Kiev se prepara para un inminente ataque de las fuerzas rusas con un toque de queda y más barricadas, mientras la situación en otras ciudades como Mariupol y Jerson es cada vez más crítica por la falta de alimentos y medicamentos, según denunció el gobierno ucraniano.
La capital se prepara desde hace días para el asalto ruso desde el noroeste y el este de la ciudad, motivó que llevó a las autoridades a declarar el toque de queda hasta el miércoles a la mañana. De todas maneras, la ciudad está parcialmente vacía porque gran parte de sus 3,5 millones de habitantes se desplazaron a países fronterizos. Además, según informaron autoridades ucranianas hoy murió al menos una persona en un ataque con drones contra un instituto científico de Kiev.
La situación es peor desde hace semanas en Mariupol, en el sureste del país, donde unas 350 mil personas están atrapadas sin agua ni electricidad. La ciudad es una plaza clave porque le serviría a Rusia de puente entre las fuerzas en Crimea y los territorios controlados por Moscú en el norte y este.
Desde hace días hay corredores humanitarios para intentar evacuar a la población sitiada. La situación en la localidad fue descripta por Human Rights Watch como "un infierno helado lleno de cadáveres y edificios destruidos". De acuerdo al gobierno ucraniano, el panorama también es crítico en Jerson, al sur del país y ocupada por soldados rusos, donde cerca de 300 mil personas están por quedarse sin comida y medicamentos.
"La situación humanitaria se está deteriorando rápidamente. La ciudad carece críticamente de alimentos y suministros médicos debido al asedio. Los recién nacidos, que carecen de productos de nutrición e higiene infantil, y los pacientes graves constituyen la población de especial riesgo", señaló en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores ucraniano.
Naciones Unidas informó que tiene ya confirmada la muerte de 953 civiles desde el inicio de la guerra, 78 de ellos niños, si bien la cifra real sería "considerablemente mayor" por el retraso en la verificación y por la falta de datos de zonas clave como Mariupol. Por otra parte, más de 3,5 millones de personas huyeron de Ucrania desde la invasión, de acuerdo a cifras de la agencia de refugiados de la ONU para los refugiados (Acnur), en un éxodo que amenaza con convertirse en la peor crisis de Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
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En el campo diplomático, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo hoy que ve "elementos de progreso" en temas clave en el conflicto y cree que hay "suficiente sobre la mesa" para cesar las hostilidades. "A partir de mi contacto con varios actores, están apareciendo elementos de progreso diplomático en varios temas clave. Hay suficiente sobre la mesa para cesar las hostilidades, ahora y negociar seriamente", dijo Guterres, citado por la agencia de noticias Sputnik. Uno de los actores que se ofreció como mediador es el papa Francisco, que hoy se comunicó con teléfono con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, para abordar la situación en el país.
Estados Unidos y sus aliados europeos anunciarán el jueves más sanciones contra Rusia y el endurecimiento de las medidas ya adoptadas por la invasión, que ese día cumple un mes, adelantó el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. Estas medidas se anunciarán en el marco de la visita que el presidente estadounidense, Joe Biden, realizará a Europa. El jueves, el mandatario participará en una cumbre extraordinaria de la OTAN y en una reunión del G7 en Bruselas y el viernes visitará Polonia.