Un grupo de pobladores de una comunidad maya en Guatemala impidió el martes el inicio de las excavaciones para la búsqueda de los restos de más de una centena de menores que habrían sido enterrados clandestinamente en un antiguo destacamento militar durante la guerra civil en la década de 1980.
Estaba previsto que los trabajos en Chiul, a más de 200 kilómetros de Ciudad de Guatemala, comenzaran por la mañana, pero el plan fue suspendido tras la irrupción del grupo, que no ofreció argumentos por los que se oponía a las exhumaciones.
Arnulfo Oxlaj, uno de los sobrevivientes de la matanza y quien formaba parte del grupo de familiares de víctimas concentrados en el lugar, dijo que entre los que se oponían estaban exmilitares y excomisionados de las fuerzas armadas que participaron en el conflicto interno, incluyendo uno de los supuestos responsables de la masacre.
Son "interesados en oponerse a la justicia", aseguró. Reuters no pudo confirmar independientemente las acusaciones de Oxlaj, quien tuvo que ser resguardado brevemente por autoridades locales para evitar que fuera agredido por los disconformes, informó un portavoz del Ministerio Público.
La matanza ocurrió el 21 de mayo de 1988, cuando efectivos militares capturaron a cientos de residentes y los llevaron a su destacamento, donde separaron a los niños y niñas de sus padres, de acuerdo con testigos de los hechos.
Ese día 116 menores de entre dos y 15 años habrían sido torturados y lanzados a un pozo lleno de agua dentro de la instalación, donde murieron ahogados; aunque no existe un registro oficial de las víctimas. A raíz de las denuncias de Oxlaj, el Ministerio Público abrió una investigación del caso este año.
No hay claridad acerca de las razones de la masacre. Expertos aseguran que buena parte de la violencia del conflicto, que se prolongó de 1960 a 1996 dejando cientos de miles de víctimas, estaba orientada al exterminio de los pueblos originarios. Un portavoz del Ejército no respondido a una solicitud de comentarios.
En la exhumación participarían la Fiscalía de Derechos Humanos y la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, con el resguardo de la policía. Durante el altercado el periodista comunitario José Guarcas fue retenido momentáneamente por los opositores, dijeron organizaciones civiles.
Con información de Reuters