El Tribunal Administrativo de París suspendió hoy, tras varias horas de deliberaciones, la prohibición policial contra una concentración en París del grupo Acción Francesa, clasificada por el Gobierno de Emmanuel Macron como una organización de extrema derecha.
"¡Primera victoria para este gran fin de semana, el Tribunal Administrativo acaba de romper la prohibición de nuestro coloquio adoptada por la Prefectura!", anunció el grupo en su cuenta de Twitter.
La organización de ultraderecha había solicitado la anulación de la restricción policial, al considerar que suponía una violación de la libertad de reunión, informó el diario Le Figaro.
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La Prefectura de Policía parisina, por su parte, había defendido en un comunicado el veto de este encuentro y la de otros cuatro de organizaciones afines, reportó la agencia de noticias Europa Press.
Las medidas fueron impuestas "para prevenir el riesgo de alteración del orden público, los llamamientos a la violencia y consignas que puedan poner en entredicho los principios consagrados en la Declaración de Derechos Humanos", argumentó la institución.
La decisión judicial se dio días después de que el ministro de Interior, Gérald Darmanin, anunciara que Francia prohibiría las manifestaciones de pequeños grupos ultraderechistas, tras la polémica generada por una marcha de neonazis autorizada el pasado sábado en la capital francesa.
"He dado instrucciones a los prefectos" para que emitan "órdenes de prohibición" cuando "cualquier activista de ultraderecha" o asociación pida una autorización para manifestar, dijo Darmanin el pasado martes, tras haber sido duramente criticado por la oposición por permitir esa concentración y prohibir protestas en contra del Gobierno.
"Dejaremos que los tribunales juzguen si la jurisprudencia permite que estas manifestaciones tengan lugar", agregó durante una sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional, la Cámara baja francesa.
Casi 600 activistas del Comité 9 de Mayo, una agrupación de extrema derecha, según las autoridades, manifestaron el pasado sábado en la capital para recordar la muerte accidental del militante ultraderechista Sebastien Deyzieu en 1994.
Los neonazis, vestidos de negro y a menudo enmascarados, exhibieron banderas negras con la cruz celta, habitualmente utilizadas por supremacistas blancos, lo que provocó un repudio generalizado, ya que las autoridades se esfuerzan en prohibir los cacerolazos y otras manifestaciones contra Macron convocadas por sindicatos contra su impopular reforma jubilatoria.
Con información de Télam