(Agrega declaraciones de Macron, de Marine Le Pen y del vocero del Gobierno francés)
La reforma de las pensiones en Francia que impulsa el presidente liberal Emmanuel Macron entra esta semana en la recta final, con un esperado voto definitivo el jueves pese al rechazo popular y de los sindicatos, que convocaron a nuevas protestas para el miércoles.
"Esta reforma es de una necesidad perentoria para el financiamiento de nuestras pensiones y la solidez del país. Tenemos una sólida mayoría" en el Congreso de fuerzas favorables a sacar adelante la reforma para elevar la edad de jubilación, aseguró hoy un confiado Macron.
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"Debemos llevar este discurso y apelar a la responsabilidad de las oposiciones que podrían votar por la reforma", añadió el presidente, cuyo partido perdió la mayoría absoluta en el Congreso el año pasado pero cuenta con el apoyo circunstancial de fuerzas de derecha.
El Gobierno da por hecho la adopción de la reforma en el Senado, que el sábado ya dio un primer visto bueno gracias al apoyo del opositor partido conservador Los Republicanos, pero tiene más difícil llegar a la mayoría en la Asamblea Nacional, la Cámara Baja del Parlamento.
Aunque asegura querer evitarlo, el Gobierno podría activar un mecanismo controvertido, conocido como el artículo 49.3, para facilitar su adopción en la Asamblea Nacional, una opción que podría caldear un ambiente ya tenso y reforzar la imagen de "autoritario" de Macron.
"Nuestro objetivo es prescindir del 49.3. Siempre nos han dicho que no podemos reunir mayorías sobre los textos, y de momento todos nuestros textos han sido votados", dijo hoy la ministra Élisabeth Borne.
La última vez que se utilizó el artículo 49.3 fue en noviembre pasado, para aprobar un texto presupuestario luego de que el Senado rechazara el proyecto de ley de financiación de la Seguridad Social para 2023.
De recurrir al 29.3, la única opción para frenar la reforma sería aprobar una moción de censura contra el Ejecutivo de Borne, es decir una votación para destituirlo.
En Francia, que tiene una forma de Gobierno semipresidencialista, el Poder Ejecutivo es compartido entre el primer ministro, que es jefe del Gobierno, y el Presidente, que es el Jefe de Estado y es elegido por voto popular. El primer ministro, en cambio, es designado por el Presidente.
El diputado independiente Charles de Courson ya advirtió que existen conversaciones para presentar "mociones", informó la agencia de noticias AFP.
Aunque ninguna de las mociones presentadas contra Borne ha prosperado, la activación del 49.3 sería un "terrible reconocimiento del fracaso de este Gobierno", según el senador ecologista Guillaume Gontard, y "un vicio democrático", para Laurent Berger, del sindicato CFDT.
También la líder ultraderechista Marine Le Pen advirtió hoy que presentará una moción de censura y que su partido votará a favor de otras que se presenten si el Gobierno recurre al 49.3.
El portavoz del Ejecutivo, Olivier Véran, subrayó que el 49.3 es "una herramienta constitucional (...) utilizada, reutilizada y vuelta a utilizar bajo ciertos mandatos", aunque, matizó, "no es algo en lo que estemos pensando".
En tanto, las centrales sindicales llamaron a una nueva huelga general y manifestaciones masivas el miércoles, cuando siete diputados y siete senadores deben reunirse en una Comisión Parlamentaria Mixta para acordar un texto conjunto que a continuación deberán votar ambas cámaras el jueves.
Estas tienen plazo hasta el 26 de marzo para adoptar el mismo texto y, en caso de no conseguirlo, el Gobierno podría ordenar la aplicación de la reforma, al haber escogido en enero un controvertido procedimiento legislativo para presentarla.
La aprobación definitiva no implica el fin de la pulseada y prueba de esto es que muchos sindicatos están determinados a continuar su lucha contra esta reforma.
Berger urgió incluso al Gobierno a someter la iniciativa a un referéndum entre los ciudadanos.
Según sondeos, dos de cada tres franceses se oponen a esta reforma.
La reforma de jubilaciones en Francia busca retrasar gradualmente la edad de jubilación en el país tres meses al año a partir del 1 de septiembre de 2023. Con ello, en 2030, la edad de jubilación será de 64 años.
Las autoridades afirman que los cambios son necesarios debido al aumento de la esperanza de vida. Francia, junto con varios otros países de la Unión Europea (UE), tiene la edad de jubilación más baja de Europa.
Con la nueva reforma, Macron aspira a establecer un límite del gasto público referente al 13,8%.
La última reforma de las pensiones, de 2011, había elevado la edad de jubilación de 60 a 62 años.
En total, en Francia, hubo casi 270 manifestaciones contra la reforma.
Tras marchas masivas en enero y febrero, los sindicatos intensificaron su oposición a la reforma la semana pasada con huelgas prorrogables en sectores clave como el transporte y la energía y nuevas protestas.
La circulación de trenes continúa perturbada, aunque hoy se anularon menos trenes que los días precedentes, y los huelguistas siguen bloqueando las entregas de combustible en varias refinerías, como la de Fos-sur-Mer, en el sureste.
Como imagen del recrudecimiento de la situación, más de 5.400 toneladas de basura se acumulaban ayer en París, según la alcaldía, en el séptimo día de huelga de los basureros, que se ven como uno de los colectivos más castigados por el hecho de trabajar más años.
Con información de Télam