Costó, pero la democracia finalmente se impuso en Guatemala. Después de una campaña en la que trataron de inhabilitar a su partido, de un triunfo electoral opacado por más de cuatro meses de intentos constantes de sus rivales políticos e instituciones judiciales para frenar su asunción, y de un traspaso de poder que tambaleó hasta el último minuto en el Congreso y las cortes, Bernardo Arévalo juró este domingo como el nuevo presidente guatemalteco y el primero con propuestas progresistas en décadas.
Una transición bajo asedio hasta el último minuto
El día empezó con un retraso de varias horas en el Congreso. Lo que debía ser una sesión administrativa se dilató durante horas y, en el medio de ese paréntesis, se supo que la Corte de Constitucionalidad guatemalteca había decidido rechazar el amparo pedido por el partido de Arévalo, el Movimiento Semilla, para que se reconociera su fuerza política, que había sufrido un bombardeo judicial desde que se convirtió en la favorita electoral en la primera vuelta presidencial, el año pasado. Con esta decisión, la máxima corte constitucional del país -que hace meses está en disputa con el Supremo Tribunal Electoral que sí validó los resultados y a Semilla- decidía entonces que la personería quedaba suspendida y, por lo tanto, los 23 diputados de Semilla -de un pleno total de 160 miembros- debían asumir como independientes, sin una banca propia. En otras palabras, sin posibilidad de pelear lugares en la Junta Directiva del nuevo Poder Legislativo.
El Movimiento Semilla había estado negociando con otras formaciones la composición de la Junta Directiva e incluso se especuló con un acuerdo por el que los diputados del partido de Arévalo habrían pactado hasta 90 votos favorables a su propuesta, informó la agencia de noticias Europa Press. Ahora todo eso se volvía casi imposible. Además, legisladores de Semilla y sus aliados comenzaron a denunciar a que sus opositores aprovechaban el tiempo ganado por la Corte para "comprar" apoyos en el nuevo Congreso para conservar la conducción de la Junta Directiva.
#AhoraLH | El diputado Inés Castillo, de la UNE, afirma que se busca "dilatar" la toma de posesión de los congresistas, con la intención de que Bernardo Arévalo tampoco asuma su cargo.
— Diario La Hora (@lahoragt) January 14, 2024
🎥: MJ. Bonilla/LH pic.twitter.com/QEFXIyx7Mr
Pero la estrategia de ganar tiempo de la nueva oposición no terminó con el anuncio de la Corte. Una vez que se conoció, ahora sí dio inicio a la sesión de la Junta Calificadora, una instancia meramente administrativa y burocrática que debe ratificar la asunción de cada diputado y diputada elegida en las urnas. Primero se reunieron a puertas cerradas. No dejaron entrar a la prensa ni a los representantes de Semilla. Cuando estos últimos lograron irrumpir en la sala, la nueva oposición se indignó y suspendió la sesión.
No aclararon cuándo se retomaría la certificación de los nuevos diputados para que el pleno pueda asumir. Una de las autoridades solo adelantó ante la prensa que el plazo máximo es la medianoche porque los legisladores deben asumir, por ley, el 14 de enero. El problema que denunciaban los líderes de Semilla es que el Presidente también debe asumir el 14 y, según la ley, debe hacerlo a las 16 (19 hora argentina).
Por eso, las dudas sobre el motivo real de la lentitud del proceso comenzaron a multiplicarse con las horas y, especialmente, sobre si llegará a asumir Arévalo este domingo. Afuera del Parlamento, un grupo de manifestantes comenzó a congregarse y de a poco a enojarse. Para mitad de la tarde ya amenazaban con "tomar el Congreso" si no se conforma la Junta Directiva con los diputados de Semilla adentro y se avanza con la asunción presidencial.
El diputado @AlvaroArzuE confirma que se suspendió el trabajo de la junta calificadora de credenciales y diputados electos siguen sin asumir.
