El segundo día del ataque de Rusia a Ucrania comenzó con bombardeos y combates en la capital de Kiev. Se inició en la madrugada con al menos dos fuertes explosiones en el centro de Kiev, con edificios civiles afectados, disparos y explosiones en barrios de la ciudad.
Las fuerzas militares rusas intentan avanzar hacia Kiev, que al amanecer fue blanco de misiles en edificios civiles, según denunció el presidente ucraniano, Volodimir Zelesnki.
Tropas ucranianas informaron que se enfrentaban con blindados rusos en las localidades de Dymer e Ivanik, a 45 y 80 kilómetros. Las fuerzas ucranianas derribaron un avión enemigo sobre Kiev en las primeras horas del viernes, que luego se estrelló contra un edificio residencial y lo incendió, dijo Anton Herashchenko, asesor del ministro del Interior.
"La última vez que nuestra capital conoció algo similar, fue en 1941 cuando fue atacada por la Alemania nazi. Ucrania venció ese demonio y vencerá también este", afirmó el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores Dmytro Kuleba en su cuenta de Twitter.
Hasta el momento la invasión ya contabiliza más de 100 muertos y unos 100.000 desplazados ucranianos, mientras que fuentes del ejército defensor afirman que unos 800 soldados rusos fueron abatidos desde el inicio de la invasión, en la madrugada de ayer.
Rusia planteó que está dispuesta a negociar
Rusia está dispuesta a negociar con las autoridades ucranianas si el país vecino "depone las armas", declaró este viernes el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov. "Estamos dispuestos a negociar en cualquier momento, en cuanto las fuerzas armadas ucranianas escuchen nuestro llamado y depongan las armas", dijo Lavrov en una rueda de prensa.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso también aseguró que el objetivo de la invasión rusa de Ucrania era "liberar" a los ucranianos "de la opresión". También se hizo eco de las palabras de Vladimir Putin y dijo que "nadie se está preparando para ocupar Ucrania. El objetivo de la operación es claro: desmilitarización y desnazificación".