Meloni empieza a delinear su eventual gabinete y define los roles para Salvini y Berlusconi

27 de septiembre, 2022 | 12.46

La líder de ultraderecha Giorgia Meloni, que se impuso en las elecciones del domingo y aparece como máxima favorita para recibir el encargo presidencial para la formación de un nuevo Gobierno, ya comenzó a preparar su eventual gabinete mientras decide qué rol que les dará a los dos socios de la coalición con la que buscará gobernar Italia los próximos cinco años, Matteo Salvini de la Liga y Silvio Berlusconi de Fuerza Italia.

El partido de Meloni, el neofascista Hermanos de Italia, logró el 26% de los votos y quedó como la fuerza más votada en todo el país y dentro de la coalición que comparte con la Liga (8.9%) y Fuerza Italia (8.3%), con quienes logró la mayoría absoluta de las dos Cámaras de cara a la formación de un nuevo Ejecutivo.

Durante la campaña previa a los comicios, Salvini había pedido participar de la discusión del gabinete en caso de que, como sucedió, la derecha se alzara como primera posibilidad para el próximo Gobierno, aunque Meloni mantuvo desde el inicio la idea de dejar la discusión de los nombres para más adelante.

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En ese marco, si bien se inicia ahora un largo proceso que recién llevaría a la jura del nuevo Gobierno hacia fines de octubre, Salvini y Berlusconi ya plantearon qué rol imaginan para el eventual primer Gobierno de derecha conservadora y soberanista de la Italia moderna.

Salvini afirmó durante toda la campaña electoral su intención de regresar al Ministerio del Interior, que ya ocupó entre junio de 2018 y agosto de 2019, en el que desplegó una política antiinmigración que cerró los puertos italianos a personas rescatadas en altamar y que le valió un proceso penal por el que puede ser condenado a hasta 15 años de prisión.

"Le daremos al Gobierno el mejor equipo de la Liga de todos los tiempos", se limitó a plantear Salvini este lunes en conferencia de prensa, mientras dentro de la coalición reconocen que el "límite simbólico" del 10% era clave para sus aspiraciones de regresar a la cartera encargada de seguridad e inmigración, y que el resultado final lo aleja de ese destino.

Salvini, además, deberá mantener la cohesión de su propia fuerza en un marco en el que algunas voces como la del exlíder Roberto Maroni plantearon hoy que "es hora de un nuevo secretario" tras lo que consideran un resultado poco satisfactorio el domingo.

La baja performance electoral de la fuerza de Salvini en algunos distritos del norte, histórico bastión ahora en manos de la ultraderechista Hermanos de Italia, provocó por ejemplo que el cofundador de la nacionalista Liga Umberto Bossi deba dejar el Parlamento tras 35 años ininterrumpidos tras perder su postulación en Varese. "Lo voy a proponer como senador vitalicio", anunció hoy Salvini para buscar calmar el frente interno.

De todos modos, con un sistema electoral que repartió un tercio de las bancas con sistema uninominal, la Liga llegó a obtener más de la mitad (94) de los legisladores de los que alcanzó Hermanos de Italia (184) pese a tener un tercio de los votos y buscará hacer valer ese peso legislativo en el reparto de ministerios.

Berlusconi, en tanto, sostuvo el domingo tras votar que espera "ser el director técnico" del Gobierno desde la banca que tendrá como senador.

"Por su edad, 85 años, es difícil que se pueda pensar en Berlusconi como presidente del Senado para los próximos cinco años, pero no descartamos que tenga el rol honorario de presidir la primera sesión del nuevo Parlamento, el 13 de octubre", planteó a Télam una fuente de la coalición.

Puertas adentro de su partido, Berlusconi tiene una situación más ordenada que su socio Salvini, con el expresidente del Parlamento italiano Antonio Tajani de "número dos" y candidato seguro a suceder al empresario de medios y deportes cuando decida dar un paso al costado.

Este martes, el cofundador de Hermanos de Italia, Guido Crosetto, adelantó en declaraciones al diario Il Messaggero que el próximo Ejecutivo "será el Gobierno de los mejores", dando a entender que no habrá una cuota específica para cada uno de los aliados de la coalición.

Otra de las incógnitas del futuro gabinete es si Meloni mantendrá su promesa de no incluir a personas que hayan sido parte del Gobierno de Mario Draghi, apoyado hasta julio por la Liga y Fuerza Italia. En ese caso, el mayor perjudicado sería el "número dos" de Salvini, Giancarlo Giorgetti, ministro de Desarrollo Económico y uno de los referentes del sector en temas económicos.

Para la cartera económica, Meloni piensa en el exdirector general del Banco Central Italiano Fabio Panetta, según publica el diario La Stampa. Para la cadena SkyTg 24, otra posibilidad es el exministro de Finanzas y Economía de los cuatro Gobiernos de Berlusconi, Giulio Tremonti.

Para otro de los ministerios de peso, Exteriores, una de las posibilidades es el nombre de Tajani si es que no logra quedarse con la presidencia de Diputados que se elegirá el 13 de octubre.

De perfil europeísta, Tajani se muestra más moderado en temas cono la relación con China, frente a una Meloni que en campaña denunció un supuesto "expansionismo" del gigante asiático en América Latina y prometió la eventual salida de la iniciativa La Franja y la Ruta en caso de llegar al Gobierno.

Horas después de las elecciones, el propio Berlusconi salió a posicionar a su espacio como la fuerza moderada de la coalición y aseguró que Fuerza Italia "será garante del espíritu atlantista y europeísta" del eventual Gobierno de la derecha y ultraderecha.

Más allá de los nombres, las principales urgencias para Meloni en las tres o cuatro semanas que pueden pasar ante su eventual toma de posesión se centrarán en la inflación, que a fines de agosto tocó el pico más alto en 37 años, un 8,4% interanual, y que se ha vuelto uno de los principales temas de preocupación de los italianos. Meloni fue de las más enfáticas dirigentes al pedir una postura europea común para un "techo del precio del gas" a nivel continental.

En esa dirección, la suba de los precios de la energía de cara al ambiente amenaza ya a varias industrias muy dependientes de la luz y el gas, desde la construcción hasta la gastronomía, lo que abre interrogantes sobre los niveles de crecimiento de una economía que en el segundo trimestre había logrado crecer casi el 5% frente al mismo período de 2021, de acuerdo al instituto estadístico Istat.

Otro de los desafíos del próximo Gobierno será la gestión de los fondos destinados por Europa para el denominado Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), por el que solo este semestre el país recibirá 21.000 millones de euros de Bruselas, la mitad además "a fondo perdido", o sin necesidad de devolución.

En los próximos años el país debe recibir a su vez más de 100.000 millones de euros del plan europeo Next Generation atados a la consecución de una serie de objetivos de reformas políticas, fiscales, económicas y tributarias.

Con información de Télam