Los ministros de Exteriores de Rusia y Brasil mantuvieron una reunión en la que "se prestó una atención significativa a los esfuerzos brasileños para encontrar formas de resolver la situación en Ucrania", en el marco del encuentro de cancilleres del grupo de los BRICS que se desarrolla en Sudáfrica. Durante el "amistoso y constructivo" encuentro, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, y su par de Brasil, Mauro Vieira, "trataron asuntos de actualidad como el desarrollo de las relaciones ruso-brasileñas con énfasis en sus componentes políticos, comerciales y económicos", informó Moscú en un comunicado.
"Los ministros intercambiaron puntos de vista sobre temas de interés mutuo en la agenda global y regional, incluida la interacción entre Rusia y Brasil en las plataformas multilaterales, principalmente en la ONU y su Consejo de Seguridad, el BRICS y el G20", agregó el texto, según replicó la agencia de noticias Sputnik. Durante el encuentro, que se produjo en los márgenes de la conferencia ministerial de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en Ciudad del Cabo, "se prestó una atención significativa a los esfuerzos brasileños para encontrar formas de resolver la situación en Ucrania".
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió en varias oportunidades la necesidad de detener las hostilidades entre Rusia y Ucrania y propuso la creación de un grupo de países que actúe como mediador entre ambos bandos. Sin embargo, la mayoría de las potencias occidentales aliadas de Kiev no coinciden con esa propuesta, que, según sostienen, pondría en el mismo plano "al agresor y al agredido".
El excanciller brasileño Celso Amorim viajó recientemente a Kiev para presentar la fórmula de paz personalmente al presidente Volodimir Zelenski, quien sostuvo que el único plan aceptado por Ucrania tiene como condición previa la evacuación de los territorios ucranianos, algo que no está contemplado en la propuesta impulsada por Lula. Para él, Occidente "debería tener en cuenta las preocupaciones de Rusia en materia de seguridad, en lugar de intentar debilitarla y provocar un conflicto aún mayor", afirmó el asesor presidencial.
"No queremos una tercera guerra mundial. E incluso si no la tenemos, no queremos una nueva Guerra Fría (...) Hay que tener en cuenta todas las preocupaciones de los países de la región si se quiere la paz", declaró el alto funcionario, citado por The Financial Times.
En este sentido, Amorim recordó la "estrategia" utilizada contra los alemanes tras la Primera Guerra Mundial, cuando el objetivo era debilitar a Berlín en el Tratado de Versalles. "Ya sabemos lo que pasó [después]", agregó, según citó la agencia Sputnik. El político destacó también que la seguridad nacional es una de las principales preocupaciones de Moscú, refiriéndose al asedio y la expansión de la OTAN cerca de sus fronteras.
Con información de Télam