— Karla Gutiérrez (@KarlaG_Soy502) January 14, 2024
Se desconoce la hora en la cual se retomará el procedimiento. pic.twitter.com/9AkgH5mF4R
El movimiento indígena, en tanto, llamó a todas sus comunidades en el país a que se reúnan en asamblea y queden en alerta hasta que se concrete el cambio de Gobierno. En paralelo, el diario La Hora informó que se movilizó a la policía alrededor del edificio Legislativo. La tensión era tal que uno de los comandantes de la Policía habló a la multitud y prometió que "no se va a reprimir". Pese a eso, hubo forcejeos y algunos golpes.
#LHVideo | Las autoridades indígenas llaman a que todas las comunidades se unan en sus territorios y manifiesten pacíficamente para que se cumpla con la Constitución y se dé el cambio de Gobierno. Asimismo, indican que en su momento comunicaran si se trasladarán al Congreso para… pic.twitter.com/MlNGoP8ChM
— Diario La Hora (@lahoragt) January 14, 2024
Recién unas horas después, cuando se impuso el temor que toda la transición de poder quedara en suspenso, la situación se rencausó. Los invitados internacionales convocaron a una reunión urgente de cancilleres, según contó por Twiter el presidente colombiano, Gustavo Petro, mientras algunos legisladores señalados por el nuevo oficialismo como los cabecillas del golpismo denunciaban "presiones" desde embajadas.
Como sea, a media hora del horario establecido por ley para la asunción presidencial, la sesión de la Junta Certificadora se reanudó en el Congreso y, según los mismos legisladores de Semillas, el proceso volvió a avanzar. Se tomaron su tiempo, no importó que el plazo legal venciera y que la presión internacional y de las calles creciera. Los invitados internacionales emitieron una declaración de apoyo a Arévalo y a la democracia guatemalteca - a la que el Gobierno argentino se sumó-, mientras que el movimiento indígena, estudiantes y simpatizantes de Semilla exigían a la Policía que los dejara pasar al Palacio Legislativo para garantizar el orden constitucional.
Finalmente, el nuevo Congreso asumió, pero con él estalló la primera pulseada legislativa. Primero, los diputados de Semilla no lograron imponerse y juraron como independientes por la suspensión del partido de la Corte Constitucional. Luego, llegó el momento de definir la nueva Junta Directiva del Poder Judicial, la misma encargada de tomar juramento al presidente y la vice. Fue allí que se desató una verdadera pelea con gritos y acusaciones cruzadas. Tomó horas la discusión, pero al final Semilla logró poner a uno de los suyos, aún identificado como independiente, en la Junta Directiva.
La jornada se estiró todo lo posible. Se perdió la expectativa con que millones se levantaron y se movilizaron a la mañana, y se enturbió un día que debía reflejar un nuevo comienzo. Arévalo y su vice, Herrera, lograran jurar el cargo a la noche en el Teatro Nacional, pero lo hicieron con una certeza que se respiraba tanto en el Teatro Nacional como en la calle: sus detractores no le regalarán ni un minuto de luna miel al nuevo Gobierno.
El triunfal electoral y la batalla legal
Arévalo fue elegido democráticamente en con más del 60% de los votos en el balotaje de agosto de 2023. En ese momento, se impuso a la ex primera dama Sandra Torres y fue proclamado presidente electo de Guatemala.
"Vamos a tomar el Congreso, si los diputados no eligen Junta Directiva" señalan manifestantes frente al Palacio Nacional, ya que señalan que el Congreso busca que no se de la juramentación de @BArevalodeLeon y @KarinHerreraVP @Guatevision_tv @prensa_libre pic.twitter.com/3IYW7iZMLw
— Andrea Domínguez (@andread_gtv) January 14, 2024
Sin embargo, allí comenzaron una serie de batallas de la Justicia y de la oposición contra el presidente electo y su partido. Días atrás, cuando el jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad, Rafael Curruchiche, presentó una apelación para frenar la llegada al Ejecutivo de la dupla de la izquierda progresista.
La presentación de Curruchiche llegó a la Corte Constitucional para pedir dejar sin efecto la resolución emitida por el Juzgado Noveno Penal, del 15 de diciembre, que había solicitado garantizar la toma de posesión del nuevo Gobierno pese a las denuncias de supuestas irregularidades del mismo fiscal.