Según un consejero cercano al gobierno, los miles de jóvenes que manifestaron contra el racismo se debió a que no pudieron hacer deporte durante el confinamiento…
“Los jóvenes, ya se sabe, necesitan hacer ejercicio. El confinamiento los volvió locos. Necesitamos permitirles hacer más deporte, y que puedan divertirse ", dijo un amigo cercano del primer ministro, Edouard Philippe (Le Monde, 14/06/20).
La ola de repudio mundial ante el asesinato de George Floyd en Minneapolis generó una vasta movilización en Francia. El comité “Justicia por Adama” llamó a manifestar el 2 y el 13 de junio exigiendo que la justicia avance contra los tres gendarmes que mataron por asfixia al joven de 24 años, Adama Traoré, en 2016. “No habrá paz sin justicia”, clamó su hermana Assa en la Place de la République frente a 15.000 manifestantes cercados por la policía. Un combate antiracista y contra la violencia policial que resurge al mismo tiempo en que se mediatiza la existencia de redes sociales donde participan mas de 9000 policías profiriendo injurias raciales, sexistas y antisemitas.
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El ministro del interior, Christophe Castaner, se vio obligado a intervenir, exigiendo que la práctica del estrangulamiento deje de aplicarse por las fuerzas policiales y que se suspenda al miembro de la fuerza ante la mínima sospecha de racismo. Cientos de policías manifestaron en varias ciudades tirando las esposas al suelo como muestra de rechazo a la declaración de Castaner. “Tenemos un ministro del Interior que no nos merece. Lo que duele es que los ataques vengan de nuestro propio ministro", criticó este sábado 13 en el diario Le Parisien el secretario general del Sindicato Independiente de Comisarios, Jean-Paul Mégret. Ante una fuerte presión policial el ministro dio marcha atrás y sostuvo que la suspensión por actos racistas debería ser efectiva una vez probada y no por simple sospecha.
Lo cierto es que la policía francesa esta impregnada de racismo. Varias encuestas del Centro de Investigaciones Políticas de Sciences Po (Cevipof), demuestran que el 67% de los policías en actividad votan a la extrema derecha. El problema no es cuántos policías son racistas sino saber que los jóvenes negros o árabes son controlados veinte veces más en las calles que los de tez blanca, con todos los riesgos de desborde que eso implica. Para comprender el racismo, como el sexismo, hay que situarse desde el punto de vista de los que lo sufren. Cuando la cantante Camelia Jordana tiene el coraje de hablar en la televisión sobre el miedo "de los hombres y mujeres que van a trabajar todas las mañanas en los suburbios y que son masacrados unicamente por su color de piel”, el Ministro del Interior responde : "La libertad del debate público no permite decir cualquier cosa”.
Al igual que la estadounidense, la policía francesa asfixia a los jóvenes negros o árabes de las clases populares, claro que no en la misma proporción. La policía ultra armada que comete tales crímenes representa un peligro para la sociedad en general. Los fundamentos de la democracia vacilan cuando un sistema político permite a los depositarios de la "violencia legítima" hacerse justicia, golpear o violar a su antojo. Según el politólogo Philippe Marlière, “las investigaciones científicas cualitativas de la policía muestran que nadie entra a la policía porque es racista, pero la socialización prolongada en la profesión ha llevado a muchos policías al racismo. Por lo tanto, es la policía, con su cultura y modus operandi, la que es racista.”
El discurso del Presidente
Emmanuel Macron, en su cuarta alocución este domingo 14 de junio desde que apareció la pandemia en Francia, anunció la aceleración del desconfinamiento y una mayor liberalización de la actividad económica puesto que la circulación del Covid-19 sigue disminuyendo y que los test permiten circunscribir los focos que surgen en distintos puntos del país. Los pacientes en reanimación (871) decrecen así como los que siguen hospitalizados (10 909). Los muertos suman 29 398 mientras que 72 808 fueron curados.
Las escuelas y colegios podrán recibir a todos los alumnos a partir del 22 de junio, y a partir del lunes 15 los cafés y restaurantes podrán abrir sus salas interiores, las visitas a los geriátricos permitidas. El presidente también confirmó que el 28 de junio se realizará la segunda vuelta de las elecciones municipales y prometió una “reconstrucción económica, ecológica y solidaria” sin dar detalles.
Francia será "intratable" ante el racismo, pero "no borrará ningún rastro o nombre de su historia", tampoco “ destruirá ninguna estatua", dijo el presidente sin mencionar la serie de manifestaciones antiracistas y contra la violencia policial. Expresó sin ambigüedades su apoyo total a la policía acusada de racismo y violencia, afirmando que la policía y los gendarmes "merecen el apoyo de las autoridades públicas y el reconocimiento de la Nación". "Sin un orden republicano, no hay seguridad ni libertad", concluyó.
Solo hay una diferencia de grado entre un presidente estadounidense blanco explícitamente supremacista, un pirómano que sopla sobre las brasas del odio racial y un presidente francés, indiferente al destino de las numerosas víctimas de la violencia policial, sin una palabra de compasión o preocupación.
No puedo respirar! La frase suena y resuena, en inglés, francés, castellano, en todos los idiomas.
Sí, el racismo asfixia, impidiendo que la sociedad respire, florezca, avance. Su difusión, su contagio, su expresión nos concierne a todos, ya sea que seamos víctimas de él o no. Al lanzar chivos expiatorios, al acostumbrarse a la discriminación, al autorizar la violencia, se propaga el veneno de una supuesta “desigualdad natural”, vinculada a la apariencia o el origen. Los jóvenes que salieron y seguirán saliendo a manifestar saben muy bien de que se trata de un combate decisivo por la justicia y la dignidad.