de retroceso en el campo de batalla, Ucrania pretende lograr algún avance a partir de la diplomacia con su cumbre en Ginebra, a la que Javier Milei patrocinará al menos dos de los diez puntos de la propuesta de paz de Zelensky, según informaron funcionarios de la Cancillería de Ucrania en Kiev a El Destape. En diálogo con periodistas latinoamericanos, el presidente de Ucrania confirmó la presencia de Milei en la Conferencia.
“Hay una decisión del Gobierno argentino de apoyar más a Ucrania, incluso de apoyar algunos puntos de la fórmula de la paz. Por ahora va a ser patrocinador de dos de los diez puntos porque nosotros no le pedimos a los países que apoyen todos, sino que les preguntamos en cuál de los diez se sienten que pueden aportar. Después quizás puede participar en otros”, dijo a El Destape el Subdirector de las Américas del Ministerio de Relaciones Exteriores ucraniano, Igor Tumasov, quien explicó que luego de la conferencia en la capital suiza, la idea es formar reuniones de trabajo para precisar en cada uno de esos ítems.
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Si bien los ucranianos se muestran entusiasmados con el encuentro, saben que habrá ausencias claves como la de China, que tienen su propia propuesta de paz para las partes desde hace meses, y la de Brasil, que se plegó a la hoja de ruta de Beijing y enviará un político de su tercera o cuarta fila. Sin embargo, desestiman la ausencia mayor, la de Rusia.
El primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, explicó que convocaron a más de 160 países y que confirmaron asistencia al menos 80 de ellos, pero que solo en una potencial instancia futura pretenden cursar la invitación a Putin. El Destape le consultó a Shmyhal, quien ejerce como una suerte de Jefe de Gabinete de Zelensky, si no considera que la ausencia de Rusia es significativa, pero aseguró que “en este primer encuentro el objetivo es elaborar una propuesta para presentar frente al agresor (sic)” y que recién en un segundo encuentro pretenden “invitar a la Federación Rusa”.
En una reunión con periodistas latinoamericanos en Kiev, Shmyhal explicó los puntos que forman parte de la propuesta ucraniana, entre ellos, garantizar la seguridad nuclear -principalmente de Zaporiyia, la mayor planta de energía nuclear de Europa en territorio ucraniano y bajo control ruso desde inicio de la guerra-; seguridad alimentaria -que implica garantizar la libre circulación en los corredores marítimos-; prevenir más destrucciones en las centrales eléctricas ucranianas -principal blanco de los ataques recientes-; evitar una potencial escalada, entre otros. Pero sin dudas el fundamental es el que se refiere a la integridad territorial que sería uno de los que apoyaría Argentina, según el Gobierno de Ucrania.
“El objetivo es conseguir la paz con diplomacia, con la ayuda y apoyo de los países. Yo no veo otra posibilidad para acabar con la guerra”, sintetizó Shmyhal, en una monumental sala de conferencias del edificio soviético donde se encuentran sus oficinas y que como gran parte de los predios de gobierno, están llenos de bolsas de arenas en las puertas y escaleras, además de redes verde militar que cubren las puertas de ingreso. En la oficina del Primer Ministro ya reposa la bandera de la Unión Europea, a pesar de que Ucrania aún no ingresó al bloque.
Respecto a la ausencia de autoridades de primera línea de Brasil, el primer ministro ucraniano le reconoció un “importante papel global” al país latinoamericano, pero dijo que “las soluciones están en manos del presidente Lula” y que están “esperando la invitación de Brasil a la Cumbre del G20” que se celebrará en Río de Janeiro, algo que aún no sucedió.
El contraste con Argentina es evidente. Desde el día uno, la actual conducción de la Casa Rosada profundizó sus rivalidades con Rusia y envió señales a Kiev. “Las relaciones entre Argentina y Ucrania a nivel de los presidentes están bien abiertas y dinámicas. A nivel del Gobierno están mejorando mucho. Ahora volvió una delegación ucraniana muy grande, que encabezó la Viceprimera Ministra y Ministra de Economía de Ucrania, Yuliia Svyrydenko, para negociaciones en varios aspectos, tanto comerciales como políticos”, dijo a El Destape Tumasov.
Zelensky no solo participó del acto de asunción de Javier Milei el 10 de diciembre, sino que se llevó la promesa del mandatario libertario que sería el país anfitrión para una cumbre Ucrania-América Latina, algo que aún está en los papeles por las resistencias de algunos países de la región a aparecer en la foto con ambos mandatarios. “Hablamos con Milei para la realización de la cumbre en Argentina, se ofreció a ser la sede, pero hay países que no solo tienen una relación tensa con Milei, sino también con Ucrania".
Los ucranianos pretenden apuntalar la diplomacia luego de un significativo retraso de la ayuda estadounidense, su principal sostén económico para esta guerra. Los republicanos en el Congreso condicionaron por meses su apoyo al paquete de ayuda a Kiev -también a Israel y Taiwán- como moneda de cambio para negociar parte de su agenda para limitar la inmigración. Pese a que los aliados europeos mantuvieron su apoyo económico, la ausencia de Estados Unidos le infligió a Ucrania pérdidas significativas como la retirada de la localidad de Avdiivka en febrero y un golpe en ciudad de Jarkiv, la segunda en importancia después de la capital.
En declaraciones públicas, el gabinete de Zelensky se muestra poco pendiente a una eventual victoria de Donald Trump en las elecciones de noviembre en Estados Unidos. Pero que podría cumplir la peor pesadilla de los ucranianos; el abandono de la ayuda estadounidense a Kiev.
A sabiendas de que no hay país que puedan suplantar el rol estadounidense, Ucrania igualmente mira a otras latitudes. En el camino para sumar adhesiones, Latinoamérica está en el radar. El Canciller Dmitro Kuleba confirmó esta semana que abrirán un puñado de embajadas en la región aunque aún no publicaron los países objetivo.
A su vez, la Cancillería ucraniana lanzó el martes pasado una “Estrategia de Comunicación América Latina”, donde disertaron sobre posibles acercamientos. La impresión es que aún están lejos de encontrar una fórmula para hacerlo. Por el momento, desde Kiev buscan que germinen algunas simpatías en torno a la narrativa “anticolonial”, aunque recién parecen comprender algo de lo que significa el nacionalismo en Latinoamérica, que tienen más que ver con los procesos de independencia en la región, antes que con sus versiones fascistas europeas.
“Agradezco el apoyo de Argentina a la Fórmula de Paz. Debido a que es importante que se escuche la voz de América Latina en nuestra Cumbre de Paz en Suiza, invité al Presidente Milei a asistir”, dijo Zelensky en su cuenta de X el 10 de mayo.
En ese contexto, el apoyo de Javier Milei a Kiev es visto con buenos ojos y hasta tono celebratorio en Ucrania, y desestiman las eventuales críticas que recibe el mandatario argentino por sus políticas de ajuste. “Esperamos que mejore la situación económica interna de Argentina para avanzar más en nuestra relación tanto políticas como comerciales. Entendemos que ahora necesita mucho una transformación económica y eso lleva tiempo”, dijo Tumasov.
Al ser consultado por El Destape si no les preocupa apoyar a un Gobierno de extrema derecha como el de Milei, Tumasov respondió: “Por ahora no”.