A un año de ganar el balotaje y tras la crisis por la reforma, la popularidad de Macron se desploma

24 de abril, 2023 | 12.54

Un año después de que el presidente francés Emmanuel Macron superara a su rival Marine Le Pen por 17 puntos en un histórico balotaje que le dio un segundo mandato presidencial, la promesa de unir a los franceses se diluyó a la misma velocidad que el desplome de su popularidad, acelerado tras imponer su resistida reforma jubilatoria por decreto.

Durante la campaña que culminó en la segunda vuelta, el 24 de abril de 2022, y consciente de que el triunfo se explicaba en parte gracias al cordón sanitario contra su rival, Macron prometió unir a los franceses, gobernar con un "método renovado" y responder a la "rabia" de quienes votaron por la candidata ultraderechista.

No logró su objetivo. Los cacerolazos que lo persiguen a cada acto desde la semana pasada dan cuenta de un malestar con la forma de gobernar del político liberal, quien endureció por decreto las reglas para acceder a una pensión completa a pesar del contundente rechazo popular expresado en las calles.

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Y si bien quedan cuatro años para la elección presidencial de 2027, a la que Macron no puede presentarse, "la hipótesis de que Marine Le Pen pueda llegar al poder no puede descartarse", dijo en Radio Classique el analista demoscópico Bernard Sananès, citado por la agencia de noticias AFP.

El "punto de inflexión" en el último año, según Sananès, fue el uso en marzo del artículo 49.3 de la Constitución para adoptar el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años sin el voto del Parlamento, que temía perder.

Esta decisión desplomó su popularidad: ahora está en 26%, y se acerca a su nivel más bajo desde la protesta social de los "chalecos amarillos" que sacudió su primer mandato y dejó imágenes como los destrozos en el Arco del Triunfo en diciembre de 2018.

Esta crisis comenzó a forjar la imagen de presidente "autoritario" y "desconectado" de la realidad, que sus oponentes le achacan, pero que logró reconducir con la gestión de la pandemia y de los efectos de la invasión rusa a Ucrania.

"En la época de los chalecos amarillos, Macron se presentaba como un baluarte contra el desorden", pero ahora "para muchos franceses, él es el caos", advirtió en la radio Europe 1 Frédéric Dabi, de la empresa de sondeos Ifop.

Desde la imposición por decreto de la reforma jubilatoria, las protestas se radicalizaron y pasaron de criticar su reforma a reprobarlo.

La mayoría de franceses, según los sondeos, lo considera responsable de los disturbios por no escuchar el rechazo popular.  

"La reforma de las pensiones reactivó esa hostilidad hacia el presidente", apuntó Sananès, del instituto de sondeos Elabe, quien alertó sobre todo que alrededor de un cuarto de su electorado está decepcionado con su método de gobernar, un fenómeno "más reciente".

Hoy, el diario de izquierda Libération destacaba que Macron está "más aislado que nunca" y se preguntaba cómo conseguirá relanzar su segundo mandato hasta 2027.

"La dificultad es que le quedan cuatro años para aplicar un programa que no tiene el apoyo de una mayoría de franceses" y con una "legitimidad y autoridad" tocadas, opinó por su parte la politóloga Delphine Dulong.

El mandatario se dio 100 días "de apaciguamiento, de unidad, de ambición y de acción", hasta la fiesta nacional del 14 de julio.

Su primera ministra, Élisabeth Borne, -más impopular- presentará el miércoles su hoja de ruta posreforma.

El presidente, de 45 años, reanudó además sus viajes por el país para presentar su nuevo "rumbo", centrado en educación, reindustrialización, trabajo o salud, y recuperar terreno político, pese al concierto de cacerolas.

"Tengo que volver a participar en el debate público", aseguró al diario Le Parisien, reconociendo que cometió el "error" de no estar "bastante presente" para defender su reforma y que Le Pen llegará al poder si no sabe "responder a los desafíos del país".

Sin mayoría absoluta en el Parlamento desde junio, esto podría además, según el experto, recuperar el respaldo de la oposición de derecha de Los Republicanos (LR), apoyo clave en la reforma de las pensiones pero que salió dividida de este trámite.

Con información de Télam