El presidente francés, Emmanuel Macron, reelecto ayer frente a una ultraderecha en ascenso, deberá enfrentar una serie de grandes desafíos, incluyendo el cambio climático y la guerra en Ucrania y una pronta elección legislativa crucial para su margen de maniobra.
"Los años venideros seguro que no serán tranquilos", reconoció anoche Macron, de 44 años, que obtuvo la confianza de un 58,5% de franceses para dirigir el país hasta 2027, frente a su rival de ultraderecha Marine Le Pen, de 53 años, a la que derrotó ayer en balotaje.
En el plano ceremonial, siguiendo una larga tradición, el Consejo Constitucional de Francia publicará los resultados oficiales de la elección el miércoles próximo, y el mismo día Macron celebrará una reunión de gabinete, la primera desde su reelección.
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Macron deberá fijar luego una fecha para la ceremonia de su asunción, que tiene que ser antes del 13 de mayo en el Palacio del Elíseo. En el acto, el mandatario electo será saludado por la Guardia Nacional y dará un discurso.
La tradición marca que tienen que dispararse 21 salvas de cañón en la asunción, aunque los presidentes Francois Mitterrand y Jacques Chirac prefirieron evitar esto luego de ser reelectos en 1988 y 2002, respectivamente.
Macron es el único otro presidente de Francia que ha ganado un segundo mandato.
Al igual que hace cinco años, Macron planea viajar rápidamente a Berlín, en línea con la tradición de que el nuevo presidente electo haga su primer viaje al exterior, a la vecina Alemania, para celebrar la amistad de los países después de múltiples guerras.
En Alemania se reunirá con el jefe de Gobierno, el canciller federal Olaf Scholz, y los esfuerzos para tratar de poner fin a la guerra en Ucrania seguramente estarán al tope de la agenda.
En algún momento, también podría viajar a Kiev para reunirse con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, un viaje que dijo que solo haría con la condición de que tuviera un impacto útil.
Macron habló con Zelenskyy y Scholz pocas horas después de su victoria.
La búsqueda de la unidad de la Unión Europea (UE) frente al conflicto en Ucrania y otras cuestiones también se espera que marque los primeros meses de su segundo mandato.
Francia ejerce hasta la presidencia del Consejo Europeo (UE) hasta el 30 de junio.
Se espera que el 9 de mayo Macron pronuncie un discurso sobre Europa en la ciudad francesa de Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo, informó la agencia de noticias francesa AFP.
Los países del bloque tienen visiones diferentes sobre si aplicar un embargo al gas ruso, luego de haber prohibido ya la importación de carbón ruso como represalia por la invasión a Ucrania. Alemania, cuya economía depende en gran medida del gas ruso, es uno de los principales opositores a esta medida.
En el plano interno, Macron dijo que una de sus prioridades será aprobar una ley especial para apoyar el poder adquisitivo en medio del aumento de los precios de los alimentos y la energía alimentado por el conflicto en Ucrania.
El presidente deberá también preparar la batalla de las elecciones legislativas del 12 y 19 de junio, que la ultraderecha y la izquierda plantean como una "tercera vuelta", después del balotaje de ayer y la primera vuelta de las presidenciales, celebradas el 10 de abril.
Nada más conocerse la victoria de Macron, sus rivales derrotados salieron en tromba para advertir que buscarán la revancha en junio.
"Lanzamos esta noche la gran batalla electoral de las legislativas", aseguró Le Pen.
"La tercera vuelta comienza esta noche", dijo el líder de izquierda Jean-Luc Mélenchon, tercero en la primera vuelta con casi un 22% de votos.
Los comicios parlamentarios son clave para que el mandatario liberal pueda llevar a cabo su programa para una "Francia más independiente", su proyecto "social y ecológico", "basado en el trabajo", como prometió ayer por la noche.
Su equipo pasó a la ofensiva hoy por la mañana.
El jefe de los diputados de su partido La República en Marcha (LREM), Christophe Castaner, aseguró que los franceses le darán "la ambición y los medios" para poder aplicar el programa con el que fue elegido.
Entre sus promesas para transformar Francia figura el "renacimiento" de la energía nuclear y alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, pero también la impopular medida de atrasar la edad de jubilación de los 62 a los 65 años.
Una mayoría de franceses, según dos sondeos publicados justo después de su reelección, no quiere que el mandatario disponga de una mayoría parlamentaria, como la que goza desde 2017 en la cámara baja.
Esto abriría la puerta a la "cohabitación", es decir tener que tener un primer ministro de otro partido diferente al del presidente.
El partido de Mélenchon, ecologistas y comunistas negocian ya hacer un frente común para las legislativas. En una extrema derecha dividida, también se alzaron voces para presentar un bloque unido.
Otro frente será el cambio climático, cuyos efectos ya se sienten en todo el mundo.
La principal tarea de Macron será situar a Francia en una trayectoria de cara a cumplir el objetivo de reducir las emisiones en un 40% para 2030 respecto a 1990, en línea con el Acuerdo de París, el tratado internacional sobre clima adoptado en 2015.
La evidente fractura de Francia será otro hueso duro de roer.
El quinquenio que termina y el resultado de la presidencial esbozan una Francia dividida.
Más allá de la protesta social de los "chalecos amarillos" en 2018 y 2019, los dos últimos años estuvieron marcados por los "antivax", contrarios a la política sanitaria para enfrentar la pandemia de coronavirus.
Las frases polémicas y salidas de tono de Macron, que parte de los franceses y de la oposición consideran despectivas y arrogantes, avivaron las crispaciones a lo largo de su primer mandato.
El mandatario prometió ayer que no dejaría a nadie atrás y lanzó un llamado a la buena voluntad y al respeto en un país "plagado de tantas dudas, de tantas divisiones".
La principal preocupación de los franceses durante la elección fue el poder adquisitivo, por lo que las primeras medidas del nuevo mandato se seguirán de cerca.
La política de apoyar a los sectores más castigados por la crisis sanitaria y económica permitió salvar empresas y empleos.
Pero la creciente inflación, impulsada especialmente por el costo de la energía, sigue lastrando el poder adquisitivo. En marzo, se situó en el 4,5% interanual, un nivel inédito desde los años 80.
Con información de Télam