El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, estuvo al frente de la segunda y última jornada de la Cumbre del G77+China que se llevó a cabo entre este viernes y sábado en La Habana, Cuba. Ante presidentes, primeros ministros y dirigentes de todo el mundo, marcó que “la gobernanza mundial sigue siendo asimétrica” e instó a los países del Sur Global a “actuar juntos”, especialmente en temas climáticos, de desarrollo y ciencia y tecnología.
“Es especialmente significativo que, en este momento de grandes transformaciones geopolíticas, esta cumbre se celebre aquí, en La Habana.Cuba ha sido defensora de una gobernanza mundial más justa y hasta hoy es víctima de un embargo económico ilegal”, manifestó Lula en relación al bloqueo impuesto por Estados Unidos. De esa manera, el mandatario, abrió su discurso, en la reunión del grupo que representa a 134 Estados y es considerada la mayor organización intergubernamental dentro de la ONU.
El mandatario destacó la “amplitud y diversidad” del G77 y resaltó que desde su creación, hace unos 60 años, fue “decisivo a la hora de exponer las anomalías del comercio mundial y abogar por la construcción de un Nuevo Orden Económico Internacional”. Sin embargo, reclamó que muchas de sus demandas "nunca se cumplieron" y manifestó que “la gobernanza mundial sigue siendo asimétrica”.
En esa línea, Lula aportó su mirada sobre el sistema de organizaciones que fue creado tras la Segunda Guerra Mundial: “La ONU, el sistema de Bretton Woods y la Organización Mundial del Comercio están perdiendo credibilidad”, dijo el Partido de los Trabajadores (PT). También, marcó su posición respecto al lema elegido para esta cumbre: "Los retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación", para luego hacer su análisis en el que marcó las desigualdades que aún perduran entre las economías de los distintos países.
“En los últimos años hemos asistido a un aumento de la proporción del PBI mundial invertido en investigación y desarrollo. Pero este aumento no ha sido uniforme: América Latina y el Caribe y el África subsahariana han ido en contra de esta tendencia”, apuntó y consideró que la revolución digital como la transición energética son “dos grandes transformaciones” que “no pueden ser modeladas por un puñado de economías ricas, reeditando la relación de dependencia entre centro y periferia”.
Desde el Palacio de Convenciones de la capital cubana resaltó la "amplia agenda de cooperación científica" que valora el conocimiento de las comunidades e instituciones adoptada en la declaración, que será oficializada al cierre de las jornadas, que también incluye una mirada sobre la crisis climática.
“No tenemos la misma deuda histórica por el calentamiento global que los países ricos”, indicó al reclamar un mayor compromiso de las naciones industrializadas que son las que producen más gases contaminantes. “El principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas sigue siendo válido. Por eso la financiación climática debe garantizarse a todos los países en desarrollo, en función de sus necesidades y prioridades”, afirmó.
El mandatario expresó también que desde que volvió al cargo, tras la gestión de su antecesor Jair Bolsonaro, se “restauró el papel de liderazgo de Brasil en el mundo”, con una política exterior que le da especial valor ”a la cooperación científica y tecnológica entre países en desarrollo”. Por ello, indicó que desde su gestión le darán "un nuevo impulso a los programas y proyectos regionales a través de la Celac, los Brics y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP)”, adelantó.
También anticipó que durante la próxima presidencia brasileña del G20, va a proponer al bloque la creación de un Grupo de Trabajo sobre Ciencia, Tecnología e Innovación para “potenciar los intereses de los países en desarrollo en este campo”.
“Los países del Sur son plenamente capaces de estar a la vanguardia de la ciencia, la tecnología y la innovación. Para ello, tenemos que volver a actuar juntos, como hicimos en el pasado”, concluyó.
Con información de Télam (Por enviado especial)