La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) decidió este domingo mantener la producción actual global, pese a la creciente incertidumbre internacional que está provocando en los mercados la decisión de las potencias occidentales de imponer un tope de 60 dólares al crudo ruso y un nuevo embargo, una nueva sanción que Rusia ya rechazó y por lo que se calcula que los envíos se verán cortados.
El resultado de la breve reunión de este domingo, realizada por videoconferencia, reflejó la imprevisibilidad de la oferta y la demanda en los próximos meses, y los enormes vuelcos en los precios de la semana pasada. "Adhiriéndose al enfoque de ser proactivos y preventivos, los Países Participantes reiteraron su disposición a reunirse en cualquier momento y tomar medidas adicionales inmediatas para abordar los desarrollos del mercado y apoyar el equilibrio del mercado petrolero y su estabilidad si es necesario", sentenció el comunicado final del encuentro, recogido en la página web de la organización.
La decisión coincidió con un momento muy tengo en los mercados internacionales de energía ya que no se sabe qué sucederá cuándo este lunes comience a regir las últimas sanciones impuesta por las potencias occidentales y sus aliados del G7 a Rusia: un tope de precio para todo el crudo ruso y un nuevo embargo.
A partir de este lunes, Rusia no podrá exportar a Europa petróleo transportado por mar en virtud del embargo acordado por las 27 naciones que integran la Unión Europea, como sanción por la campaña militar lanzada por el Kremlin contra Ucrania el 24 de febrero de este año. El embargo afectará el 90 % de importaciones europeas de petróleo ruso, es decir, unos 100 millones de toneladas o 730 millones de barriles anuales, según manifestó este domingo en Bruselas la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El objetivo declarado del embargo europeo, que desde el 5 de febrero próximo afectará también las importaciones de derivados del crudo, es minar la capacidad económica de Rusia para financiar sus operaciones militares en Ucrania.
Además, decretaron un tope de precio para cualquier compra de crudo que quede por fuera de ese embargo. "El límite de precio está diseñado para permitir que nuestros proveedores de servicios respalden los envíos de petróleo crudo y productos derivados del petróleo de origen ruso a otros países, lo que permite un suministro de energía estable y restringe los ingresos de Rusia", explicó el comunicado del G7.
"El límite de precio del petróleo crudo de origen ruso entrará en vigor en todas nuestras jurisdicciones el 5 de diciembre de 2022 o muy poco tiempo después. Se espera que nuestras respectivas reglamentaciones incluyan una excepción de tiempo limitado para las transacciones que involucren petróleo que se cargue en un buque en el puerto de carga antes del 5 de diciembre de 2022", agregó el texto.
Estas sanciones y el repudio que ya provocaron en Rusia, donde el Gobierno adelantó que no vendería con un tope de precio, está haciendo temblar a los mercados internacionales. Sin embargo, analistas económicos apoyaron la decisión de la OPEP+ de no aumentar la producción global para calmar la preocupación. "Dados los riesgos fundamentales y geopolíticos, masivos y compensatorios, que pesan sobre el mercado petrolero, los ministros (de la OPEC+) han optado comprensiblemente por mantenerse firmes y atrincherados", opinó Bob McNally, presidente de Rapidan Energy Advisers LLC., en comentarios a la cadena Bloomberg.
La decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados debería mantenerse durante al menos unos meses. El Comité de Supervisión Ministerial Conjunto del grupo, encabezado por Arabia Saudita y Rusia, se reunirá nuevamente en febrero. El panorama podría ser más claro para entonces y el panel tiene el poder de convocar reuniones extraordinarias si cree que la política de producción debe cambiar.
No está claro en qué medida esas medidas reducirán las exportaciones rusas. El tope de precio está cómodamente por encima de los 50 dólares a los que actualmente se cotiza el grado de crudo Urals, el buque insignia del país, según datos de Argus Media.
Sin embargo, Moscú ha dicho que preferiría reducir la producción antes que vender petróleo a cualquiera que adopte el precio tope, según dijo este domingo el vice primer ministro ruso Alexander Novak, en comentarios recogidos por la agencia de noticias Interfax. "Venderemos petróleo y productos derivados del petróleo a aquellos países que trabajarán con nosotros en términos de mercado, incluso si tenemos que reducir un poco la producción", advirtió.
Con información de EuropaPress y Télam